Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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​​​​​Escenario político: cuántos casos proyectaba el Municipio para junio y qué datos mira hoy

Las cifras de contagios y fallecimientos estimada en marzo era muy superior. Los números. Además, qué expectativas hay por los anuncios de Alberto y Axel. Y la polémica por la derivación de pacientes del Conurbano encuentra su cauce.

¿Habrá cambios para Bahía en las próximas semanas? (Fotos: Jano Rueda, Rodrigo García y Pablo Presti - La Nueva)

Maximiliano Allica / mallica@lanueva.com

   La previa de los discursos de Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta esta vez no genera tanta expectativa en Alsina 65.

   Se espera que los ejes de hoy estén centrados en contener la crisis en el AMBA y se intuye que para el interior bonaerense no habrá mayores novedades.

   El intendente Héctor Gay remarcó esta semana que en Bahía Blanca no peligra la fase 4, que está llamada a convertirse en la nueva normalidad para nuestra ciudad. 

   Llegar a fase 5 requiere 21 días sin contagios, misión casi imposible, y retroceder a fase 3 supone una explosión de casos que amenace al sistema sanitario. Hoy los hospitales bahienses están lejos de eso, como se ha planteado en diversas oportunidades en La Nueva.

   ¿Cuáles son las dos variables sanitarias que más se valoran en este momento en los principales despachos del Municipio?

   "Cuando escuchamos que aumentan los casos, a esta altura, no nos alarmamos porque sabemos que eso va a suceder. Para nosotros lo que importa son las camas disponibles y los fallecidos", dice una de las voces de mayor peso en Juntos por el Cambio.

   Las áreas COVID-19 de los hospitales bahienses apenas superan el 10% de ocupación y los decesos suman 5. ¿Cuál era la proyección que planteaban los especialistas en marzo cuando perfilaban esta época?

   Aquellos gráficos mostraban una curva que iba a tocar los 2.000 contagios para el inicio del invierno, con una tasa de letalidad del 5%. Es decir, preveían 100 muertos en Bahía al día de hoy, cuando formalmente ni siquiera llegan a ese número los positivos registrados.

   Pese a que los datos son muy inferiores a lo esperado, sea por mérito de la cuarentena, la buena conducta de la sociedad o por exageración de las proyecciones, está claro que no se prevén cambios de status para la ciudad al menos hasta septiembre.

   Esto quiere decir que, si no ocurren cimbronazos, las actividades que hoy funcionan van a seguir funcionando y la mayoría de las cosas que no, seguirán sin hacerlo.

   Ahí sí hay una preocupación fuerte. El camino al cierre o la quiebra de múltiples negocios es ineludible. En una reciente reunión entre dueños de gimnasios y autoridades políticas se planteó hasta el caso de una familia que se tuvo que ir a vivir a su local.

   El decreto presidencial prohíbe expresamente a los gimnasios, con lo cual ni siquiera un acuerdo entre Municipio y Gobernación podría liberarlos.

   Para esos rubros y otros no autorizados se están pidiendo subsidios que no llegan, al menos en la cantidad suficiente como para sostener necesidades que se ahondan con el correr de los días.

 

   Por lo pronto, está en carpeta pedir habilitaciones deportivas no incluidas en fase 4, pero que el gobierno municipal entiende que serían viables. Se trata de actividades sin contacto físico y al aire libre, como el tenis, el golf o los deportes náuticos. 

   No es una preocupación masiva, desde ya, pero ayudaría a algunos a despejarse y permitiría recibir ingresos indispensables a quienes les brindan servicios. Sin embargo, observando la actitud del presidente y el gobernador, no parece que haya respuestas afirmativas en breve.

   Otro problema latente son los trabajadores de la cultura. Si bien van apareciendo soluciones en cuentagotas, el fondo de la cuestión continúa vacío.

   Dice un dirigente del oficialismo: "Necesitamos que Provincia nos mande fondos pero contestan que no tienen. Cultura era ministerio y lo rebajaron a subsecretaría, bajo el ala del ministro de Producción. Le esmerilaron el rango y le sacaron recursos. ¿Qué hubieran dicho si la que ponía a Cultura debajo de Producción era Vidal? A nosotros no nos lo hubieran perdonado".

   Replican desde el Frente de Todos: "Hay una subejecución flagrante del presupuesto municipal de Cultura. Mentira que no tienen plata. Que expliquen para qué la usan". El concejal Carlos Quiroga presentó un proyecto esta semana pidiendo informes sobre la ejecución del presupuesto del área, así como solicitando el detalle de las partidas destinadas al programa Cultura en Casa y preguntando cuál es la situación de la Comedia Municipal, que por razones obvias no puede reunirse. Probablemente no le respondan.

   Más allá de eso, hace varios días que no se escuchan contrapuntos en los pasillos políticos locales. En la Municipalidad todavía conservan la bronca por aquella denuncia penal contra el presidente del Concejo Deliberante, Fernando Compagnoni, acusado de abuso de autoridad tras el reemplazo de la concejal Gabriela Schieda en la sesión donde se decidió aumentar el boleto de colectivos.

   La Corte provincial rechazó de plano el planteo y todavía está el sinsabor en el oficialismo porque ese fallo no tuvo la misma repercusión que la denuncia. La pandemia se devora todo.

   Esta semana Gay y su contraparte del peronismo Federico Susbielles se volvieron a mostrar juntos, en la obra de avenida Dasso. Se los ve cómodos, con buen diálogo, lo cual se puede considerar que es bueno para la ciudad pero no genera tanta felicidad al interior de cada una de sus coaliciones. 

   Gay es un intendente sin chance de reelección, que le está dando mucho aire a un Susbielles que se consolida como centro gravitatorio de la oposición. La política no es tan generosa como para que nadie mire estas apariciones con recelo, pensando en las competencias futuras.

   ¿Cuáles son las figuras que se preparan en el oficialismo para disputar la sucesión del actual jefe comunal? Falta muchísimo para las urnas y hay una pandemia que atender, pero ya se observan un par (literalmente) de opciones dentro del comité de crisis del Municipio, integrado por Gay, Adrián Jouglard, Pablo Romera, Pablo Acrogliano y José Fernández Ardáiz.

   Esta semana también subió y bajó la temperatura de otra polémica: la posibilidad de que pacientes con COVID del Conurbano deban internarse en hospitales de otras ciudades, como Bahía, si estalla el sistema en el AMBA y aquí quedan cupos disponibles.

   Desde la Municipalidad primero admitieron la versión: "No es descabellado", dijo el intendente. Aunque más adelante pisó la pelota, al afirmar que por ahora no hay nada de eso en el horizonte cercano.

   Como la discusión escaló por fuera de la ciudad y hasta hubo cruces en la Legislatura bonaerense entre los opositores a los traslados (Juntos por el Cambio) y quienes están a favor (los peronistas del bloque 17 de Noviembre), el jefe de Gabinete provincial, Carlos Bianco, salio a desmentir las versiones.

   "No está previsto mandar pacientes del Conurbano al interior", dijo Bianco según cita la agencia DIB.

   Ayer, en diálogo con LU2, el director provincial de Hospitales, Juan Sebastián Riera, le puso cordura al debate.

   "Estas derivaciones existieron siempre porque el sistema hospitalario funciona como un todo, es una red. En cada caso hay que determinar qué conviene hacer, pero los traslados de un hospital a otro, sean o no del mismo distrito, no se pueden descartar".

   Agregó que es habitual que Bahía derive a centros médicos del Conurbano, La Plata o la ciudad de Buenos Aires, lo cual es muy cierto y ataca al corazón del argumento de quienes pretenden rechazar a pacientes de otras localidades.

   Sus manifestaciones evidencian un concepto elemental: se nota mucho la diferencia cuando declaran dirigentes políticos, que dicen lo que creen que la gente tiene ganas de escuchar, respecto de los funcionarios técnicos, que miran los datos y no los votos.