Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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​​​​​Escenario político: ¿100 casos más en menos de 20 días?

Se aceleró el ritmo de contagios y esa es la proyección de la Municipalidad. Bajó drásticamente un indicador clave. ¿Qué pasará con la fase 4?

Foto: Prensa Municipio

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   Héctor Gay salió esta semana a los medios intentando transmitir calma. El aumento de contagios se aceleró en los últimos días en Bahía Blanca y el intendente aplicó, consciente o intuitivo, el manual básico de comunicación en situación de crisis. 

   Ante la proximidad de una mega emergencia (panorama de marzo) hay que encender el alerta y advertir todo lo malo que puede pasar, para que la población tome conciencia y recaudos. Con la pandemia instalada, se trata de mostrar los mejores datos para no ahondar el desánimo.

   "Hoy, 1 de julio a esta hora, no hay ningún contagiado utilizando respirador", le dijo Gay el miércoles a LU2. Dato real.

   No obstante, julio y agosto son los meses pico de enfermedades respiratorias. Ese contexto y la relajación de muchos bahienses ante una cuarentena que se estira (todos sabemos que hubo un festival de reuniones el Día del Padre) van a acelerar el ritmo de positivos.

   En las últimas horas, Adrián Jouglard exteriorizó en varias radios lo que venía repitiendo en privado."Para los próximos 20 o 25 días esperamos unos 100 casos más, alrededor de 5 por día".

   Esta proyección disparó algunas alarmas entre los principales referentes del Municipio, pese a que era esperable un despegue de la curva para esta época y a que los números siguen estando muy por debajo de lo previsto meses atrás.

   Anoche, tras un zoom de gabinete, quedó al borde de definirse la restricción de la circulación vehicular de 21 a 6 en toda la ciudad, que estará solo habilitada para trabajadores esenciales.

   Se prevé mayor patrullaje de la Policía, con el objetivo de desincentivar las reuniones familiares y de amigos que proliferan en todos los barrios. Y que generan particular inquietud por lo que puede suceder en los sectores donde abunda el hacinamiento.

   El virus puede atacar a cualquiera, por supuesto, pero ahí donde viven muchos en poco espacio, la velocidad de contagios puede ser dramática. Por lo pronto, no hay datos que certifiquen la circulación desatada en un barrio puntual, aunque la posibilidad está latente.

   ¿Qué cambió, entre el miércoles y el jueves, para que el mensaje desdramatizador trastoque en el anuncio de una restricción? El análisis es que la veda vehicular no debería impedir a nadie llevar adelante sus actividades autorizadas.

   La mayoría de los negocios y oficinas cierra a las 17 y los horarios más extendidos son para los comercios de barrio, que funcionan hasta las 21. Luego, solo quedan abiertas las farmacias de turno para resolver urgencias. Por lo tanto, si las normas se cumpliesen de manera cabal, el impacto sobre la población debería ser nulo.

   Igualmente, no habría que descartar algunas restricciones más. La presunción es que la ciudad va a una suerte de "cuarentena móvil", con aperturas y cierres de acuerdo con la evolución de la enfermedad.

   ¿La eventual confirmación de 100 casos más en los próximos 20 días significará perder la fase 4? No necesariamente. El retroceso de fase depende de tres factores combinados: la aparición de transmisión comunitaria, que ahora sí hay en Bahía; que el tiempo de duplicación de casos sea inferior a 15 días; y que el sistema sanitario no esté en capacidad para soportar la multiplicación de contagios.

   Uno de esos indicadores, la duplicación, tuvo ayer una caída abrupta. Pasó de 41 días a 17. La explicación no tiene que ver con los últimos positivos sino con la modificación del método de cálculo.

   Hasta anteayer se utilizó el método simétrico. Si hoy hay 100 casos, se debe mirar cuándo hubo 50 y contar la cantidad de días entre una y otra marca.

   Ahora se empleará el método proyectivo, por el cual, a partir de un cálculo estadístico, se define la probabilidad en días de que los casos actuales se dupliquen hacia el futuro. Es decir, si hoy hay 124, en 17 días debería haber 248. Peor cálculo aun que la estimación expresada por Jouglard.

   La ratificación esta semana por parte de la Gobernación de que Bahía continúa en fase 4 significa que nuestro distrito no perderá ninguna de las actividades productivas permitidas, pero a la vez sigue a muchísima distancia de habilitar varias otras.

   Quienes hoy no pueden trabajar, como los gimnasios, restaurantes, trabajadores de la cultura y otros rubros permanecerán inactivos y a la espera de soluciones que no aparecen desde ningún nivel del Estado.

   Hay un problema planteado desde abril, cuando se hizo evidente que el aislamiento venía para largo. Los gobiernos, en especial el nacional, tienen más herramientas para contener las necesidades materiales de la población vulnerable que aquellas de la clase media, que no está acostumbrada a vivir del subsidio directo y que no le alcanza con el dinero que se ofrece desde los programas sociales existentes. 

   Ante ese panorama, lo que asusta, tanto o más que el virus, es el peor enemigo del hombre: la incertidumbre.

   Mientras no haya vacuna, habrá cuarentena. Y la mayoría de los trabajos deberá reinventarse. Incluso si en 2021 aparece la cura para el Covid-19, ya habrán operado cambios en los sistemas de relaciones personales y de producción que no serán fáciles de volver atrás. 

   La pandemia, al imponer el teletrabajo extendido o las clases virtuales en las universidades, aceleró el futuro. La pandemia, al mostrarnos que un chino estornudando en Wuhan puede detener el tejido productivo del sudoeste bonaerense, nos muestra la cara más desafiante del mundo interconectado. 

    Es un error creer que algún día volveremos a la vida como la conocimos hasta febrero. En el futuro no está el pasado.