Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Guillermo Fabi tuvo un Dios aparte: "Cuando vi las imágenes quedé impresionado", expresó

El piloto de nuestra ciudad habló con "La Nueva." tras el brutal accidente sufrido el pasado domingo en el Autódromo Ciudad de Pigüe. 

Foto: Archivo- La Nueva.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com

   Una verdadera desgracia con suerte. Viendo reiteradamente las imágenes, resulta inevitable no volver a alarmarse ante la magnitud del accidente y, especialmente, sus consecuencias.

   Pero el destino le hizo un guiño al bahiense Guillermo Fabi (58), protagonista del gran susto del fin de semana en el Autódromo Ciudad de Pigüé, donde el pasado domingo su Fiat Uno anduvo a los tumbos y envuelto en llamas durante la final de la especialidad.

Mirá también: el impresionante accidente de Fabi

   Ya en su hogar y rodeado de sus seres queridos, luego de permanecer casi 24 horas en observación en el hospital de la vecina localidad, el experimentado piloto de nuestra ciudad habló con "La Nueva." y contó detalles de lo acontecido y dio precisiones sobre su estado de salud.

   “Estoy bien físicamente. Tengo un poco dolor en el cuello, un par de dedos ampollados por las quemaduras, pero nada más que eso. La saqué realmente muy barata por suerte”, expresó.

   “Cuando vi las imágenes quedé impresionado. Me desmayé inmediatamente luego del golpe contra el talud y recién me desperté arriba de la ambulancia llegando al hospital. Creo que me benefició mucho la dirección del viento, que se llevaba el fuego hacia afuera del auto y evitó que ingresara al habitáculo. Eso fue clave para que las consecuencias sean peores”, explicó.

   Fotos y videos rápidamente ganaron consideración en portales nacionales en cuestión de horas, lo que habló a las claras del brutal grado de agresividad del terrible accidente sufrido por el alguna vez representante bahiense en Turismo Nacional.

   Fabi peleaba la posición con Oscar Micheletto en plena recta principal del trazado pigüense, hasta que, en un abrir y cerrar de ojos, su máquina salió despedida hacia el talud que divide el sector principal del opuesto.

   “Me fui afuera en la primera vuelta, luego de un toque que me sacó de pista. El auto quedó sin corriente, por lo que cuando volví al asfalto quedé muy relegado. Me acerco a la posición de Micheletto, después de una buena remontada, empiezo a superarlo en plena recta principal y, al llegar a la curva, siento un golpe de atrás que me saca para el talud de tierra. Ahí se produce todo”, detalló.

   “Yo no me enteré nunca de nada, recién me enteré en el hospital cuando Diego (su hijo) empezó a mostrarme fotos y videos que andaban dando vueltas por redes sociales. Ahí recién tomé consciencia de lo ocurrido. Fue tremendo”, apuntó Fabi.

   — ¿Y cuándo tomaste consciencia, qué pensaste?

   —Te soy sincero no me generó ni un poco miedo. De hecho les dije a los chicos que si estaba el auto listo para volver a correr al instante me subía sin ningún problema, porque me sentía bien y creo que el accidente no se produjo por una falla propia. Pero viendo lo que sufrieron mis seres queridos, y que ya estamos grandes, esta situación aceleró la decisión de colgar el casco y bajarme. Si tenemos siete vidas, ya tengo gastadas cuatro o cinco.

   “Tenía muchas ganas de volver a correr, pude hacerlo el año pasado y siendo lo más competitivo que pude. La sensación de subirse a un auto, superarse y ver si se pueden mejorar los tiempos son cosas que lo llevamos en la sangre y es difícil dejarlo. Por eso el año pasado quise volver a intentarlo, pero siempre consciente que en algún momento iba a llegar el final. Y bueno, ahora llegó el momento”, declaró.

   —¿Fue el accidente más fuerte de tu carrera?

   —Tuve cuatro o cinco accidentes duros, pero este, por las consecuencias y la magnitud del golpe, fue el peor de todos. Cuando me tocaron y vi que salía despedido hacia el talud sabía que se venía algo fuerte, porque así ocurre siempre lamentablemente. Cerré los ojos y a esperar lo que venía, pero tras el golpe no recordé más nada. Pero acá estoy, charlando con vos y rodeado de mi familia. Tengo que agradecer de poder contarlo.