Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Un químico de la ciudad se ubica entre los 1.000 más destacados del mundo

Se trata del Dr. Marcelo Avena. Es docente de la UNS e investigador del Conicet e Inquisur. Se suma a Marcovecchio, Perillo y Lara.

El Dr. Avena, en el ámbito de trabajo. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva.

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   El Dr. Marcelo J. Avena llegó a Bahía Blanca hace exactamente 20 años. En este lapso, no ha perdido el acento que trajo desde General Cabrera, en el centro-sur de la provincia de Córdoba.

   “En realidad soy más bahiense que otra cosa. Ya es el lugar donde más estuve en mi vida”, admite ahora.

   Se trata de otro de los investigadores, de nuestra comunidad científica, considerado en el selecto grupo de 1.000 destacados en las Ciencias Químicas de todo el mundo y, además, entre los 24 químicos distinguidos de la Argentina, en ambos casos en el reconocido sitio research.com

   El Dr. Avena es docente de Química de la Universidad Nacional del Sur (UNS) e investigador del Conicet y del Instituto de Química del Sur (Inquisur).

   “Es un ranking internacional que te ubica por el impacto de tus trabajos y publicaciones y las repercusiones que ha tenido con quienes realizan investigaciones semejantes”, explica.

   “Que sea un reconocimiento de tus pares no deja de ser gratificante; si estás referenciado es porque te tienen en cuenta. No es un premio, pero uno se siente bien si aparece ahí”, agrega.

“Si ves que estás referenciado es porque tus pares te tienen en cuenta”.

   El Dr. Avena estudió bioquímica en Córdoba y allí mismo hizo el doctorado en Ciencias Químicas.

   “Comencé a trabajar con materiales y sustancias inorgánicas. Y ahora son mi especialidad”, dice.

   “Estudio la superficie de las sustancias sólidas cuando están en contacto con el agua, apuntando a cómo actúa sobre lo que está en el ambiente, como minerales, arcillas, óxidos y polvillo”, cuenta.

   “El agua es la encargada de diseminar, en el ambiente, las sustancias contaminantes y los nutrientes. Esto influye mucho en los suelos, en sedimentos, en ríos, en lagos y en océanos”, añade.

   Así entonces se desenvuelve con muestras de suelo o de sedimentos hídricos y hasta de agua subterránea.

   “Hemos trabajado en la región de Bahía Blanca, específicamente en la cuenca del arroyo Napostá. No es el agua del arroyo, sino la que está a 20, 30 o 40 metros de profundidad y que llega a la ría desde Sierra de la Ventana”, cuenta.

El Dr. Avena es bioquímico y doctor en Ciencias Químicas. Sus investigaciones se centran en la química de superficies de sólidos en contacto con un medio acuoso y en el ambiente.

   “Ese agua tiene arsénico, flúor y, justamente, los minerales que están en contacto con ese agua son los que controlan, principalmente, las concentraciones”, sostiene.

   El trabajo con arcillas se realiza, especialmente, desde canteras de las provincias de Río Negro y Neuquén.

   “Son muestras de suelos naturales. Sabemos que allí hay óxido de hierro, de aluminio y de silicio. Sintetizamos esos materiales en el laboratorio para tenerlos en forma pura y entender cómo se comportan. Una vez que lo analizamos, tratamos de comprender cómo se desenvuelven en otros ámbitos”, explica el investigador.

   “También estudiamos qué le pasa al glifosato cuando entra en contacto con las partículas del suelo. Entender esto es muy importante y uno sólo lo conoce cuando estudia los sistemas. Así se puede predecir qué le puede pasar a un contaminante, o un nutriente, en el ambiente y luego actuar en consecuencia si, eventualmente, hay que remediarlo”, describe.

   “Luego vienen las aplicaciones para detectar sistemas contaminados. Uno normalmente aprende lo que le gusta aprender, pero luego se da cuenta sobre la extensión hacia otras cosas”, afirma.

   Otros de sus trabajos son contaminantes considerados emergentes como cafeína, antibióticos, tetraciclina, y sustancias como el fosfato.

   “¿Por qué y para qué? Al investigador que disfruta esto dirá: ‘Lo hago porque me gusta aprender cada vez más y, de paso, puedo llegar a generar conocimiento transferido para otras personas y para otras aplicaciones tecnológicas”, indica.

   El Dr. Avena está casado con la bioquímica Graciela Zanini, quien también es cordobesa —de Río Cuarto—, profesora del departamento de Química e investigadora del Conicet.

   “La UNS forma parte de nuestras vidas. Y desde el nivel académico no tiene nada que envidiarle a ninguna otra universidad de la Argentina, y hasta del mundo”, asegura.

   “Posee muchas fortalezas y no sólo me refiero al caso de química”, agrega. 

Por el impacto de las publicaciones

   La distinción del Dr. Avena se suma a la de sus pares Gerardo Perillo, Jorge Marcovecchio y Rubén Lara, quienes también integran integran el Top 1000 del corriente año del ranking de research.com para los mejores científicos del mundo.

   La posición en la clasificación se basa en el índice D de un científico (H de disciplina), que sólo incluye artículos y valores de cita para una disciplina examinada.

Universidad Nacional de Sur, en el edificio de la Avda. Alem.

   En el caso de la especialidad del Dr. Avena, el ranking de mejores científicos es una lista confiable de líderes del área de química. Se basa en un examen minucioso de 166.880 científicos en Microsoft Academic Graph y, para la disciplina de química, se examinaron más de 35.760 perfiles.

   Los doctores Marcovecchio, Lara y Perillo son investigadores superiores de Conicet en el Instituto Argentino de Oceanografía (IADO, Conicet y UNS). Los dos primeros se encuentran entre los 18 científicos del país del área de las ciencias ambientales. Perillo, por su parte, se ubicó entre los 8 destacados en ciencias de la tierra.