Derrumbe fatal en la calle Soler: van a juicio profesionales y supervisores
La Cámara Penal rechazó recursos de las defensas y confirmó la medida para el director y subdirector de obra de la firma MAPSA y para un inspector de EDES.
Por el recordado y fatídico derrumbe de una zanja para el tendido eléctrico subterráneo en el centro, registrado a fines de 2016, tres supervisores de la obra tendrán que responder en juicio.
En el incidente falleció aplastado por el concreto y la tierra el operario Gabriel Burgos Melo, mientras que sus compañeros Hernán Olivares, José de la Iglesia y Juan González terminaron con heridas.
El hecho tuvo lugar en Soler al 100, poco antes del mediodía de aquel domingo 6 de noviembre.
Los acusados son Ángel Pablo Matélica, quien era el jefe supervisor de la obra y presidente del directorio de la firma MAPSA; Luciano Nahuel Ostertag, subdirector de la obra, y Sergio Ferretti, supervisor de la empresa EDES.
Homicidio y lesiones culposas
Todos están imputados por homicidio culposo, lesiones culposas y lesiones culposas agravadas por pluralidad de víctimas.
El 21 de septiembre pasado, la jueza de Garantías Susana Calcinelli había dispuesto la elevación a juicio de las actuaciones, pero los abogados de los tres (Maximiliano De Mira, Hernán Silva y Aníbal Pezzutti) apelaron y ahora la Cámara Penal confirmó la decisión de origen.
En una resolución de 36 fojas, a la cual tuvo acceso La Nueva., los camaristas Pablo Soumoulou y Gustavo Barbieri coincidieron en que existen elementos, en principio, para suponer una responsabilidad de los tres en el hecho.
De Mira dijo que Matélica cumplió con las normas de seguridad e higiene; Silva afirmó que Ostertag se opuso a trabajar ese domingo y Pezzutti advirtió que Ferretti solo observó la ejecución de la tarea sin ejercer dirección ni supervisión.
La Cámara se basó en testimonios -entre otros de los sobrevivientes- y en la pericia de ingeniería para determinar las falencias.
En principio el plan de seguridad prevía zanjas de no más de 1.20 metro y esta fue superior y, por otro lado, no se controló la estabilidad del suelo, hubo falta de información y controles conforme al riesgo, falta de responsables técnicos competentes (como especialistas de suelo e ingenieros) y los operarios no estaban debidamente capacitados.
"Independientemente de la profundidad de la zanja, si se hubieran retirado las viguetas, se hubiera empleado el método de excavación como se venía haciendo y se hubiera cumplido con las normas de seguridad mínimas indicadas en el decreto 911, a mi entender, no habría ocurrido el siniestro", dijo uno de los peritos.
Sin deber de cuidado
Los camaristas concluyeron que Matélica "no era cualquier empleado de MAPSA" sino que dirigía y controlaba personalmente la obra y fue quien autorizó ese día los trabajos (a pedido del dueño de una cochera), sin que haya asistido al lugar ninguno de los responsables técnicos de supervisión.
Tampoco tomaron como excusa que Ostertag Villarreal no estaba presente ese día porque "indefectiblemente sabía que el trabajo se iba a ejecutar sin que nadie lo controle, por lo que debió extremar los recaudos".
Y en el caso de Ferretti, sostuvieron que "no se limitaba a visar los aspectos técnicos de la obra sino a un verdadero contralor en su ejecución (al menos en algo tan general como significaba un zanjando manual de más de 1,20 metros de profundidad y con retiro de las viguetas de hormigón)".
Los obreros confirmaron que el supervisor de EDES "impartía ordenes e indicaciones" y que "era una persona de consulta del dueño de la empresa contratista y de terceros que tenían conflictos con la obra".
"Ninguna duda tengo que las conductas desarrolladas por los coencausados resultó violatoria del deber de cuidado que demandaba la situación, incumpliendo cada uno desde su 'rol' actuar con el debido cuidado al que estaban obligados en función de las tareas que cada uno cumplía", definió la Cámara.