Bahía Blanca | Lunes, 29 de abril

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Cómo están los hospitales de Bahía para afrontar la segunda ola de COVID-19

Disminuyó la disponibilidad de camas para coronavirus por la atención de otras patologías postergadas en 2020.

Fotos: Archivo La Nueva.

Por Belén Uriarte / buriarte@lanueva.com

 

   La segunda ola de coronavirus llegó a Bahía Blanca antes de lo esperado. Algunos especialistas indicaban que el aumento de contagios se iba a dar a finales de abril o principios de mayo, pero este mes arrancó con récord de casos: el Municipio reportó el martes 222, el miércoles 402 y ayer 199, las cifras más altas en toda la pandemia.

   Sin embargo, hay dos aspectos a considerar: los laboratorios se estuvieron poniendo al día tras el fin de semana largo y hubo un aumento en la cantidad de testeos.

   Los casos vienen creciendo desde marzo tras la calma de febrero y este inicio de abril volvió a encender las alarmas, como en la primavera del año pasado. Pero la situación no es la de 2020. Para bien y para mal.

   A favor tenemos un año de experiencia, el comienzo de la campaña de vacunación que en las últimas semanas se aceleró, las estructuras hospitalarias armadas y el conocimiento de los protocolos (aunque no siempre se cumplan).

   En contra, la crisis del ámbito de la salud privada, la menor disponibilidad de camas por la atención de patologías postergadas en 2020, el cansancio del personal de salud y el relajamiento social.

  El intendente Héctor Gay dijo días atrás que los hospitales privados, que están más abocados a otras patologías, deberán reestructurarse para hacer frente a la demanda. 

   Ante un escenario complejo que no se reduce al número de camas, autoridades de los hospitales de Bahía contaron qué sucede en sus instituciones, cuáles son sus limitaciones y, en el caso de los privados, qué medidas pueden ayudar para disminuir el impacto económico de la pandemia.

 

Crece la demanda y hay poco espacio

   Según el reporte oficial, la terapia intensiva para COVID-19 alcanzó el lunes una ocupación superior al 90 %, con cuatro hospitales al límite de su capacidad, aunque los números son muy cambiantes y ayer se registró una ocupación del 57,14 %.

   En tanto, en clínica COVID para adultos, hubo esta semana entre un 65 y un 80 % de camas ocupadas teniendo en cuenta los siete hospitales de la ciudad.

   Durante el pico de octubre los porcentajes fueron un poco más elevados que en estos primeros días de abril, con mayor cantidad de camas asignadas a esta patología: entre 35 y 40 en terapia (esta semana entre 27 y 35) y más de 100 en clínica (este inicio de mes entre 70 y 80). Mediados de octubre también tuvo más respiradores en uso: entre 40 y 50, mientras que esta semana estuvieron ocupados entre 30 y 36. 

   Estos datos nos acercan a la realidad pero no bastan para analizar la situación hospitalaria.

   El director del Hospital Español, Jorge Fernández Lovell, explicó que tener una cama no significa tener una cama para un enfermo: "No es la cama de una casa donde uno va y se acuesta, acá la cama implica a quién se va a acostar y por qué. Por ejemplo, si es una prestación quirúrgica también debe haber un equipo quirúrgico, un equipo de esterilización, un lavadero pendiente de la cantidad de ropa que se va a usar en el quirófano y una cama de terapia reservada si existe la posibilidad de que esa intervención se complique", detalló.

   Actualmente la mayor parte de la atención de COVID-19 se centra en los hospitales públicos dado que los privados tienen espacios más reducidos por la atención de otras patologías. Y la demanda preocupa.

    La doctora Graciela González Prieto, de la dirección del Hospital Municipal, contó que aumentaron las consultas en la Unidad de Atención Respiratoria Aguda (UARA). 

   "En el verano teníamos de 20 a 50, en marzo no bajó de las 80 y en lo que va de abril registramos entre 100 y 140 por día, más aquellas que se hacen por guardia", comparó la profesional, quien también remarcó que esto impacta en un mayor número de internaciones que no esperaban para esta época.

   El Municipal, que en 2020 atendió al "60 % de todos los pacientes enfermos de COVID-19" de la ciudad, también recibe personas con cobertura social dado que al ser un hospital de autogestión "está autorizado dentro del sistema sanitario a cobrarles a las obras sociales los gastos que implica la atención a sus afiliados".

   Pero no hay una cantidad definida: depende de la disponibilidad y capacidad de atención. "Priorizamos al que no tiene obra social o cobertura, pero si viene algún paciente mutualizado con requerimiento de internación que no son recibidos en el sistema privado, que pasa a diario, los tenemos que internar", indicó la doctora.

   A su vez, aclaró que no es la situación de 2020: "Las próximas semanas van a ser críticas y probablemente vamos a tener que hacer una reestructuración del hospital; los privados no están en condiciones de satisfacer esa demanda por la cuestión financiera crítica que atraviesan, por lo que junto al Penna vamos a tener que dar respuesta a pacientes COVID y de otras patologías con y sin obra social".

    El director del Penna, Gabriel Peluffo, señaló que también están asistiendo a pacientes con cobertura médica, y que al no ser un hospital de autogestión "se facturan las obras sociales a través del SAMO [Sistema de Atención Medica Organizada]".

   "Tenemos internado un número bastante importante de personas que tienen obra social, sobre todo afiliados al PAMI y a IOMA [...] La ocupación hospitalaria es del 90 % en algunos sectores aunque los números son fluctuantes", aclaró Peluffo.

   El director explicó que "en el verano algunas camas destinadas para COVID fueron ocupadas por otras patologías, ya que teníamos una demanda bastante contenida de pacientes que tenían otros problemas; y ahora estamos en la ecuación inversa, volviendo a los números que teníamos en el pico de 2020, que eran alrededor de 10 camas en emergencias, cerca de 20 en clínica, 10 en terapia y algunas más en terapia intensiva pediátrica, ginecología y demás".

"Hay pacientes más jóvenes con cuadros más graves"

   Con respecto al sector privado, el titular de la Asociación Médica, Carlos Deguer, sostuvo que uno de los problemas es que estos hospitales si bien reciben a pacientes con coronavirus, tienen menor capacidad porque están atendiendo la patología programada y la patología que corresponde a la época. 

   "Es un factor de preocupación porque los hospitales hoy están llenos y el área COVID no va a poder expandirse al haber ocupación por otras patologías [...] Hay que trabajar en lo que son las UCMA [Unidades de Cuidados Mínimos Ambulatorios] y en habilitar otras unidades de internación transitorias para manejar esta situación", señaló.

   El presidente del Italiano, Francisco Nardelli, aseguró que siguen recibiendo pacientes por coronavirus y que "a veces se satura el área COVID de sospechosos, situación que se regulariza cuando salen quienes dieron negativo en el hisopado".

   "El número de positivos en los testeos va subiendo, esa es la alerta que tenemos como institución, aunque no hubo gran número de gente con patología grave como para internarla", sostuvo.

   A su vez, indicó que todos los hospitales disminuyeron las camas para COVID-19 durante el verano y las están volviendo a ampliar: "Nosotros iremos viendo cuántas podemos incorporar, esperemos que no sea necesario seguir ampliando porque eso haría que las otras patologías se vieran relegadas".

   El subdirector del hospital Dr. Raúl Matera, Pablo Casella, contó que en 2020 aumentaron las áreas COVID, pero ahora la ampliación se ve dificultada porque "el resto de las salas están completas por la patología habitual, las cirugías y los accidentes automovilísticos que el año pasado no se vieron por el aislamiento".

   Señaló que en 2020 llegaron a tener 25 camas para coronavirus, 7 de ellas en terapia; y hoy cuentan con 12, siendo 4 destinadas a pacientes graves.

   "Nos preocupa el aumento de la asistencia telefónica: hace 10 días teníamos 30 pacientes entre positivos y sospechosos y ahora [por ayer] tenemos 98 pacientes positivos en seguimiento telefónico y 35 que están esperando el resultado del hisopado. También aumentaron las consultas pediátricas", detalló Casella.

   En tanto, la directora del Hospital de la Asociación Médica (HAM), María Elena Sánchez Bejarano, explicó que tienen una distribución de dos burbujas creadas para los momentos críticos, aunque actualmente hay una sola para COVID-19.

   "La burbuja en uso consta de 8 camas clínicas y 2 de terapia. Estamos llenos y si siguen aumentando los casos se podría llegar a utilizar la segunda (8 camas clínicas); hoy es imposible porque está ocupada con patología crónica. Estamos resolviendo mucha patología oncológica y de urgencia", señaló.

   Sin embargo, aseguró que los privados "tratamos de ayudar muchísimo para descomprimir el Municipal con patologías que podemos absorber, estamos en conexión constante [...] En la reunión con el intendente se expuso la situación de los privados y se pidió que los públicos tengan mayor participación que nosotros en COVID".

   También indicó que están evaluando si se pueden derivar pacientes sospechosos, ya que "ocupan una habitación de dos camas y eso altera muchísimo la disponibilidad".

   El director del Hospital Español, Jorge Fernández Lovell, señaló que "esta semana se produjo un nivel explosivo de pacientes" e indicó que "si la próxima continúa, no sé qué vamos a hacer porque no tenemos capacidad de ampliación". 

   "Este hospital está en Estomba al 500, no se puede expandir para ningún lado y no hay tiempo para reformas edilicias. Lo único que podemos hacer es agregar alguna cama más a la estructura existente y agregar alguna cama más implica una cama vestida y personal competente, que no hay suficiente en Bahía Blanca", sostuvo.

   A su vez, indicó que tienen 156 camas en total, de las cuales 18 están en este momento en sector COVID —14 en clínica y 4 en terapia— y que es difícil aumentar la capacidad dado que todavía tienen intervenciones que fueron postergadas en 2020 y la patología habitual.  

   El director del Hospital Privado del Sur, Oscar Arias, indicó que "durante el fin de semana de Pascua se completó la capacidad de clínica y terapia COVID; y esa circunstancia sumada a los recursos finitos, desde los humanos a los insumos, nos ubica en la indeseada posición de tener serias dificultades para recibir pacientes afectados de esta patología".

   Sostuvo que "desde enero, aprovechando la menor demanda de internación COVID, se redujo la cantidad de camas a un 25 % de nuestra capacidad, lo que posibilitó atender pacientes afectados de enfermedades clínicas y quirúrgicas postergadas durante el primer año de pandemia". 

   Arias señaló que también asisten "gran parte de las emergencias cardiovasculares de la ciudad y la zona, la mayor cantidad de nacimientos a nivel privado e innumerables prácticas quirúrgicas [...] La posibilidad de aumentar camas destinadas a pacientes con COVID-19 es muy escasa y de poder hacerlo estaríamos dejando de atender una gran población de enfermos por otros motivos".

   Reconoció que por esas otras actividades "puede ocurrir que haya momentos en los que no se puede dar adecuada contención o respuesta desde la guardia a todos los casos que consultan" y aclaró que "no es un problema de conflicto con las obras sociales, sino de ocupación plena".

 

Personal, vacunación y cansancio

   Desde Región Sanitaria I indicaron el lunes que el 99 % del personal de salud registrado en el plan de vacunación había recibido dosis. Sin embargo, las inscripciones continúan aumentando en el ámbito sanitario por lo que el porcentaje varía día a día. 

   Según los datos oficiales de ayer al mediodía, se hicieron 2.560 aplicaciones al personal de cuidados intensivos (1.624 corresponden a la primera dosis y 936 a la segunda), 8.124 a trabajadores de cuidados no intensivos (5.377 de la primera y 2.747 de la segunda) y 348 al personal de salud de residencias (326 de la primera y 22 de la segunda).

   "Tenemos una esperanza muy grande en poder seguir vacunando; en estos últimos 15 días aumentó notablemente la vacunación y a largo plazo se va a ver como un elemento muy efectivo", resaltó el subdirector del Hospital Dr. Raúl Matera, Pablo Casella, quien remarcó que en ese centro médico "la mayoría se vacunó y los poquitos que no lo hicieron fue por decisión propia".

   "En lo personal, creo que el personal de salud tendría que haberse vacunado obligatoriamente, pero la campaña es voluntaria y la aceptamos de esa forma", indicó.

   Teniendo en cuenta el total de la población, en Bahía se hicieron hasta ayer 42.288 aplicaciones: 37.658 correspondientes a la primera dosis y 4.630 a la segunda. Vale recordar que el plan comenzó con el personal de salud, que luego se hizo extensivo a mayores de 60 años, grupos de riesgo, docentes y personal de seguridad. 

   La vacunación es un punto a favor en este contexto. También lo es que gran parte de los profesionales de la salud haya podido tomarse vacaciones durante el verano.

   Lo que preocupa es que el cansancio ha vuelto a incrementarse por la intensidad laboral de las últimas semanas: "El hospital se transformó en un lugar de alto estrés: todos los días llegan pacientes, hay que cambiarse, está el miedo de llevar el virus a la casa, es todo un problema", manifestó Casella.

   En ese sentido, el titular de la Asociación Médica, Carlos Deguer, dijo que están en alerta porque "no hay respiro y uno ve que va a empeorar". En tanto, la doctora del Municipal Graciela González Prieto remarcó que "el personal de guardia está trabajando a más del 100 % de su capacidad, casi sin descanso".

  El recurso humano es finito: autoridades sanitarias coincidieron en que la cantidad de profesionales de la salud siempre fue escasa en la ciudad, y ahora incluso se ve reducida por el personal de riesgo que tiene licencia.

 

Qué pasa con la medicación

   González Prieto (Municipal): "El año pasado hubo dificultad en la obtención porque faltaban algunas medicaciones en el país y tuvimos que reemplazarlas con otras drogas; por ejemplo, la medicación que se usa para mantener a los pacientes sedados y adaptados a los respiradores. Ahora no sabemos qué va a pasar con los insumos: si van a estar disponibles, los precios que van a tener...". 

   Nardelli (Italiano): "Estamos equipados pero el problema es que no sabemos cuáles van a ser las condiciones de reposición, sobre todo los medicamentos que necesitás para la gente en terapia, que está intubada. Aumentaron muchísimo y no había stock; hay que ver cómo la industria farmacéutica responde a la demanda. Por el momento tenemos, pero no sabemos cómo vamos a responder si empezamos a tener más intubados de lo estándar".

   Deguer (Asociación Médica): "Siguen faltando medicamentos, ahora no hay Midazolam ni algunos medicamentos como anticoagulantes, que puede ser por fallas en la fabricación y alta demanda en las terapias".

   Casella (Matera): "No tenemos faltante, pero nos preocupa el aumento de los insumos".

   Sánchez Bejarano (HAM): "Cuando aumenta la ocupación en terapia tenemos problemas con los insumos que usamos para esos pacientes, que son caros y de alguna manera irremplazables. Por eso, hicimos un pedido en la reunión de directores para que se haga un esfuerzo por controlar los precios, que es resorte de Provincia y Municipio, o asegurar la provisión directa desde los ministerios a los privados porque no podemos soportar incrementos en la situación actual".

   Fernández Lovell (Español): "Los precios de los insumos del arte de curar siguen subiendo, no tienen techo; y hay una dificultad para conseguir insumos de todo tipo. Los hospitales públicos tienen formas de comercialización diferentes y tal vez pueden comprar cantidades que nosotros no; ahora tenemos un stock de farmacia como para hacer frente a la cantidad de enfermos que estamos recibiendo".

   Arias (Privado): "Tenemos dificultades para conseguir ciertos insumos como equipos de protección personal y medicamentos esenciales de uso en pacientes en asistencia respiratoria mecánica. Hay escasez y dificultades para la financiación".

   En este marco, vale recordar que en los últimos meses, el distrito X de la Federación de Clínicas de Buenos Aires (Fecliba) —en el cual está Bahía y ciudades de la región— emitió dos comunicados dirigidos a las autoridades gubernamentales: uno en septiembre porque había "medicación esencial en riesgo" y otro en enero de este año para evitar "una caída en dominó de las clínicas y sanatorios".

 

Crisis de los privados

   En mayo del año pasado, autoridades de los hospitales privados advirtieron sobre su compleja situación económica por la disminución de internaciones, cirugías y estudios de alta complejidad, que son su principal fuente de ingreso.

   Al disminuir las internaciones por COVID-19 durante el verano, pudieron recuperar parte de esa actividad aunque los ingresos siguen siendo menores que los egresos, tal como manifestaron sus directivos. Y ahora se suman incluso las complicaciones por la nueva ola de contagios.

   El presidente del distrito X de Fecliba, Rubén Matoso, señaló que "la única respuesta que tuvimos por parte del Gobierno [tras los reiterados pedidos ayuda] fue la obtención del REPRO en enero, febrero y marzo; no sabemos qué va a pasar en abril". 

  Explicó que en 2020 los hospitales recibieron el ATP —representaba alrededor del 50 % de los sueldos—, que este año fue reemplazado por REPRO II Salud, una suma de 18.000 por cada empleado registrado destinado directamente al pago de sueldos.

   Matoso indicó que ayuda a las instituciones, pero la situación sigue siendo compleja porque "las cargas sociales son de alto costo", la atención de COVID-19 es costosa y "si bien la inflación del año pasado fue del 36 %, las obras sociales promedio aumentaron entre un 20 y un 25 %, en marzo algunas llegaron al 30 y otras al 35 % pero desde enero ya tenemos una inflación del 12,5 % por lo que seguimos estando abajo".

   A su vez indicó que si bien se empezaron a realizar prácticas postergadas, que generan un ingreso, "no hubo un aumento importante de la actividad porque ya en marzo empezamos con problemas severos de COVID-19, que encima PAMI no reconoce".

Hospital por hospital

   Nardelli (Italiano): "La situación económica no se pudo recomponer. Las obras sociales no recompusieron en nada y si hoy no estuviera el REPRO ningún hospital lograría pagar. La pandemia generó un desfinanciamiento del sistema y no hay vías de solución: hay medicamentos que aumentaron el 400 % y PAMI ajustó el 7 %, IOMA el 10 % y alguna otra obra social un poquito, pero por detrás de la inflación".

   Casella (Matera): "Estamos con mucha dificultad, en una situación similar al resto de los hospitales. Los insumos aumentan cada vez, los medicamentos suben semana a semana y los ingresos a través de la facturación a las obras sociales no aumentan en la misma medida. Tenemos un régimen tripartito: la obra social Osecac, el gremio y una gerenciadora, que se llama Fermex, que han podido sostener la situación y hasta ahora no hemos tenido problemas con el pago de sueldos".

   Sánchez Bejarano (HAM): "Noviembre y diciembre fueron meses de reacomodamiento para la actividad normal que tiene un hospital y la recuperación fue de un 30 %. En enero y febrero pudimos recuperar algunas actividades y atender la patología crónica postergada, pero no se logró alcanzar la actividad que se hacía por mes antes de la pandemia. No pretendemos recuperar la totalidad de lo perdido, pero sí poder estar al día, en equilibrio entre lo que gastás y lo que entra. Si no hubiésemos recibido el REPRO, creo que los sueltos no estarían cubiertos". 

   Fernández Lovell (Español): "Hace un año planteé en el Salón Blanco municipal el tema de los servicios. Los hospitales nunca apagamos la luz por lo que la factura es astronómica. Y ¡lo que se gasta de gas! Entonces, si el hospital deja de pagar 6 meses, ¿se va a fundir la empresa proveedora? No, somos un gran cliente, pero nada más. Nadie tiene en cuenta esta situación ni ha hecho ninguna gestión, al menos que yo conozca, para posponer o perdonar el consumo de servicios esenciales (agua, electricidad, gas) y ayudar a los privados en la situación en la que están. Esto está planteado desde hace un año, pero hasta ahora nadie nos dio respuesta".

   Oscar Arias (Privado): "Durante 2020 ofrecimos para atención de COVID en forma progresiva prácticamente un 40 % de nuestra capacidad instalada en el área de internación general, lo que motivó una caída de la producción quirúrgica a niveles que hicieron poco menos que insostenible la economía institucional. El pago recibido de la mayor parte de la seguridad social por las prestaciones brindadas a esos pacientes resultó insuficiente para cubrir los costos del hospital, pulverizado por la inflación y el aumento imparable del precio de los insumos. Este año empeoró de la mano de la incontenible escalada del costo de insumos, medicamentos y aparatología. ¿Cómo hacemos frente al aumento de los gastos? Tratando de ajustar el cinturón, conversando con los proveedores y prestadores, que también sufren las consecuencias de la situación general. Afortunadamente hemos podido abonar los sueldos al personal con regularidad recibiendo ayuda estatal".

Aumento para Sanidad

   La Federación de Asociaciones de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA) venía reclamando un aumento del 16 %, que fue aceptado anoche.

   El acuerdo llegó luego del paro realizado hace dos semanas y el rechazo gremial a la oferta de una suma fija de 3.000 pesos.

   Este 16 % completará el 36,1% de recomposición para 2020: "En marzo, por paritaria, teníamos la recomposición salarial que va a acompañada del índice de inflación correspondiente al último tramo de 2020, y se pidió el 16 % de aumento, que es lo que marcaba ese índice. La paritaria anual la tenemos en junio", sostuvo Roxana Modarelli, integrante local de la Asociación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA).

   Esta entidad representa al personal de sanidad de gestión privada y, según detalló Modarelli, involucra los convenios de hospitales privados (en el caso de Bahía, el Italiano, el Español, el HAM y el Privado), clínicas, clínicas psiquiátricas, geriátricos, empresas de emergencias médicas, laboratorios de análisis, consultorios médicos e institutos de internación. 

   "Entre el personal de sanidad no solo tenemos enfermería, también están el sector administrativo, mantenimiento, el sector de camareras, limpieza, personal especializado, telefonistas, cocineros, personal de lavadero, personal de ropería, esterilización, quirófano, radiología; comprende todos los rubros menos personal médico", explicó.