Bahía Blanca | Viernes, 10 de mayo

Bahía Blanca | Viernes, 10 de mayo

Bahía Blanca | Viernes, 10 de mayo

Bahiense del Norte: nuevos ecos de una noche de pesadilla

Se suman testimonios de quienes esquivaron la muerte por milagro y auxiliaron para evitar más víctimas en el club de Salta 28.

"Hablando de nuestras desgracias las aliviamos".

La frase de Pierre Cornielle, un dramaturgo francés del siglo XVII, podría encajar hoy a la perfección entre los bahienses.

Todo sigue siendo dolor como el que sentíamos desde el domingo, porque el sábado a la noche no hubo lugar más que para el asombro, el estupor y la incertidumbre.

Va a costar superarlo. Para algunos será irreparable.

Muchos guardan lógico silencio. Les cuesta hablar. Otros necesitan contar lo que les pasó como para mitigar el drama.

Hay miles de historias, pero las más fuertes son las que surgen de los que "sobrevivieron" en uno de los gimnasios del club Bahiense del Norte.

Quienes superan una tragedia como la que sucedió en la previa del show de patín, suelen aferrarse a los designios del destino para comprender por qué -esta vez- "no les tocó".

Rita Iannacone tiene 46 años, es docente y forma parte de Epifanía, el grupo de patín de mamás del club El Danubio, que esa noche también iba a ser parte del festival.

Rita Iannnacone trabajó en la contención, en medio del caos.

Epifanía patinaba en segundo lugar y por ese motivo fueron convocadas antes para hacer la prueba de pista. El punto clave de la tormenta las encontró dispersas. Rita estaba en un vestuario.

"Se escuchaba la tormenta, pero entre el ruido de la música y demás pensábamos que no era tan grave, hasta que se empezó a escuchar el griterío y el caos. Y casi simultáneamente se cortó la luz.

De hecho hicieron un vivo por Facebook (Patin El Danubio), para mostrar "la previa", que se publicó a las 19.22 y fue cortado abruptamente a los 55 segundos, cuando empezaron a observar filtraciones de agua y lodo por uno de los techos. 

Rita se vistió como pudo pero al intentar salir se topó con "un malón" de gente que corría a los gritos, desesperada.

"Me asomé y vi las chapas que se movían como hojas de papel. Aunque el vestuario era chiquito, tratamos de hacer entrar a muchos porque estaba abajo de una tribuna de cemento. Cada uno se refugiaba donde podía. Muchas compañeras quedaron descalzas y nos reunimos con gente que ni conocíamos, entre ellas muchas nenas. Tratamos de calmar porque había pánico y era horrible lo que se escuchaba", siguió.

Rita y su grupo asumieron un rol importante, porque la mayoría de los presentes eran niños.

"Buscamos calmar. Entró una nena muy pequeña, de 8 o 9 años, toda lastimada, que nos decía que la mamá había quedado abajo de la tribuna, pero no la dejamos ir. Había adolescentes de 12, 13 y 14 años".

La situación se volvió a desbordar cuando escucharon un sonido que se asemejaba a un escape de gas en el vestuario.

"Quisimos llamar a la Policía pero no atendían. Salimos como pudimos y llegamos hasta una sala antes de la cancha de primera, donde había más gente y desconsuelo. En un momento tuvimos que pedir que dejaran de gritar porque éramos muchos y faltaba el aire", continuó.

Era una odisea llegar al exterior. Cuando querían avanzar, padres que iban y venían. Y el caos que el temporal también desataba en las calles.

No encontraban lugar seguro. Estuvieron más de media hora hasta llegar a la calle.

Rita quiso destacar la acción solidaria de vecinos de un edificio lindero al club, que las cobijaron en el hall y les aportaron agua y mantas.

También resaltó la labor de un padre del club Villa Mitre, Alejandro Sáez, quien llevó a todas las patinadoras de El Danubio en su camioneta, para que pudieran reencontrarse con su familia, porque a esa altura la conexión telefónica era nula.

"Hoy me cuesta dormir, no puedo. A mis compañeras les pasa lo mismo. Se nos viene todo lo que escuchamos y vimos. Los gritos de socorro, de nombres, en medio de la oscuridad y el caos", reconoció.

La patinadora, por último, estimó que la tragedia pudo ser mucho mayor si el derrumbe se producía una hora después.

"Creo que había mil lugares vendidos. Y la mayoría iba a estar en la tribuna debajo de esa pared", cerró.

El "ángel" del bebé

Estremecedora es la historia de la presidenta del club El Danubio y una de las patinadoras que esperaba para su show de cierre.

Silvia Mitoire tuvo la imprevista y enorme responsabilidad de contener a un niño de apenas 2 años, al que no conocía, y que sufrió heridas graves y hoy sigue internado en el Penna.

"Vino una avalancha de nenes que decían '¡corran!'. Estaba en el vestuario y lo único que pude tomar fue mi celular. Cuando corríamos por el pasillo, empezó a caerse el paredón del costado (canchas de padle). Algunos alcanzaron a salir y otros retrocedimos hacia la cantina. 

"A los minutos vino un hombre con un bebé en brazos: 'por favor, agarrenló', nos dijo y yo lo tomé en mis brazos. Así lo tuve ¡una hora y media!", relató.

La última foto de las patinadoras adultas del club El Danubio, minutos antes del desastre. Todas salieron ilesas y ayudaron.

Ya sin luz y en medio del caos, Silvia solo atinó a abrazar al pequeño contra su pecho y decirle al oído: "estás con mamá, estás con mamá..." Y el pequeño empezó a moverse.

"Cuando me lo dieron estaba quieto; la verdad, pensé que estaba sin vida. Tenía la carita ensangrentada y toda llena de polvo, al punto que no podía distinguir si era nene o nena. Lo agarré, lo abracé, lo contuve y después fue como que se durmió. A los 20 minutos, como no se movía, empecé a gritar como loca para que viniera la ambulancia. Pude llamar a mi hermana por el celular.

"Con el cantinero tiramos todo del mostrador, le dimos agua y lo limpiamos. Ahí nos dimos cuenta de que tenía pulso. Cuando nos obligaron a salir, por el peligro de derrumbe, yo no quería pasar entre las paredes con el bebé, por temor a que sufriera más heridas, así que se lo dejé al cantinero y llegó el personal sanitario por el otro lado.

Recién el miércoles pasado, cuando preparaba alimentos para un merendero con el cual colabora, Silvia pudo saber algo más del niño y del lamentable saldo que sufrió su familia.

"Fue una chica que terminó siendo prima del niño y me confirmó que sigue internado en el Penna, que la abuela falleció en Bahiense y que su madre está en el Español y que su padre sufrió alguna amputación.