¿Viste la Depaulneta andando por Bahía? Conocé de qué se trata este particular homenaje
Marcos Cedarcjes decidió agradecerle a Rodrigo De Paul por todo lo que significó para Udinese, el club de sus raíces italianas. "Es una forma de devolverle lo que me dio en todos estos años, con la Selección y con el club de mis amores", contó.
Por Mikel Iñurrategui / [email protected]
Seguramente más de un bahiense o algún vecino de paso se cruzó durante los últimos días un auto totalmente ploteado, con imágenes llamativas y un protagonista principal.
El Renault Clio modelo 2016 es un homenaje itinerante a Rodrigo Javier De Paul, uno de los grandes símbolos de la Selección Argentina que cortó con más de 28 años de sequía de títulos ganando la Copa América y ahora espera un nuevo Mundial con la ilusión de siempre.
El jugador de Atlético Madrid es quien, en cierto modo, personifica gran parte del aura que generó la Scaloneta, una especie de movimiento popular.
Pero la Depaulneta que rueda que por nuestra ciudad tiene dueño, claro, y una historia particular detrás.
El ideólogo del auto en honor a De Paul es Marcos Cedarcjes quien decidió devolverle de esta y distintas formas la alegría que el mediocampista le brindó sobre todo en su paso por el club italiano Udinese, cuadro del que es fanático como herencia familiar.
"Para mí es una locura, pero una locura hermosa. Es un sentimiento que llevo hace años, que me contagiaron mis abuelos (Giuseppe y María) que nacieron en Italia, en el Norte, en la región del Friuli, cerca de Udine. Ellos me trasladaron esa pasión y costumbres, sobre todo el fútbol y el Udinese", contó Marcos, oriundo de Adrogué y quien en plena pandemia decidió venirse a Bahía a trabajar en el Hotel que tienen sus padres, Atilio y Esther.
"Cuando llegó Rodrigo al club fue una alegría enorme, ver su evolución, que haya llegado a la Selección jugando en Udinese y, sobre todo, que haya salido campeón de la Copa América siendo parte", explicó el fanático.
El exmediocampista de Racing Club de Avellaneda llegó a Udinese en 2016 donde se convirtió en símbolo y figura, llegando a ser el capitán del equipo donde disputó 184 encuentros, marcado 34 goles y dando 36 asistencias. Luego, emigró a Madrid, donde se encuentra actualmente.
"Eso me produjo todo un sentimiento que, cuando se fue, me generó un vacío casi existencial y quería devolver un poco todas esas alegrías que me él dio y decidí hacer esto. Lo armé en internet, más o menos como me salió, encontré una gráfica acá con un loco más loco que yo, que me fue tentando y armando los diseños. De a poco fue quedando, fue todo un proceso", agregó Marcos.
"Fueron casi 6 años en el club —continuó—, para un jugador en un club chico y en este fútbol moderno la verdad que no pasa siempre. Eso fue lo que me llevó a que cada años que pasaba y que el decidiera quedarse, a pesar de que lo querían otros clubes, él siempre tuvo palabras muy lindas cuando se fue. Sentí que merecía retribuir todo lo que le dio al club, además por su nivel, que fue lo que le permitió llegar a la Selección", señaló.
Mientras estudiaba en Irlanda en 2014, Marcos aprovechó para llegar a Udine, recorrer el lugar donde están sus raíces y las de su familia y, obviamente, ver al Udinese. Aunque aún sin Rodrigo.
"Eso generó que mi cercanía y sentimiento con el club, creciera. Pero jamás pensé que me iba a pasar todo esto, desde conseguir una camiseta, que Rodrigo me viera, me respondiera un mensaje cuando le mostré el auto. No pensé que lo iba a ver, el auto se lo mostré el otro día cuando pasó con el micro de la Selección, lo vio y me saludó. Generó un sentimiento increíble, que motivó cosas como tatuarme la espalda. Es una forma de devolverle lo que me dio en todos estos años, con la Selección y con el club de mis amores", insistió.
—¿Que haya visto el auto, te haya respondido un mensaje y demás, imagino que era un poco también lo que buscabas con todo esto, no?
—Buscaba que por lo menos él lo viera y le despertara algún tipo de reacción. Llegó a lugares que no imaginaba, como Buenos Aires, que uno no se lo espera. Por ejemplo, acá uno sale a pasear y la gente mira el auto con cierta rareza. A veces piensan que es de Messi, porque se ve la Copa (América) y un 10 (del Udinese). Los chicos se sacan fotos, dicen que va la Depaulneta. Era algo que no buscaba pero pasa eso.
En octubre del año pasado, las fotos de la Depaulneta llegaron al protagonista por intermedio de Instagram.
"¡Estás loco vos! Muchas gracias por tanto apoyo", le pusó Rodrigo a Marcos.
—¿Qué te pasó cuando recibiste su mensaje?
—Me temblaron las piernas, era un domingo a la mañana. Le dije que ojalá lo pueda cruzar algún día para firmar la espalda. Me queda eso pendiente, pero gran parte de lo que quería y buscaba ya está hecho.
Por intermedio de amigos y familiares en Udine, Marcos recibió dos tesoros que guarda con mucho amor junto a otros elementos (mates, termo, bicicleta ploteada) en honor a su ídolo.
Se trata ni más ni menos que de dos camisetas con la 10 de De Paul, ambas autografiadas y una, la dedicada especialmente para él, es la última que usó Rodrigo en la institución antes de irse al Atlético.
"Para mi es oro en polvo. Me genera una alegría y una emoción enorme y eso es lo que traté de trasladar al auto", contó.
—Imagino que este también fue una forma de conectarte con tu historia familiar...
—Sí. Conocer el pueblo de mi abuelo, me hizo sentir que era mi segunda casa. No sé si algún día voy a vivir ahí, pero sí sentir que una parte de mi corazoncito está ahí. Estar ahí, fortaleció todo lo que yo venía sintiendo e hizo que creciera más este amor y sentimiento por el Udinese. Esto es mostrar un poco, con un arte, todo lo que me pasa y siento. Todas esas costumbres que fui conociendo con los años y estando allá.
—¿El sueño sigue siendo conocerlo personalmente y por qué compartir un asado algo con De Paul?
—Sí, obvio. La idea es juntar fondos y tratar de ir a Madrid, donde está él ahora, y ver si me puede firmar la espalda como me prometió. Y si después surge algo más, mejor. Los sueños siempre están, volver a Udinese es otro.