Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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La revancha del plazo fijo: por qué muchos ahorristas vuelven a elegirlo

El clásico instrumento ofrece rendimientos más acordes a la inflación esperada.

Foto: Perfil

Francisco Rinaldi / frinaldi@lanueva.com

   La política de tasas altas ensayada durante las últimas semanas por el BCRA tienta a los ahorristas, que, con rendimientos mensuales en línea con la inflación esperada, apuestan fuerte por el clásico plazo fijo.

   Es que con una Tasa Nominal Anual (TNA) del 69,5 por ciento para los depósitos a 30 días de hasta 10.000.000 pesos para personas humanas, el atractivo por este reconocido instrumento de ahorro creció de forma significativa. Tanto, que con un saldo superior a los 7,2 billones de pesos al 31 de agosto, se incrementaron un 79,5% con relación a un año atrás, y suman 66,4% extra de enero al mes pasado, de acuerdo con datos del BCRA.

   La causa de esta elección no es difícil: si una persona decidiera colocar hoy un depósito a plazo fijo, retiraría, un mes más adelante, un 5,7% en concepto de interés mensual, unos pocos puntos por encima de la inflación esperada para el mismo lapso, estimada en un 5,3% durante el mes de julio por los consultores económicos que participan mes a mes en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM).

   A modo de ejemplo, si la persona en cuestión deposita $ 1.000.000 hoy jueves 8 de septiembre de 2022 para retirar el lunes 10 de octubre (el 8 de octubre cae un sábado, por lo cual, el capital se deja dos días más con respecto a la fecha pactada con el Banco), podrá sumar 60.931,51 pesos en concepto de intereses.

   Sin embargo, el especialista en Finanzas y profesor de grado y posgrado de la UNS, Gastón Milanesi, advierte: “si bien es atractiva, la tasa nominal del 69,5% arroja un valor anualizado (N de R: cuanto pagaría un plazo fijo a 30 días si se lo renovara durante ese lapso a lo largo de los doce meses siguientes) del 96%. Por lo tanto, si la inflación que se espera a un año vista está por debajo de esa cifra, entonces, el plazo fijo rendirá por encima de la inflación, de lo contrario, no”.

   Por lo tanto, el atractivo de este instrumento dependerá de la capacidad del actual Gobierno de evitar desbordes inflacionarios (leáse, que la inflación no trepe al 100% o más), lo que intenta lograr, precisamente, subiendo las tasas de interés de referencia, política que el BCRA repetiría en los próximos días, cuando se celebre su próxima reunión de Directorio.

   Así, los aumentos de tasas obedecen a la necesidad del Gobierno de evitar la “filtración” de ahorros en pesos a dólares, morigerando la presión sobre el tipo de cambio en sus diferentes versiones, evitando echar un combustible altamente inflamable para la inflación.

   “Se busca evitar una estampida inflacionaria y una suba del dólar, siendo la contrapartida de este proceso un tremendo encarecimiento del crédito, y no me refiero al crédito para empresas, que hoy casi no existe, sino el crédito a consumo”, alertó Milanesi.

   Y eso es, precisamente, lo que hoy ocurre: la tasa de interés promedio que los bancos piden por sus créditos al consumo pasó del 52,5% anual en enero de este año al 82,3% actual, un incremento de casi 30 puntos porcentuales en menos de un año.

   Del lado de las tarjetas de crédito, la autoridad monetaria dispuso para el mes en curso mediante la Comunicación A 7577 un aumento de las tasas para financiarse de hasta el 71,5%. Según una nota de Fernando Meaños (Infobae), dicha tasa equivale a un Costo Financiero Total (CFT) del 125%.

   Por lo tanto, una significativa desaceleración de la actividad en una economía donde el 70% de todo el PBI se explica por el Consumo de los privados, está descontada.