“Me voy de Olimpo por la puerta de atrás y eso es lo que más me duele”
David Vega ya no es más jugador aurinegro y tampoco seguirá ligado al club donde se había convertido en ídolo y referente tras 12 años ininterrumpidos. El “Chori” está molesto por la forma en que se dio su salida, los hinchas pusieron el grito en el cielo y la dirigencia, por ahora, prefirió guardar silencio. ¿Quedará todo como está?
Por Sergio Daniel Peyssé / [email protected]
Después de 12 años en el club, David Alejandro Vega ya no seguirá ligado a Olimpo. La noticia le partió el alma a la gran mayoría de los hinchas aurinegros, aunque mayor ruido y repercusión causaron las declaraciones que el “Chori” brindó en distintos medios periodísticos, incluso en La Nueva, donde casi de corrido expresó...
“El 31 de enero pasado venció mi contrato como jugador profesional y la Comisión Directiva estaba en todo su derecho de no renovarlo, pero lo que más me molestó fue que me enteré que no seguía por una conferencia de prensa; hubiese querido, como cualquier futbolista, que primero me lo informen a mi”, empezó diciendo, con voz pausada y tratando de no olvidarse de nada, el volante cordobés de 40 años.
Tras poner en conocimiento al lector sobre cómo fue su desvinculación de la institución, el último ídolo del mundo olimpiense se emocionó...
“Estoy destruido, si supieras por todos los estados que pasé después de haberme enterado que no iba a continuar en mi Olimpo... Me cuesta salir adelante, pienso en todo lo que viví en el club y me invade una gran tristeza. Todos me dicen que debo ser fuerte, mirar para adelante, pero no es fácil para alguien que estaba tan ligado a los colores, a la entidad y a su gente”.
Y siguió...
“El dolor es interno, quería intentar un año más, sabía que podía. Físicamente estoy entero, jugué antes y después de la pandemia y siempre estuve en la consideración de los técnicos que tuvimos en el Federal A que acaba de terminar. Es más, si Olimpo ascendía, yo me iba a ir con ese ascenso, y eso estaba hablado con Alfredo (Dagna, vice aurinegro). Como no se dio, sentí que me podía quedar un año más a intentarlo”, admitió el “Rey” David.
“Cuando Alfredo y Angel (Tuma, presidente) volvieron al club a mediados de 2019, yo tenía la posibilidad de emigrar a Brown de Puerto Madryn a jugar la B Nacional. La propuesta era muy buena en lo económico y el DT (Marcelo Broggi) me había dicho que me necesitaba, pero Alfredo me pidió que banque a Olimpo (había descendido al Federal A) en un momento tan crítico como el que estaba pasando, y me quedé a lucharla, dentro y fuera de la cancha”, agregó.
“En ese momento preferí seguir acá para aportar mi experiencia y no estoy arrepentido de nada; hoy lo volvería a hacer”, esgrimió.
Mientras se secaba las lágrimas, siguió hablando prácticamente sin interrupciones...
“Me voy de Olimpo por la puerta de atrás y eso es lo que más me duele. Aunque con la cabeza en alto, porque dejé todo por la institución. Pasé buenas, malas y pésimas, pero nunca agaché la cabeza y cualquiera puede dar fe que siempre le hice frente a los problemas. Nunca imaginé lo que está pasando, pero no todas las historias tienen un final feliz y a mi me toca estar llorando por algo que ame y seguiré amando con todo mi corazón como es Olimpo”.
—Creo que está película va a tener otro capítulo, no se si terminarás así, ¿qué pensás vos?
—Para mi es cosa juzgada. En este último tiempo estuve muy mal, triste, depresivo, y solo tuve la contención de mi novia (Valeria) y su familia. También sentí el apoyo de los hinchas, del plantel, de ex compañeros y de mis tres hijos que están en Córdoba, pero yo necesitaba un llamado de Angel Tuma, quien fue el que hizo el anuncio de las bajas que iba a tener el plantel en la conferencia de prensa.
“Angel y Alfredo me conocen mucho, saben que conmigo no tienen problemas y que lo hubiésemos hablado frente a frente en una mesa de café porque siempre hemos tenido buen diálogo. Pero ya está”.
—Dudo que ya esté.
—(Bajó la cabeza y pensó). Tenía la ilusión de que esto se arregle, pero la fui perdiendo mientras fueron pasando los días. Viví mañanas, tardes y noches encerrado, sin querer hablar con nadie y haciéndome la cabeza. Traté de buscarle la vuelta, pero escuchaba que Tuma, en diferentes medios, declaraba que lo mío no tenía vuelta atrás y eso me desesperaba cada vez más.
“Te conozco desde hace mucho y no te puedo mentir: pensé en lo peor. Se me cruzaron un montón de sensaciones, hasta me llegué a preguntar ¿por qué me toca vivir este sufrimiento? Al poco tiempo pasó lo del Morro García y creo que puedo decir que lo entiendo, que sé lo que sentía. Por momentos ves que no tenés salida, que la vida afuera de tu casa sigue con normalidad y que vos no podés salir de tu estado, que nada ni nadie te tira ese salvavidas que tanto estás necesitando”.
—Me dejaste sin palabras: no sé que preguntarte.
—Yo me vi reflejado en lo que le pasó al Morro, pero no me considero tan valiente para decir “listo, hasta acá llegué”; pensarlo es una cosa y actuar es otra muy distinta. Lo del Morro me pegó fuerte, pero a su vez me hizo reflexionar, en ese momento puse un montón de cuestiones personales y sentimentales en la balanza y elegí seguir viviendo.
“Me costó salir, aunque tuve la ayuda de un montón de gente que me quiere y me valora, que me dio fuerzas para ver todo como más optimismo”.
Apoyo incondicional
El día posterior a la conferencia de prensa, Alfredo Dagna llamó a Vega para pedirle perdón y también para ofrecerle una continuidad en el club.
—¿Fue así?
—Me pidió disculpas porque la forma en que anunciaron mi salida no fue la adecuada, y que por el aprecio que me tenía se sentía bastante mal. Me convocó a una reunión para hablar y ahí me propuso una continuidad, aunque Tuma seguía dando notas donde aclaraba que yo no iba a continuar ligado al club.
“Como vi que el presidente y el vice no se ponían de acuerdo, decidí no quedarme en un lugar donde íbamos a estar incómodos todos”.
—¿Seguís pensando que es Tuma el único que no quiere que continúes en el club?
—Sí, porque con Alfredo aclaramos un montón de cuestiones internas cuando nos reunimos a solas y en ese momento él me ofreció seguir, pero Tuma no me habló nunca y esa es una espina que tengo atragantada y que no me da la paz interior que tanto necesito.
“Me da bronca porque con Angel, cuando era médico del plantel profesional, compartí un montón de vivencias e historias, tenemos un montón de anécdotas, algunas que se pueden contar y también de las otras... (leve sonrisa). Yo quería que Angel me diga personalmente o por teléfono que no iban a tener en cuenta, pero porque es Angel, con el que en su momento tuve mucha confianza y hemos charlado sobre nuestras vidas infinidades de veces. Por la excelente relación que alguna vez tuvimos, para mi Tuma no es un dirigente como cualquier otro, y que eso se entienda por favor”.
—Queda claro: tenés una charla pendiente, que es con Tuma.
—Si, tal cual, pero bueno, ahora quiero que pase todo esto...
—(Se volvió a emocionar).
—Es mucho lo que viví en Olimpo: viajes, concentraciones, largas rondas de mates, tomas de decisiones muy importantes, ascensos, descensos, alegrías, tristezas. Hasta compañeros míos que conocen a Angel no pueden creer que no me haya llamado. Pero es como le digo a todos: ya está, él es el presidente, tomó una decisión y hay que respetarla. No hay más nada para decir.
—¿Por qué saliste a hablar recién ahora?
—Porque no quería seguir siendo prisionero de mi silencio, el hecho de no sacar todo lo que tenía adentro me estaba haciendo mal. Había algunos rumores sobre como había sido mi salida del club, por eso salí a contar la verdad, lo que realmente pasó. No tengo porque mentir, muchos me conocen y saben lo que soy. Cuento lo que siento tratando de no perjudicar a nadie. Quiero que le vaya bien a Olimpo, porque esa es la única manera de que también me sienta bien yo.
—Lo más grave, lo que más ruido le hace al hincha, es que se rompe el vínculo entre Olimpo y Vega, no entre Vega y un equipo de fútbol.
—Es más doloroso irse del club que de un vestuario. Hoy me toca estar del lado de afuera y voy a seguir apoyando al club como sea y desde donde sea. Lo más importante es Olimpo, porque yo soy un bahiense y un hincha aurinegro más. Decidí quedarme a residir acá, así que te podés imaginar que tengo a Olimpo todo el día dándome vueltas por la cabeza.
“Hoy siento que ya está, que algo se rompió. Ellos saben quien soy yo y lo que Olimpo es para mi, pero me hubiese gustado irme a despedir de mis compañeros y de toda la gente que trabaja en la institución”.
—Por lo que sé, eso no lo tenés prohibido.
—Yyy, pero cuesta. Habíamos hablado con Alfredo que después de mi retiro iba a seguir ligado al club, como entrenador (este año arranca el curso de DT profesional), formador o coordinador. El siempre me dijo que yo veía bien el fútbol y que le podía aportar mucho a las categorías menores e infantiles.
—El hincha no te quiere ver triste, e insiste con que tenés que tener otra oportunidad en el club.
—Lo de la gente es increíble, es un apoyo incondicional. Recorrí varios barrios de Bahía y me di cuenta que a Olimpo lo llevan en la sangre, que han dejado de comer para guardar el mango y gastarlo en una entrada. Esos hinchas saben el sacrificio que hice por el club, como yo sé lo que dejan de lado para poder estar alentando en la tribuna. Ese es un vínculo hermoso y leal que hemos creado; y estoy agradecido por eso. Es un cariño inmenso y jamás me voy a olvidar de ellos porque los llevaré siempre en mi corazón.
“Que sigan alentando y apoyando, es lo que necesita este grupo de jugadores, que le están poniendo el pecho a una situación tan complicada como estar en el Federal A. En el actual plantel hay buena gente y una camada de chicos muy interesante. Por eso pido que ayuden a este equipo, porque no es fácil cargar con la enorme obligación que significa ascender sí o sí.
—¿Te han dicho que Olimpo pierde a su último gran ídolo?
—Idolo es una palabra muy fuerte, y le agradezco infinitamente al simpatizante que piensa así. Desde que llegué en 2009 me han tratado muy bien, y siempre traté de retribuirles ese cariño. Me quedó la espina de intentar un año más, porque tengo ganas de dejar a Olimpo en la Primera Nacional, pero bueno, me voy con la consciencia muy tranquila y trato de pensar en positivo.
—¿Y de ahora en más qué?
—Estoy entrenando en La Armonía, y le agradezco a ese club el lugar que me dieron, el hecho de poder mover hasta que me salga algo. Propuestas hay, pero tengo que estar tranquilo porque puede llegar a ser el último año de mi carrera.
—Te vas a retirar en Olimpo, vas a ver...
—No creo, pero si lo voy a seguir deseándole lo mejor hasta que me muera.
¿Qué pasó con Abaurre?. “Es un tema delicado, tenía un trato normal con los jugadores y nunca vi nada raro. Es más, fue subcapitán y es mentira esos rumores que decían que cambiaba favores sexuales por titularidad. Si hubiese sido así, vos te crees que no nos hubiésemos enterado. No hablé con él ni me corresponde involucrarme en sus cuestiones. Solo aclaro que con él tenía un trato normal de jugador a técnico”.
Sin necesidad de preguntar
— “Como no fui más al club sé que todos los días me falta algo, más allá de que entreno en La Armonía, donde me hicieron sentir más que bien. Me llevo el cariño de todos mis compañeros, aunque me hubiese gustado irme a despedir de ellos. Sé que Dios es justo, y quiero que sepan que cuando esta actual comisión se había ido del club (al perder las elecciones frente a Identidad Aurinegra), yo estaba luchando la permanencia con un grupo de pibes. Nos fuimos al descenso, es cierto, pero con mucho orgullo y de pie. Por eso me duele mucho lo que me están haciendo”.
— “Hasta podríamos haber llegado a un acuerdo: este año me iba a jugar a otro lado y en 2022 volvía para trabajar en el club, como entrenador o formador. Pero no, es como que me quisieron retirar antes de tiempo. Llevo 20 años de carrera y no voy a aceptar que un dirigente me retire del fútbol”.
— “¿Si me llaman de Villa Mitre? Por el respeto a Olimpo, a los colores, a la institución y a su gente, imposible que cruce de vereda. Me escribieron algunos seguidores tricolores, pero para bancarme, no para que vaya para allá. Más allá de mi buena relación con todos los equipos y los jugadores de la Liga, amo a Olimpo y lo amaré hasta el último día de mi vida”.
— “La gente del fútbol de Bahía me hizo emocionar con los mensajes que me mandaron, les agradezco profundamente a todos. Una palabra de aliento fortalece el alma y con la ayuda de todos voy a superar este mal trago para volver a ser feliz”.