Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Las medidas de alivio deberán ser algo más que un relato

La columna dominical de nuestro corresponsal en Casa Rosada.

   El Gobierno anda siempre necesitado de medidas -aunque más que medidas casi golpes de efecto- para afrontar una realidad que a la vez tiene que ir acompañada de garantías que supongan algo  más que un trazo del relato kirchnerista.

   El Ministerio de Economía publicó esta semana en el Boletín Oficial el Proyecto de Presupuesto 2022 y una batería de decisiones que apuntan básicamente a controlar los precios, solucionar el faltante del gasoil que ya afecta a más de la mitad del territorio nacional y solucionar de una vez por todas el aprovisionamiento del combustible  para el emblemático gasoducto Néstor Kirchner, que se convirtió en una de las piedras en el del zapato del presidente Alberto Fernández por las inacabadas reyertas entre el Instituto Patria, La Cámpora y los ministros Martín Guzmán y Matías Kulfas. Kulfas ya no está, resultado de otro de los grandes trofeos que adornan ahora las vitrinas de la casona de Rodríguez Peña.

   El jueves pasado finalmente se dieron adelante dos pasos importantes para avanzar en la construcción de ese gasoducto clave de Vaca Muerta. El juez federal Daniel Rafecas decidió archivar la causa, y por la tarde se avanzó con la firma del contrato por 500 millones de dólares entre estado y la Empresa SIAT S. A., subsidiaria del Grupo Techint S.A.

   La portavoz presidencial Gabriela Cerruti se floreó el jueves con uno de los anuncios más esperados por el gobierno y en especial por el presidente Fernández como  fue la entrada en vigencia de la segmentación del pago de tarifas y servicios, que en la práctica  dispone que quienes cobren más de 330.000 pesos por mes a partir de ahora no recibirán ninguna ayuda estatal. El Gobierno informó que el alcance de la  medida supone que cerca del 90 por ciento de los asalariados seguirá con tarifas subsidiadas en algún segmento por el Estado.

   En despachos de la Casa Rosada respaldan la evidencia de la iniciativa respecto del color y eventual logro de la política de las medidas anunciadas, mientras arranca el segundo semestre  del año y la esperanza expuesta  por el presidente pueda clavarse en 3 puntos en diciembre. A la vez que supone para el gobierno avanzar en modificar el mal humor social. Las últimas encuestas que se han conocido no han sido benévolas ni con el presidente ni con Cristina Fernández en materia de imagen. Muchísimo menos con el plan económico de Guzmán. En general los funcionarios del gobierno que aparecen en esos sondeos figuran de mitad de tabla para abajo y esa es una de las razones, sino una de las de mayor peso, con las que en la Casa Rosada miran ahora con más optimismo el panorama hacia adelante.

   Podría haber algo más de entretejido en esos análisis sobre el fin de semana se realizan en aquel despacho del primer piso de la Casa Rosada. Tiene que ver con que esta actividad económica alrededor del presidente podría estar devolviéndole algo de autonomía en el manejo de la  gestión. Hay quienes tienen su propia mirada en el albertismo. En el peor de los casos Alberto cree que podría establecerse una tregua, una especie de pacto de no agresión entre Alberto y Cristina. Si fuese así, ahora debería mover ella.

   El Presidente es un especialista crónico en tropezar varias veces con la misma piedra. O desdecirse hoy de algo que había afirmado ayer. Es un claro ejemplo, otro más, de lo que acaba de suceder con las marchas y contramarchas en torno al Jumbo 747 retenido en Ezeiza con pasajeros iraníes y venezolanos a bordo y sospechado de lazos con el narcoterrorismo. 

   El Gobierno del presidente Fernández, a la par de necesitar por otro aspecto puntual del gobierno norteamericano de hacer buena letra con la Casa Blanca, y al tanto de que Joe Biden tiene en la mira al Jumbo y espera acciones correspondientes de la Casa Rosada como la que tuvieron Uruguay y Paraguay, termina facilitando el asilo condicional del avión y sus tripulantes.

   Condescendiente y diplomático, el embajador norteamericano Marc Stanley “agradeció los significativos esfuerzos argentinos para esclarecer la situación”.