Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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En Suiza el placer, en Argentina el goce

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   Me pregunto si no es momento de convocar psicólogos/as a los equipos de campaña electoral y ya que estamos a los equipos de comunicación política.

   En el afán por captar la atención, instalarse en la agenda de medios, distraernos para no reparar en temas importantes que no se están abordando y tras haber comprendido que el voto tiene un gran componente emocional, el intento por tocar la fibra de la población el efecto está siendo adverso.

   En esta cuestión no se salva ninguno, ninguna, ningune…

   Repasemos: Milei dijo: “En 50 años vamos a ser la villa miseria más grande del mundo". Manes en su aspiración por dar el paso y cambiar la Argentina sostuvo que “no podemos importar noruegos”. La ministra Frederic minimizó la inseguridad en el Conurbano y dijo “que Suiza es más tranquilo pero más aburrido”; María Eugenia Vidal considera que "una cosa es fumarte un porro en Palermo y otra en la 1-11-14”. Fernando Iglesias se rascó si ningún disimulo los genitales en pleno acto; Tolosa Paz pasará a la historia con “no hay felicidad de un pueblo sin garchar” y Diego Santilli intentando diferenciarse no tuvo mejor idea que decir “hay que dejarle la sexualidad a los jóvenes".

   En la novela “1984” George Orwell cita: “lo más característico de la vida moderna no era su crueldad ni su inseguridad, sino sencillamente su vaciedad, su absoluta falta de contenido", no estamos muy alejados de la ficción.

   La pregunta es: ¿los políticos nos subestiman o no pueden enfocarse lo que es importante, trascendente y de fondo? ¿Pan y circo?

   Desde la Psicología así como conocemos la personalidad de los votantes también observamos los discursos a simple vista van en sentidos opuestos. Analizar necesidades, comprenderlas y elaborar un proyecto a largo plazo va más allá de frases pintorescas. Se habla de grietas pero pareciera que la clase política es quien la profundiza.

   “Pan y circo” en la antigua Roma hacía referencia al entretenimiento del pueblo mientras toleraba sufrimiento, tal vez este combo de expresiones desafortunadas no sea casual.

    Cuando analizamos frases y gestos pareciera que subestiman a los electores y hasta desconocen sus realidades. Para conectar con una audiencia hay que conocer a fondo su deseos y necesidades.

   Caminan, recorren, hablan, pero lo recomendable es frenar y escuchar. Conectar emocionalmente no implica abordar solo cuestiones inherentes a la sexualidad pues las necesidades básicas insatisfechas son otras.

   Es cuestión de priorizar, lo importante son las personas y no los candidatos, el centro debe ser la ciudadanía y no quien la representa y hasta el momento la visión de país está ausente o no fue especificada.

   El Psicoanálisis establece que goce y placer no son sinónimos, son conceptos diferentes. Ante estímulos, internos o externos, la excitación psíquica aumenta y solo cuando disminuye aparece el placer, por el contrario cuando esa fuerza aumenta y traspasa aquello que podemos tolerar surge un estado de malestar que se denomina goce, por eso el goce nunca puede ser placentero.

   Tal vez por eso Suiza es aburrida, el peronismo garcha, el porro depende de quién lo fume, la sexualidad es cosa de jóvenes y obviamente los noruegos no van a venir. Lamentablemente no son actos fallidos.