Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Berni: "Este gobierno no es peronista y de esto se sale con más peronismo"

El ministro de Seguridad bonaerense se refirió a la interna del Frente de Todos y criticó la falta de visión estratégica. También habló de los folletos sobre drogas en Morón, defendió el debate sobre la despenalización de las drogas y sorprendió con una respuesta sobre Milei: "Me cae simpático, sería su amigo".

Sergio Berni, en diálogo con La Nueva. (Fotos: Rodrigo García - La Nueva)

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   "Uno de los grandes problemas que estamos atravesando en la Argentina es que a la inestabilidad económica se le está agregando inestabilidad política. Y las internas, lejos de enriquecer, son una actitud mezquina que tienen que ver con anteponer intereses personales por fuera de los intereses colectivos".

   Fuera de toda corrección política, como es su costumbre, el ministro de Seguridad bonaerense Sergio Berni conversó mano a mano con La Nueva durante su visita de ayer a Bahía Blanca.

   Duro crítico del presidente, de quien remarca que no es peronista, habló de las internas en el Frente de Todos, de sus aspiraciones presidenciales y del fenómeno comúnmente denominado antipolítica. Allí sorprendió con su respuesta sobre Javier Milei.

   Antes hizo un repaso sobre la situación de la seguridad en la ciudad y la provincia, además de referirse a la reciente polémica por un folleto sobre consumo de drogas distribuido por la Municipalidad de Morón. Berni dijo que hay que animarse a discutir la despenalización del consumo de drogas.

   --Hace poco se produjo una discusión entre funcionarios provinciales y municipales respecto de la gestión de la seguridad en Bahía Blanca. Ahora parece que se calmaron bastante las aguas y, de hecho, usted se reunió en esta visita con el intendente Héctor Gay dejando la sensación de mucha camaradería entre ambos. ¿Aquella discusión no fue para tanto?

   --No sé de qué polémica me habla. La verdad es que no sé.

   --Respecto de quién tiene más responsabilidad en organizar un plan de seguridad para el distrito, si la Provincia o el Municipio.

   --Mire, no hay posibilidad de un plan de seguridad por fuera de un marco de inclusión social. Esa es una frase que ya casi es un eslogan. Y la seguridad es una construcción diaria. No es un concepto abstracto, es un concepto dinámico, multidisciplinario. Es una larga cadena de responsabilidades. Desde la contención familiar, el sentido de comprensión de autoridad, la educación, el trabajo, las políticas públicas de desarrollo humano y también, por supuesto, de la policía, la justicia o el servicio penitenciario.

   "Algunos caen en el facilismo de creer que la seguridad se soluciona con más o con menos policías. Lejos de todo eso, las civilizaciones más seguras no son aquellas que tienen más policías sino que tienen más políticas de contención e inclusión. En ese sentido, todos los actores tienen un grado de compromiso y responsabilidad. Y obviamente que el brazo ejecutor de las políticas públicas de inclusión, por lo general, son los municipios y por eso trabajamos tan articuladamente con ellos. Por eso no sé qué discusión me habla o de que polémica".

   --Se dio en su momento una discusión entre su delegado regional, Federico Montero, con funcionarios del Municipio, acerca de a quién le cabía más responsabilidad en el manejo de un plan de seguridad en la ciudad de Bahía Blanca.

   --La Ley de Creación de la Policía Local, por ejemplo en su artículo 5º, es muy clara. El plan de seguridad de cada una de las ciudades está en cabeza del intendente, que delega su conducción en el secretario de Seguridad. Eso no quiere decir que cada uno se aleje de su responsabilidad. Por el contrario, nosotros nos sentimos con mucha responsabilidad, con mucho compromiso y por eso trabajamos como trabajamos y articulamos con quien tengamos que articular.

   --¿Cómo está Bahía Blanca en el contexto provincial en términos de seguridad? Muchas veces uno escucha a quienes trabajan en distritos del Conurbano y se refieren a nuestra ciudad casi como si fuera un cantón suizo. ¿Así lo ven?

   --Cuando uno habla de seguridad tiene que hacer una evaluación de cómo impactan las políticas en la vida cotidiana y, para eso, tiene que remitirse a las estadísticas.  Por más que cualquier experto en comunicación dice que de estadística nunca hay que hablar, la única manera de saber cómo uno va es mediante los datos.

    "Y las estadísticas son comparaciones. No podemos tomar a 2020 o 2021 como referencia porque sería mentirnos a nosotros mismos, esos años fueron los mejores en materia de seguridad de las últimas tres décadas en la provincia de Buenos Aires pero porque hubo un encierro por la pandemia y no son número reales. Ahora, si comparamos el primer trimestre del 2019 con el primero del 2022 hemos bajado los delitos de manera considerable y así lo ha ratificado la Procuración de la Provincia.

   "Cuando asumimos el gobierno bonaerense, la seguridad se encontraba en estado de emergencia. Bajar los delitos es parte de nuestra responsabilidad y por eso estamos permanentemente en Bahía Blanca, no es cuestión de que se trata de un cantón suizo, pero recién vengo de estar reunido con el intendente y ponderaba los resultados. En Bahía se nota la baja de los delitos aunque nuestra responsabilidad es seguir generando políticas que le permitan llevar más tranquilidad a la gente".

El folleto de Morón y su postura a favor de discutir la despenalización

   --En estos días hubo una polémica muy fuerte por un folleto sobre consumo de drogas que se repartió en Morón. Muchos plantean que aconsejaba cómo drogarse mejor y otros hablan de una política de intento de reducción de daños. ¿Cuál es su posición?

   --Mi posición es que la política más clara y más impacto tiene en un flagelo como son las adicciones es la prevención. Por eso festejo que haya intendentes que se involucren en políticas de prevención. Lamentablemente en este caso fue muy mal comunicada y tuvo sus repercusiones negativas. Pero felicito la iniciativa aunque remarco que fue muy mal comunicada.

   --En torno a este tema muchas veces se dispara otra discusión un poco más de fondo, vinculada con la despenalización o no del consumo de drogas como la marihuana, por ejemplo, para combatir el narcomenudeo. ¿Cuál cree que es el mejor sistema?

   --Hay dos cosas distintas. Una es la prevención de la adicción y otra la represión del delito de narcotráfico. Son dos cosas distintas que por lo general se intentan vincular. Es muy complejo. De hecho, fíjese que en los países donde tienen estadísticas serias y que hacen fuertes inversiones para estudiar este fenómeno, como Estados Unidos, el problema más importante con las adicciones no es con las drogas de origen ilícito sino con las legales. Por lo tanto, vincular adicciones con narcotráfico es un error muy, muy frecuente. Y es importante aclararlo, porque si usted parte de un mal diagnóstico termina con un mal tratamiento.

   --Quienes sostienen que la despenalización es mejor opción, aseguran que es una forma de combatir al narcotráfico porque romperían un negocio ilegal que dejaría de tener sentido.

   --Cuando uno piensa en una acción tiene que buscar cuál es el impacto que está buscando. Si usted habla de despenalización para tener un impacto en el fenómeno de la adicción, no tiene ningún sentido. Cuando uno habla de despenalización tiene que ver el posible impacto sobre el narcotráfico. ¿Por qué tenemos narco? ¿Cuál es la esencia del narcotráfico? 

   --Ganar mucho dinero.

   --¿Pero por qué? Porque es un ilícito.

   --Sí, claro

   --Bien. Yo creo que para que se entienda mejor hay que tomar las experiencias que han surgido a lo largo de estos años en el planeta. Un fenómeno muy comparable es lo que pasó en Estados Unidos en los años 30 con el alcohol. Se prohibió la fabricación, la comercialización y el consumo. Lo mismo que pasa con la marihuana o con la cocaína hoy. ¿Qué pasó en Estados Unidos durante esos diez años del 30 al 40? Crecieron las mafias, fueron los años más sangrientos de la historia y se produjo una ruptura del tejido social allí donde se enquistaron esas mafias. ¿Qué tuvo que hacer Estados Unidos? Despenalizar, permitir nuevamente que el alcohol sea legal. Se entendió que el problema era la legalidad o la ilegalidad, que eso generaba el fenómeno del delito.

   "El narcotráfico genera tres fenómenos que nadie puede desconocer: la corrupción, la violencia y la ruptura del tejido social. En los barrios más vulnerables, donde más comercializa el narcotráfico, se generan fuertes efectos negativos porque para que un narcotraficante pueda llevar adelante su actividad contrata a los famosos soldaditos, chicos menores inimputables ante la ley.

   "Y esos chicos ganan 5 o 6 veces más que sus padres que se levantan a las 4 de la mañana, se toman dos colectivos, van a trabajar, llegan a la noche cansados, apenas pueden ver a sus hijos y se vuelven a acostar. Entonces dice el chico 'por qué voy a trabajar si así estoy mejor que mi papá'. Entonces todo eso comienza a corroer esa estructura de sostén social y terminamos en una catástrofe. Bueno, eso es lo que pasó en Estados Unidos. ¿Y qué tuvieron que hacer? Legalizar nuevamente el alcohol.

   "Me parece que eso es lo que hay que discutir. Yo no digo que sea la solución, lo que digo es que hay que animarse a discutirlo. Nadie puede saber cuál va a ser el efecto final, absolutamente nadie puede decir si legalizar es bueno o malo. Lo que estoy diciendo es que nadie lo está discutiendo. Y mientras tanto el narcotráfico sigue avanzando, no solo en Argentina sino en el mundo".

"Alberto decía que se sentía más cerca de las ideas del hippismo que de las 20 verdades peronistas"

   --Usted manifestó más de una vez su intención de competir por la presidencia. ¿Esa es una idea que corre para 2023 o se puede dar en otro momento?

   --No es una idea. Es la responsabilidad y el compromiso que uno siente después de tantos años de militancia, los cuales tienen que desembocar en generar transformaciones. Y esas transformaciones se llevan a cabo directamente desde el Poder Ejecutivo, por eso nuestra vocación de competir permanentemente por un cargo de esa responsabilidad.

   --Eso requiere una estructura de respaldo muy importante a nivel nacional. ¿Existe un armado en Bahía Blanca? Uno entiende que Federico Montero está haciendo un armado aquí para tratar de potenciar sus aspiraciones. ¿Es correcto?

   --Federico Montero es un excelente funcionario y un gran compañero, como lo es Federico Susbielles y otros amigos de muchos años de militancia que tengo en Bahía Blanca. Pero la verdad es que yo no creo en las estructuras sino en las ideas. Más importante que armar estructuras es discutir ideas y hacerlo de cara a la sociedad. Y también propuestas. En eso estamos nosotros.

   --La interna en el Frente de Todos, que a grandes rasgos divide a la coalición entre kirchnerismo y albertismo,¿contribuye o dificulta esta discusión de ideas?

   --Hay una discusión mucho más grande que kirchnerismo o albertismo. Uno de los grandes problemas que estamos atravesando en la Argentina es que a la inestabilidad económica se le está agregando inestabilidad política. Y las internas, lejos de enriquecer, son una actitud mezquina que tienen que ver con anteponer intereses personales por fuera de los intereses colectivos. Lamentablemente las internas no solo están del lado del oficialismo sino también de la oposición.

   --¿Y cómo sale el peronismo?

   --No es una cuestión del peronismo. Es una cuestión de frentes electorales y uno de los grandes problemas es que cuando usted hace un frente electoral con una visión táctica, sin una visión estratégica, el resultado es este. Y no lo digo recién ahora, cuando el árbol está caído, yo lo vengo discutiendo hace dos años. Lo que pasa es que en aquel momento el presidente tenía 90 % de imagen positiva y nadie se animaba a discutirlo. En aquella época planteábamos estas discusiones en soledad y estos son los resultados. ¿Cómo se sale de los laberintos? Siempre por arriba. Usted me preguntó cómo hace el peronismo. Yo creo que este gobierno no es peronista y de esto se sale con más peronismo.

   --¿Hay figuras peronistas que podrían asumir el liderazgo?

   --El General Perón decía que todos los militantes tenemos en nuestra espalda el bastón de mariscal. Cualquier militante comprometido con su Nación, con su patria, con sus ciudadanos, tiene la obligación de involucrarse para llevar adelante estas transformaciones que necesita el país.

   --Usted dice que el gobierno no es peronista. ¿No es peronista Alberto, no es peronista Cristina o no es peronista el modo de conducción general del gobierno nacional?

   --Lo importante no es lo que digo yo, lo importante es lo que digan Alberto o Cristina. Yo recuerdo la frase de Néstor Kirchner: “Nos dicen kirchneristas para bajarnos el precio''. Pero también lo recuerdo a Alberto Fernández diciendo que él se sentía más cerca de las ideas del hippismo que de las 20 verdades peronistas. No lo digo yo, lo dijo él. Dijo que no era peronista, que era socialdemócrata. El fue presidente de un partido liberal y candidato de ese partido (NdlaR: Acción por la República, de Domingo Cavallo). A la gente hay que analizarla por lo que hace, entonces, como se dice en la justicia, a confesión de parte relevo de prueba.

"Milei me cae muy simpático, sería su amigo"

   --Una pregunta más. ¿Qué opina del fenómeno Milei y la antipolítica?

   --Primero, Milei me cae muy simpático, sería amigo de Milei. Pasaría muchas noches comiendo asado y tomando unos vinos con él. Obviamente que tengo una visión totalmente distinta del rol del Estado, pero no creo que Milei represente a la antipolítica como fenómeno en sí mismo.

   "La política responde a las mismas leyes de la naturaleza. Hay un enunciado básico que dice que a toda acción le corresponde una reacción de sentido contrario. Milei es el catalizador de una reacción de un grupo etario, por sobre todas las cosas los jóvenes, que fueron los más afectados en sus libertades por las medidas restrictivas que se tomaron en la pandemia.

   "Mal que mal, los grandes tenían responsabilidad de trabajo, salían de la casa, pero el grupo más afectado en cuanto a las restricciones individuales fueron los jóvenes. No es casualidad que hoy los jóvenes sientan en Milei ese catalizador para el enojo. Creo que Milei es un fenómeno reactivo, no un fenómeno de la antipolítica".