Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Pandemia: ¿Cómo cambiaron nuestros hábitos de consumo de internet?

“La medida es preguntarse qué hubiera ocurrido si esta problemática se presentaba tan sólo una década atrás. La respuesta está implícita”, dijo Andrés Pombo, analista de medios y docente de la carrera de emprendimientos audiovisuales de la UPSO.

“Actualmente, cuesta creer que haya razones para que una reunión no se pueda llevar a cabo”, señala Andrés Pombo. / Fotos: Pablo Presti-La Nueva. y Primate Animación

Guillermo D. Rueda / grueda@lanueva.com

   Se puede ver el vaso medio lleno.

   “En un contexto que paralizó literalmente al mundo, la tecnología de las comunicaciones estuvo a la altura de las circunstancias”.

   Lo asegura Andrés Pombo, consultor de medios, acerca de la presencia de internet en nuestras vidas a partir de la pandemia que cambió la dinámica de un mundo instalado.

   “Los consumos crecieron de manera exponencial. La virtualidad nos acercó y dio respuestas a situaciones que, antes, no hubieran sido posibles. Ahí se toma real dimensión”, agrega.

   “También nos entretuvo, y nos permitió compartir buenos y malos momentos”, sostiene.

   Pombo dice que, a más de un año de la llegada de la primera ola por el coronarivus, el avance tecnológico de las comunicaciones logró brindar herramientas capaces de sobrellevar la situación sanitaria actual y cambiar paradigmas laborales y de comunicación.

   Pombo recuerda que, al inicio de la cuarentena por la pandemia del Covid-19, todos éramos ignorantes en relación al futuro.

   “Si bien tuvimos una experiencia años atrás, jamás íbamos a esperar un confinamiento de tal magnitud. Ahí es cuando internet hace un aporte invalorable a nuestras vidas”, comenta.

   Pombo señala que, también, fue un boom en cuanto al entretenimiento.

“Los contenidos por streaming crecieron notablemente, más allá de que el consumo on demand ya venía ganando terreno en la Argentina, independientemente del retraso en cuanto a la conectividad respecto del resto del mundo”, aclara.

   También señala el analista que los usuarios se vieron en la obligación de consumir aún más estas plataformas. Citó a las más populares, como Netflix, Amazon, Disney+ y HBO, con todo tipo de contenidos desde series, documentales y películas.

   “El streaming en vivo, bajo medios digitales como Twitch, YouTube o Vimeo, fueron los más aceptados por los usuarios, independientemente de la edad de cada uno de ellos”, explica.

   “A tal punto que, muchas personas que superan los 50 años, se inclinaron por el consumo de series y/o películas”, dice.

   Pombo —quien es técnico universitario en emprendimientos  audiovisuales, por la UPSO-UNS— asegura que las redes sociales, y todas sus variantes, se impusieron en forma notable; incluso, como herramienta de ventas para aquellos emprendedores que requirieron de un canal rápido y ágil para promocionar sus productos.

   “En paralelo, Tik Tok surge fuerte en forma exponencial, situándose en el podio entre las de su tipo”, cuenta.

   También sostiene que los videojuegos se vieron favorecidos por el contexto, sobre todo aquellos denominados gamer no tradicional.

   “Los que aportan diversión en línea por redes sociales fueron los más utilizados por todas las franjas etarias. Y el éxito se hace aún más palpable si nos referimos a los tradicionales gamers que experimentan largas horas en juego. Eso sitúa a la industria como una de las más rentables de los últimos años”, expresa.

   Pombo señala que, hoy, los internautas realizan la mayoría de sus compras a través de este sistema.

   “El comercio online, en cuanto a productos de alimentación y productos, crecieron en un alto porcentaje, dándole un impulso aún mayor a aquellas aplicaciones que reemplazan a las tarjetas de crédito”, cuenta.

   También dijo que, en menor o mayor medida, todos utilizan Mercado Pago para realizar transacciones.

   “Tampoco son pocos los que cuentan con alguna aplicación en el teléfono celular para pagar, por ejemplo, el combustible. Se trata de un gran acierto; incluso, desde el punto de vista sanitario, evitando el contacto con billetes y prescindiendo de firmas que autoricen las compras”, relata.

¿Y el teletrabajo?

   “Como consecuencia del confinamiento, las empresas se vieron obligadas a reinventarse”, señala Pombo.

   “En ese sentido, el primer desafío fue el teletrabajo, logrando, en muchos casos, un éxito rotundo y un buen desenvolvimiento desde el punto de vista laboral”, comenta.

   Asimismo, dice que varias encuestas determinan que, pospandemia, se profundizará la elección por dividir horas de trabajo entre el hogar y el espacio físico utilizado antes de la pandemia.

  Pombo también se refiere a la comunicación audiovisual por redes sociales.

   “Si bien ya venía exhibiendo un auge a partir del advenimiento de las empresas hacia el marketing, varios emprendedores utilizaron, en un corto período, recursos de aplicaciones para poder explotar aún más sus productos, ofrecer servicios y, de ese modo, lograr un crecimiento en sus ventas”, cuenta.

  “Lo propio ocurrió con los clientes que confiaron en las compras online”, agrega.

   Respecto de las reuniones virtuales, el analista sostiene que no parecen tener una fecha de vencimiento; al menos, en el corto plazo. Y que las videollamadas, en promedio, se duplicaron con respecto a años anteriores.

   “Actualmente, cuesta creer que haya razones para que una reunión no se pueda llevar a cabo”, añade.

   “En sólo unos segundos se envía el link y se concreta fácilmente desde cualquier lugar del mundo y sin ningún tipo de obstáculo. Seguramente, grandes proyectos ya se han llevado adelante sin la necesidad de encuentros presenciales. Y se seguirán concretando”, comenta.

   Pombo, quien también es docente de la carrera de técnico universitario en emprendimientos audiovisuales, que dicta la Universidad Provincial del Sudoeste (UPSO), cree que la educación virtual llegó (“en cierto modo”) para quedarse.

   “Muchas carreras universitarias trabajan bajo la modalidad semipresencial. Y plataformas como Zoom, Google Meet,  Jitsi Meet se instalaron en el imaginario de los alumnos”, relata.

Zoom a pleno. / Universidad Adolfo Ibáñez.

   “Si bien no eran completamente desconocidas, la pandemia las consolidó como herramientas esenciales. Hoy, en muchos dictados teóricos ya se aplican de manera perfecta”, sostiene.

    Pero siempre el tema de la conectividad da vueltas.

   “Claro está que no se puede estar a la altura con aquellas materias que requieran una parte práctica. Resulta claro que la Argentina carece de una conectividad ampliada”, dice.

   “En muchos lugares fue imposible acceder a una educación virtual o, al menos, tener una conexión estable. Es un tema profundo. Conociendo las carencias que tiene nuestro país, admito que pretender ese requisito suena utópico en tiempos de emergencia sanitaria”, admite Pombo, quien es uno de los titulares, junto a Juan Francisco Chevalier, de la productora Primate Animación, una firma de comunicación audiovisual.

Pombo, junto a su socio Juan Francisco Chevalier.

   “Desde hace años realizamos transmisiones de eventos en vivo vía streaming. Ese fue para nosotros, ni más ni menos, que el sustento para sobrellevar esta situación crítica”, cuenta.

   “Si bien en el país no estamos acostumbrados a consumir acontecimientos deportivos, u obras teatrales mediante la modalidad pay per view (pagar por ver), surgieron nuevas plataformas que se adecuaron a estos sistemas”, agrega.

   Pombo señala, justamente, que la pandemia convirtió a un término desconocido para muchos en un vocabulario cotidiano: el streaming.

“Hoy, cualquier espectáculo deportivo, teatral o concierto se consumen desde el living de casa, a tan sólo un click y pagando de manera virtual. Eso permitió que estas actividades encuentren una cierta normalidad”, describe.

   “Entiendo que, cuando el coronavirus deje de hacer estragos, las transmisiones a través de este formato continuarán, sobre todo las de carácter e interés nacional, ya que las locales podrán recibir a aficionados que volverán a colmar gradas y aforos”, concluye.

El vaso medio vacío

   “Claro que no todo es positivo”, aclara Pombo.

   “El uso de las plataformas de internet trae aparejados ciertas amenazas, entre las que aparecen las estafas online, las que se han ido generalizando con el paso del tiempo”, asegura.

   “Ahí se utilizan estrategias como los anuncios falsos en plataformas sociales; perfiles del mismo calibre en otras de comercio electrónico o ataques de web, donde el ciberdelito consiste en robar dinero, datos de tarjetas de crédito, contraseñas u otro tipo de información personal”, cuenta.

   “Está comprobado que cuando los inescrupulosos se encuentran con usuarios principiantes en el manejo digital, tienen altas probabilidades de lograr su cometido”, dice.