Bahía Blanca | Lunes, 14 de julio

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Stortini vuelve a Pacífico: “Hay mucho por hacer, pero primero me tienen que escuchar”

Dirigió al primer equipo del “verde” entre 2017 y 2019 y mal no le fue. Reemplaza en el cargo a Gustavo Olea y apunta a un proyecto a largo plazo. “Hay que reorganizar el fútbol del club”, aseveró minutos antes de su presentación frente al plantel.

Fotos: Archivo-La Nueva.

   En el momento que el fútbol del “verde”  se empieza a desvanecer, cuando sus números activan la alerta roja y el caos generalizado entre la organización y el descontento de los hinchas se torna insostenible, aparece en el radar el nombre de Pablo Sebastián Stortini, ex jugador y técnico de Pacífico, el único club al que defendió dentro de una cancha de fútbol entre 1991 y 2002, siempre en la Liga del Sur.

   En lo que va de 2022, el verdolaga no clasificó al playoffs en el Apertura y arrancó el Clausura perdiendo los dos partidos que disputó, lo que provocó la renuncia del DT Gustavo Olea.

   “En realidad, desde que el torneo local se volvió a dividir en A y B, Pacífico no clasificó nunca entre los cuatro de arriba del Promocional. No quiero decir que ese objetivo se va a empezar a cumplir con mi llegada, pero el Departamento de fútbol de la entidad necesita modificar manejos desprolijos y costumbres toxicas, y para eso hay que empezar a trabajar con los chicos de las inferiores apuntando a un proyecto de dos o tres años”, manifestó el “Torta”, quien estuvo a cargo del plantel de Primera entre 2017 y 2019.

   En el apertura 2017 reemplazó a Marcelo Cela en la fecha 5 del Unificado, tras un 0-8 frente a Sporting en Punta Alta, repuntó ganando tres cotejos seguidos y se quedó afuera del playoffs por un punto. En 2018, también en el certamen inicial de la temporada, clasificó a cuartos de final por encima de Liniers y Libertad, y en el primer cruce fue eliminado por Sporting (2-1) en el Medizábal.

   Y en 2019, estando sexto y entrando entre los 8, se cansó, pegó el portazo y se dedicó a la cría de lechones y pollos en la quinta familiar que sigue creciendo en la zona de quintas de General Daniel Cerri.

   Esa fue la última vez que dirigió.

   “Me fui porque estaba viviendo situaciones desagradables que no podía soportar, todo era raro y se hablaba mucho por detrás. No estaba tranquilo, así que, antes de pelearme con alguien, porque me conozco, decidí alejarme”, sostuvo el férreo central categoría ´73.

    “Antes de que llamen a Olea me habían preguntado si quería volver, pero no era el momento. Siempre tuve ganas de dirigir, y se dio ahora, que se yo… Hay mucho por hacer, pero primero me tienen que escuchar”, sostuvo el orientador minutos antes de presentarse frente al plantel superior.

    “Sé que mucha gente vinculada al club habló con la Comisión Directiva pidiendo que yo vuelva, y les agradezco, pero para levantar a este equipo deportiva y emocionalmente vamos a necesitar de la unión de varias voluntades. Existe un sinfín de cuestiones en las que no estoy de acuerdo, pero para enderezar el barco debemos apostar a un proyecto a largo plazo. Yo estoy dispuesto a trabajar dos o tres años por mi club, espero que los dirigentes también”, agregó.

   “Pacifico está como está por un conjunto de cosas que se hicieron mal, y eso involucra a directivos, al cuerpo técnico que se fue y a los que dejaron que muchos se involucren, de una u otra manera, en la vida interna del club”, declaró, apuntándole a los brasileños que vinieron a principio de año y que, según él, taparon el crecimiento de varios chicos de la cantera con posibilidades de trascender.

   “Trajeron 12 brasucas, ¿para qué?, todos sabíamos que no iban a ser más que los chicos nuestros con posibilidades de dar el salto de calidad. Los tres que quedaron todavía se tienen que seguir acoplando al ritmo y a todo lo que representa nuestro fútbol, y con ellos vale la pena intentarlo. Ahora, los chicos de acá que habían quedado relegados, hay que motivarlos de nuevo para que se convenzan de que tienen que llegar a Primera división”, sentenció.

    Pacífico no puede traer refuerzos porque está el libro de pases cerrado y, más allá del regreso de algún jugador libre, Stortini se arregla con lo que está.

   “Este es un buen equipo, pero mal presente fuera de la cancha repercute a la hora de jugar. Hay que laburar mucho en lo motivacional, no queda otra, peor te adelanto algo: percibo un futuro alentador y no suelo fallar cuando tengo un presentimiento”, cerró.