Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

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Bahía Blanca | Jueves, 28 de marzo

Escenario político: el Frente de Todos se lanza a disputar el protagonismo en la gestión

El peronismo bahiense no invitó a Juntos por el Cambio al anuncio de las obras hídricas. Además, siguen los cruces por la vacunación. Y la preferencia de Gay por Larreta para liderar la coalición de cara a 2023.

Godoy, Susbielles, Simone, Menéndez y Feliu. (Foto: Ministerio de Infraestructura)

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   Cayó como una bomba en Alsina 65 el anuncio realizado este lunes de la conformación de una mesa de trabajo del agua, ya no la que funciona en el Concejo Deliberante desde hace un par de meses, sino otra a nivel provincial. No chocó el objetivo en sí, que es iniciar cuanto antes las grandes obras hídricas que requiere la ciudad, sino lo que entienden como un desprecio político hacia las autoridades municipales, además de una ruptura de códigos por haber dejado fuera del anuncio del plan de obras al gobierno local.

   Ese día se realizó una presentación en las redes sociales del Ministerio de Infraestructura donde se ve al ministro Agustín Simone, al jefe de Gabinete de su cartera, Diego Menéndez, al subsecretario provincial de Recursos Hídricos, Guillermo Jelinski, y a tres dirigentes de Bahía Blanca. Se trata de la delantera titular del Frente de Todos a nivel regional: el presidente del Puerto, Federico Susbielles, el diputado bonaerense Gabriel Godoy y el senador Marcelo Feliú.

   Dentro del hilo, se señala: "El anuncio --del plan de obras-- se lleva a cabo luego de meses de trabajo y reuniones técnicas de las que participaron, entre otros..." y nombra a los recién mencionados. A nadie más.

   Es cierto que la crisis del agua es un problema de orden provincial y requiere respuestas de ABSA y la Gobernación, por lo que la comuna bahiense no está en capacidad de ponerse al frente de semejantes inversiones. Dicho esto, salta a la vista la ausencia en esa comisión de dirigentes locales de Juntos por el Cambio, sean funcionarios municipales o legisladores provinciales.

   En el Frente de Todos sostienen que en JxC, por decirlo de manera delicada, nunca tuvieron suficiente garra ni compromiso para ponerse al mando de las gestiones sobre este tema tan sensible y, por ende, la foto no hace otra cosa que exhibir quiénes son los que sí trabajan en pos de las mejoras estructurales.

   Desde el oficialismo local aseguran que, salvo Jelinski, el resto jamás dio la cara ante los bahienses durante el peor momento de la crisis. Y agregan que Jelinski tuvo una reunión hace pocas semanas con el intendente Héctor Gay, luego de la cual se hicieron prácticamente los mismos anuncios, por lo que esta nueva presentación no es otra cosa que una puesta en escena con tinte electoral.

   Este conflicto sobre las obras hídricas, que podría tener nuevos capítulos, vale por sí mismo pero sobre todo revela un dato más de fondo. A partir de ahora, irá in crescendo la disputa por el protagonismo en torno a las gestiones ante los gobiernos provincial y nacional. Como si la ciudad tuviera un doble comando, por un lado la Municipalidad y, por el otro, la cúpula del Frente de Todos.

   Ya ocurrieron un par de visitas ministeriales al Puerto, la última del titular de la cartera bonaerense de Producción, Augusto Costa, donde no se habrían cursado invitaciones al Municipio. La concejala Marisa Pignatelli (JxC) exteriorizó en Twitter: "A la ciudad de Bahía Blanca le va bien cuando el puerto es de todos. Hoy se convirtió en el puerto del Frente de Todos. Sobra política, falta trabajar para los bahienses".

   Colaboradores cercanos del intendente también iban a salir a reprochar, pero al parecer Gay los frenó. En los pasillos cuentan que el jefe comunal es quien se toma estas cosas con más calma. No obstante, aquellos que lo conocen de cerca admiten que el año pasado se enojó por encima de su promedio cuando Susbielles primereó una serie de anuncios que venía a realizar el ministro nacional de Obras Públicas, Gabriel Katopodis. Ese fue el primer mojón de esta carrera por mostrar quién trabaja más en beneficio de la ciudad.

   Desde el FdT matizan: "Lo importante es que vengan las obras a Bahía, no importa quién las factura". Aunque después pinchan: "No vemos al oficialismo muy activo en la gestión, puras declaraciones rimbombantes sobre las vacunas y esas cosas. Nada muy útil".

   En cuanto a Costa, también es cierto que se reunió con el intendente para firmar un convenio de fomento de los comercios de cercanía, actividad que difundió en sus cuentas. En el peronismo ironizan: "Se ve que el equipo de comunicación municipal se olvidó de promoverlo en las suyas".

   Protagonizar los anuncios en un tema tan flamígero como las obras de agua tiene dos caras. Si el plan se lleva a cabo tal lo previsto y los vecinos lo empiezan a sentir en el servicio, Kicillof y el Frente de Todos se anotarán un triunfo poderoso en una ciudad que les resulta esquiva. Podrán adueñarse del latiguillo "estas son obras que duran para siempre". Pero, si por alguna razón los trabajos no progresan y los bahienses acumulan una nueva frustración, alguien tendrá que explicar el fracaso.

   Está claro que Vidal prometió durante cuatro años un acueducto, no lo hizo, y así y todo fue la candidata más votada en Bahía Blanca en 2019. El kirchnerismo, en este distrito, no parece tener tanto changüí.

   En cuanto a la vacunación, pasan los días pero ciertas tensiones no aflojan. El intendente de Coronel Rosales, Mariano Uset, disparó que deben ser el distrito con menor cantidad de vacunas y que sigue sin entender los criterios de distribución y aplicación de dosis, balazo que fue repelido no solo por el concejal peronista Rodrigo Sartori sino por un alto dirigente que difícilmente se enreda en discusiones públicas.

   El líder regional de La Cámpora, el diputado Godoy, usó sus redes para responderle al jefe comunal rosaleño: “Desde inicios de la pandemia la Provincia estuvo a disposición para trabajar con los intendentes en cada municipio. El vacunatorio funciona muy bien a medida que siguen llegando vacunas. Ese es el camino a seguir en conjunto y no comunicar confundiendo a la población".

   Días antes, el jefe comunal de Coronel Dorrego, el radical Raúl Reyes, había criticado que el operativo en su distrito está a cargo de una persona que no tiene antecedentes de trabajo en el ámbito de la Salud. Y el villarinense Carlos Bevilacqua, referente del vecinalismo, dijo que tuvo inconvenientes al principio pero que ahora sí están trabajando de manera armónica con Región Sanitaria. Esto, por no mencionar las continuas quejas desde Juntos por el Cambio bahiense sobre la campaña.

   Por supuesto que en esta contienda se mezclan los intereses políticos, aunque vale reconocer que la ciudadanía en general tampoco entiende por qué se vacuna de tal o cual modo. Hoy por hoy, uno de los principales criterios para distribuir vacunas no tiene tanto que ver con el tamaño poblacional de un distrito sino con la cantidad de gente que efectivamente se anotó en la aplicación Vacunate e integra los grupos prioritarios. O sea, cuanta mayor voluntad de vacunación en una localidad, más dosis deberían llegar. Por eso desde el FdT les piden a los intendentes que promuevan la campaña. Y, más que eso, que no la bastardeen.

   El problema de base, de todas maneras, sigue siendo que hay pocas vacunas en relación a las expectativas que supo construir el propio gobierno de Alberto Fernández. En esa línea, siempre habrá un ciudadano que crea que merece ser vacunado antes que otro que ya recibió su inmunización. Puede parecer una discusión pequeña, pero no lo es: con el regreso paulatino de las restricciones, en breve uno de los requisitos para realizar ciertas actividades podría ser el certificado de vacunación.

   Volviendo a Uset, una particularidad de su reclamo fue que no comparó la cantidad de dosis recibidas en su municipio contrastando con alguna comuna del Frente de Todos, sino que directamente dijo que "se le hace agua la boca" cuando escucha el número de dosis que llegan a Bahía Blanca, donde gobiernan sus compañeros de ruta política. Para machacar sobre el kirchnerismo, podría haberse quejado de que una vacuna "puntaltense" se le aplicó a la exdirectora del Pami, Paola Buedo. Pero no, para expresar su descontento por los presuntos favoritismos eligió el otro ejemplo.

   Si el comentario fue adrede o involuntario, lo sabrá Uset. A simple vista no parece haber internas en Juntos por el Cambio regional, más allá de las diferencias obvias dentro de cualquier equipo. Sin embargo, siempre hay alguien que toma nota.

   Acerca de líneas internas, ayer se produjo un encuentro que reafirmó las preferencias en el comando amarillo bahiense. Gay se reunió a solas con Horacio Rodríguez Larreta, el líder con perfil de moderado al que en Bahía ven con buenos ojos para la conducir la coalición de cara a 2023, junto con su principal socia María Eugenia Vidal.

   El intendente de nuestra ciudad valora a Mauricio Macri y también considera pieza clave a la otra figura del Pro que más juega desde los márgenes ideológicos, Patricia Bullrich. No obstante, entiende que el camino de la alianza debería tender hacia el centro y que nadie expresa mejor ese concepto que la dupla Larreta-Vidal.

   La pregunta es si en Bahía Blanca todos piensan lo mismo o si existe un sector que prefiere recostarse sobre posturas más duras. Es el dilema que ya se está volviendo clásico en Juntos por el Cambio: ¿Rechazo completo a quienes no combaten de manera franca al peronismo "no republicano"? ¿O conversaciones y apertura con todos, para tener la ambulancia lista y recibir a quienes vayan quedando heridos por las prácticas de poder del Frente de Todos?

   Las piezas del año electoral se están moviendo.