Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Lucca, la victoria más preciada de Néstor Zennaro: “Ojalá salde la deuda de la familia”

El “Ruso” será padre primerizo a los 61 años. “Van 5 meses de embarazo y no se queda quieto”, apuntó su mujer, Alejandra.

Fotos: Emmanuel Briane y archivo- La Nueva.

Por Tomás Arribas / tarribas@lanueva.com
(Nota publicada en la edición impresa de hoy)

   

   El trofeo más grande y valioso viene en camino. El mismo tendrá un sentido inconmensurable, superior a cualquier tipo de victoria o halago deportivo.

   A los casi 61 años, Néstor Zennaro se prepara para afrontar el desafío más importante de su vida. ¿Vuelve al Midget? ¡No! Eso, según cuenta (aunque conociéndolo siempre habrá que tomarlo con pinzas), es historia pasada.

   El “Ruso” se alejó de las pistas hace más de cinco años, pero nunca soltó el pedal a fondo del acelerador. Esta vez, la carrera fue contra el tiempo y acompañado de su mujer, Alejandra Vidal (48).

   Juntos fueron decididamente en busca de la última oportunidad.

   Tras muchos años de intentos y frustraciones, el tratamiento dio sus frutos; Lucca Zennaro ya está en camino, con 5 meses de gestación y, según cuenta la madre, con mucha energía.

   “Ya se perciben los genes del apellido. Van 5 meses de embarazo y no se queda quieto adentro de la panza”, expresó.

   —¿Para cuándo tienen fecha, Ruso?

   —Para el 7 de noviembre, justo una semana antes que arranque el Estival de Midget, ja.

   —Más vale que Lucca sea un poco más pensante que el padre...

   —Si sale a nosotros, a la familia Zennaro, seguramente acelere mucho y piense poco. Si el día de mañana piensa correr, ningún problema; lo hará, siempre y cuando sea completamente distinto a mí. De otra forma no se lo permito.

   “Ojalá sea la excepción de los Zennaro y que se encargue de saldar la deuda del apellido”, agregó Néstor, subcampeón de Midget en el Estival 1996/97, deseo que inmediatamente despertó la sorpresa en su mujer.

   Alejandra: —Perdón, ¿de qué están hablando?

   Néstor: —Del auto de carreras.

   Alejandra: —¡Ah!..., ¿ya está decidido eso?

   Néstor: —Sí, sí. ¡Por supuesto!

   Alejandra: —Pero a mí nadie me consultó nada de eso che...

   Segundos después, llegó la reflexión de la madre...

   "Bueno, siempre y cuando lo vaya a disfrutar, que corra. No como vos", le apuntó Ale a Néstor entre risas.

   Para Zennaro, el mayor de los primos con historia en el derrape, fueron semanas muy emocionales.

   Por un lado, enterarse de la llegada de la bendición, el gran anhelo de su vida. Por el otro, la desaparición de su mamá Elvira, la fanática N°1 en cada una de sus competencias.

   —¿Te lo mandó tu vieja?

   —Sí, seguro que fue el último regalo de ella. Se enteró una semana antes de fallecer y estaba chocha. Con el viejo loco (NdR: Aldo, el papá), deben estar súper felices.

Invierno de 2001. Néstor, junto a papá Aldo (izquierda), su hermano Víctor (centro) y Nelson (semioculto), uno de los colaboradores de entonces. 

“La opción más viable”

   A poco estaban de bajar los brazos y rendirse en el intento.

   Más de una década de búsqueda, entre métodos naturales y tratamientos de fertilidad, y nada...

   “Lamentablemente no se daba de forma natural, así que empezamos a recurrir a opciones y tratamientos de fertilidad. Pero todo lo que hicimos acá y en Mar del Plata no dio resultados”, cuenta Néstor.

   “Cuando casi se nos terminaban las oportunidades, nos asesoraron y caímos a la clínica Halitus de Buenos Aires, uno de los centros médicos de fertilidad más prestigiosos del país. Y allí, en el primer intento, por suerte se nos dio”, agregó.

   —Ale, ¿qué tratamiento hicieron?

   —Es un tratamiento de alta complejidad, se llama Ovodonación. Hay que estar muy preparados a nivel psicológico para afrontarlo. Pero bueno, era la opción más viable que nos quedaba, sino teníamos que ir a Miami y alquilar un vientre. Pero milagrosamente se nos dio.

   “Es uno de los mejores tratamientos del país y una de las mejores clínicas. Muy recomendable desde todo punto de vista. Los médicos fueron muy contenedores desde un primer momento y nos advirtieron que con el tratamiento habría muchas chances de embarazo. Creímos en ellos, nos alojamos en Buenos Aires durante 40 días, y volvimos con el milagro en la panza. Todavía no caemos”, detalló.

   —¿En algún momento pensaron en bajar los brazos?

   —Sí, muchas veces. Pero era una frustración transitoria. Estábamos un par de meses angustiados, pero otra vez juntábamos fuerzas y lo intentábamos. Fuimos muy resistentes. Pero también era consciente que, en mi caso más que nada, se me acortaba la edad. Hasta los 50 años es legal en términos médicos, por eso, y los riegos que implica, esta era la última oportunidad.

   "Yo quería ser padre a la edad que sea, lo tenía súper decidido. Se postergó en el tiempo por un montón de cosas. Y después, cuando empezás a buscarlo, parece mucho fácil. Pero pasa el tiempo y se te va complicando. Pero una vez que encontrás a la persona que elegís para toda la vida, concretar ese deseo de familia con hijos es mucho más fuerte todavía", aseguró Néstor.

Etapa cerrada

   Con el "Ruso" nunca se sabe. Su vínculo en el Midget tuvo innumerables retiros y reapariciones.

   Los que conocemos al mayor de la dinastía Zennaro sabemos que el "No" rotundo puede transformarse en ¡sí! de la noche a la mañana...

   —¿Etapa cerrada?

   —Sí. Sería casi imposible volver. Para que eso suceda, un piloto de punta tendría que bajarse y ofrecerme el auto listo para largar. Pero eso nunca va a pasar. Es más, desde que me bajé, nunca más fui a ver una carrera de Midget.

   —¿Algo bueno que te haya dejado tu paso por la categoría?

   —Conocer mucha gente, por supuesto. Aunque yo estaba muy metido en lo mío y no prestaba mucha atención a los demás. La realidad es que nunca disfruté correr. Contadas veces, ponele que un 15% de todas las carreras que tengo encima. Por ejemplo, un viernes ganaba y al otro día ya estaba desesperado por querer volver a ganar la carrera siguiente. Por eso no lo disfrutaba. Llegué a bajar 8 kilos un verano por el estrés, las calenturas y la obsesión que tenía. El Midget me sigue y seguirá gustando. Pero sé que no voy a volver porque nunca podré correr con lo que quiero.

   "El último año fue el peor de todos, lejos. No entiendo cómo aguanté todo el campeonato y no vendí el auto antes", recuerda el Ruso, en alusión a su último torneo, el Estival 2015/16.

   Casi 20 temporadas (debutó en el Estival 1986/87), un subcampeonato y unas cuantas victorias.

   Aunque, más que por los éxitos, Zennaro será recordado por su capacidad velocista y la excesiva, pero espectacular, agresividad al volante.

“Era muy vehemente y poco pensante arriba del auto"

   Al igual que su primo Gustavo, Néstor tuvo la dicha de coronarse subcampeón de Midget. Ello ocurrió en la temporada veraniega 1996/97, disputada en Dublin.

   Pero en más de una oportunidad el “Ruso” pudo pelear seriamente por grandes cosas.

   —¿Qué puntaje le ponemos a tu carrera?

   —Mmm, pongámosle un 6. Por lo que pude haber hecho, no más que un 6.

   —¿Pudiste hacer más?

   —Sí. Si hago un repaso de mi carrera, siempre tuve autos rápidos. Dos de ellos eran impresionantes; el primero de Dublin, que le faltaba doblando, pero largaba y tenía mucha potencia, y después un "FR" negro (NdR: Estival 2006/07), que en medio campeonato anduvo espectacular.

   —¿Por qué no fuiste campeón? ¿Por vehemencia o mecánica?

   —Creo que las dos cosas. Yo era muy vehemente y poco pensante. El año que pude ser campeón, gané cuatro carreras, igual que (Fabián) Colturi, y en dos que venía ganando se rompió el auto a una vuelta del final. Y esas dos veces, el segundo fue Colturi.

   “Las veces que tuve un auto contundente era al todo o nada. Posiblemente por eso nunca fui campeón. Prefería pegarme un palo que salir segundo. Y ese palo me hacía retroceder 10 puestos en el campeonato”, cerró.

Palmarés

11

   Éxitos. El bautismo triunfal de Zennaro en el Midget ocurrió el 14 de enero de 1992, en la quinta fecha del Estival 1991/92, disputado en Tiro Federal. La última victoria veraniega la obtuvo el 23 de febrero de 2007, en la decimosexta programación del Estival 2006/07.

   Su mejor temporada fue la primera disputada en Dublin, en el campeonato 1996/97, que lo vería alcanzar el “2”. Allí se impuso en la fecha inaugural, repitió en la novena y décima, respectivamente, y coronó su cuarto triunfo de la temporada en la decimocuarta.