Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

“Me sorprendió la decisión del presidente, no me quería ir de Godoy Cruz”

La dirigencia del “Tomba” despidió al técnico Mario Sciaqua en plena pandemia del coronavirus y en medio de fuertes rumores que indicaban que la salida del entrenador santafecino se debió a la mala campaña del equipo y por no aceptar una rebaja en su salario. El ex DT de Olimpo le contó todo a La Nueva.

Fotos: Archivo La Nueva y twitter Godoy Cruz

 

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

 

   “El Club Deportivo Godoy Cruz Antonio Tomba informa que Mario Sciacqua dejó de ser el entrenador de nuestro primer equipo, de común acuerdo con nuestros dirigentes.

   Desde nuestra institución sólo tenemos palabras de agradecimiento para Sciacqua y su cuerpo técnico por el compromiso y trabajo demostrado durante el tiempo que defendieron nuestro escudo”.

   Ese fue el comunicado oficial con el que la entidad mendocina, en plena pandemia del coronavirus y sin fútbol en Argentina desde el 16 de marzo, despidió al DT santafesino, de recordado paso por Olimpo en la temporada 2016-2017, cuando el aurinegro se mantuvo en Primera ganándole 3-0 a Aldosivi el último partido del campeonato.

   Más allá de la palabra legal de la institución bodeguera, distintas versiones indicaban que Sciacqua no habría aceptado una rebaja salarial solicitada por los directivos, situación que, sumada a la floja campaña que había realizado el Expreso hasta el parate obligado, apuraron el adiós.

   “Es mentira y me gustaría explicárselo a la gente de Bahía, ciudad que tan bien me ha tratado y de la que guardo excepcionales recuerdos”, le empezó diciendo “Marito” a La Nueva., enumerando distintos saludos a los amigos y allegados que dejó acá, pero en especial a los actuales dirigentes olimpienses: Angel Tuma, presidente, y Alfredo Dagna, vice.

   “Después de lo mal que lo pasé, hubo algo que me hizo mantener fuerte anímicamente: las personas que me llamaron para brindarme su apoyo. Dagna fue uno de los primeros en comunicarse conmigo para preguntarme si necesitaba algo y que cuente con él para lo que sea. Esas actitudes son las que me llenan el alma y me alegran el corazón”, señaló Mario desde su casa en Santa Fe.

   “En un primer momento, alguien, no sé quien y tampoco voy a andar buscando culpables, manifestó que el presidente (José Mansur) se enojó porque yo no me quería bajar el sueldo, aunque después el mismo presidente salió a aclarar que la decisión del club de rescindir mi contrato no tuvo nada que ver con el factor económico, y que tampoco fue por algo que dije, hice o causó malestar”, señaló el orientador.

   En cualquier contexto, decir “lo echaron” suena fuerte, aunque la Comisión Directiva no hizo más que prescindir de los servicios de Mario como entrenador, obligándolo a que renuncie para que ambas partes puedan llegar a un “acuerdo” de rescisión de contrato en buenos términos.

   “Me interrumpieron el proyecto por razones de gustos y estrictamente futbolísticas”, admitió el “Padre” Mario, como lo bautizó un creyente hincha de Olimpo, a su vez ferviente admirador de la idea futbolística del orientador nacido en la localidad de Berabevú.

   “Cuando me convocaron de Godoy Cruz fue para mejorar una campaña de 9 puntos en 16 partidos, para acomodar al equipo, aumentar su rendimiento y empezar a sumar parea engrosar el promedio. Más allá de los duros partidos que tuvimos al inicio (perdió con River y Lanús), obtuvimos 9 puntos en 8 encuentros. La apuesta era que el equipo gane en confianza y mejore la imagen para la segunda parte de la competencia, que era la Copa de la Superliga, pero jugamos con Boca y se paró el torneo”, argumentó.

   “Debido a la pandemia y al aislamiento, me volví a mi casa de Santa Fe y seguimos con los entrenamientos virtuales y las charlas con el plantel por las distintas plataformas. En plena cuarentena, no hace mucho, me llamó el presidente (Mansur) para comunicarme que tenía pensado cambiar el rumbo del equipo de Primera división y que me iba a dar de baja”.

   “Le pedí que me escuché, que con la recuperación física de algunos futbolistas más la activa participación de otros que no estaban jugando, el equipo iba a mejorar y podía llegar a pelear bien arriba en alguna de esas Zonas que se habían armado en caso de que el campeonato continuase”.

   —¿Y, qué te respondió?

   —Que lo iba a pensar, aunque después se comunicó con mi representante y le manifestó lo mismo que me había comentado a mi: que pretendía cambiar el timón del equipo, apostar a otro proyecto, no sé si más o menos ambicioso porque no me dio detalles.

   “Hablé con los demás integrantes de mi cuerpo técnico (Facundo Besada, ayudante de campo; Adrian Coria, segundo asistente, y Marcelo Abaro, preparador físico), evaluamos la situación y llegamos a la conclusión de que, si no estábamos en los planes futuros del club, no era conveniente forzar situaciones. Lo mejor era terminar en buenos términos, sin diferencias y dejar bien en claro como iba a ser la rescisión del contrato”.

   —¿Le crees al presidente, fue por una cuestión deportiva?

   —Sí, aunque debo reconocer que me sorprendió porque nunca sospeché de nada. Y me duele. Esperaba un cimbronazo después del partido que nos dio vuelta Unión en Mendoza, el que terminamos perdiendo 3-1. Aunque en ese momento el presidente y la CD me respaldaron, a tal punto que descomprimimos la mente y superamos sucesivamente a Vélez y Newell’s.

   “Los que me conocen saben que siempre me quedo con lo bueno, que valoro al prójimo, y es por eso que le doy mucha importancia a los llamados solidarios de los distintos dirigentes de los clubes por los que pasé, de colegas, ex jugadores y periodistas. Ya hice el duelo, no quiero revolver más de lo que ya sabés; prefiero mirar para adelante porque siempre creí que después de una mala siempre viene una buena”.

   —Sos un optimista por naturaleza.

   —Soy un hombre de fe que cree en que el ser humano habita este mundo para hacer el bien.


“La acepté, pero no estaba de acuerdo”

   En dos meses de competencia, Mario dirigió 8 partidos en Godoy Cruz: 3 victorias y 5 derrotas.

   —Más allá de esa campaña, en ese lapso de tiempo, ¿no existió nada raro, alguna situación que haya molestado al presidente para que tome la determinación de despedirte?

   —No hubo cortocircuitos. La relación era normal. Por ahí en Olimpo, al igual que en Patronato, había otro tipo de trato, más familiar y con una comunión entre plantel y auxiliares muy marcada. En Godoy Cruz era distinto, ni mejor ni peor; el manejo era más profesional. La idiosincrasia de los clubes y la manera de actuar de los dirigentes no son iguales en todos lados.

   —¿Volviste a hablar con Nadur después de que te despidió?

   —No. Acepté la decisión que tomó más allá de que no esté de acuerdo. Yo creo que un proyecto prospera si tiene continuidad y las bases bien asentadas. No quiero entrar en polémicas, Mansur no estaba conforme con nuestro trabajo y resolvió dar por finalizado el proceso.

   “Estoy superando este duelo con la ayuda de mi familia. ¿Qué pienso? Que no hice nada fuera de lugar como para que me digan que no iba a seguir siendo el técnico de Godoy Cruz. No creo que haya razones extrafutbolísticas; por eso cuando me voy a domir apoyo tranquilo la cabeza en la almohada”.

   —¿Mansur te ofreció una rebaja de sueldo y vos no la aceptaste, o no hubo ningún tipo de propuesta de parte de la dirigencia?

   —Me molestó que se diga que no acepté una rebaja en mi salario, que no me importó nada... Al contrario, cuando arrancó todo este tema del Covid-19, le manifesté que me solidarizaba con la situación económica del club y que entendía lo que vivía el país y el mundo. Acto seguido le ofrecí un ajuste en mi sueldo mensual, que no tenía problemas, que él decida el porcentaje que me quería descontar.

   “Sin embargo desde la Comisión Directiva siempre nos aclararon que mientras el club pueda hacer un esfuerzo y consiga pagar no iba a tocar los sueldos. Y así fue, porque desde que llegué hasta que me fui me cumplieron en todo lo que estaba hablado y firmado”.

   —¿Y de dónde surgió esa versión de que tu salida se debió a que no aceptaste una rebaja en tu salario?. Creo que salió del mismo club o de la prensa, no hay otra.

   —¿Qué querés que te diga? Dejalo ahí. Me quedo con el acompañamiento y el cariño de la gente, de las palabras de aliento, de escuchar: “Mario, quédate tranquilo que te conocemos, que la verdad se va a saber”. Le agradezco a Mansur que haya salido a aclarar que yo nunca me negué a resignar un aparte de mi sueldo; yo no quería quedar como un mentiroso ni expuesto desde un lugar extrafutbolístico.

   “No todos los clubes están en la misma situación económica y financiera, pero por sentido común, por la situación compleja y aterradora a causa de un virus, por la falta de actividad y de ingresos a las arcas de los clubes, yo mismo le propuse al presidente una rebaja de mis honorarios, porque soy coherente y solidario. Pero la decisión que tomó él no pasó por ahí, estuvo enfocada en el aspecto deportivo”.

   —¿No te jugó en contra el hecho de que hayas “colgado” al “Morro” García, el jugador emblemático del plantel?

   —No lo colgué, lo separé del grupo para que se ponga bien físicamente, aunque la decisión fue consensuada con él. Es más, en este proceso de cuarentena, el “Morro” fue un fenómeno, tomó el compromiso de hacer todo al pie de la letra y de ponerse a tono, sin saber que yo me podía ir del club.

   “Por donde pasé, con los jugadores tuve buena relación al llegar y al irme. En los procesos deportivos suelen suceder situaciones inesperadas, enojos, enfrentamientos, sobre todo porque uno debe tomar decisiones y el otro acatarlas, pero mientras haya vínculos fuertes, diálogo, armonía y bienestar general, luchar por los objetivos es más fácil. Siempre me manejé en base a respeto y cordialidad, y lo voy a seguir haciendo.

   —¿Cómo arreglaste tu salida?

   —En buenos términos. Godoy Cruz no me dejó debiendo nada porque cobré hasta el último día trabajado. Es un club que se encuentra muy bien y no quiere tener problemas con la gente. La verdad, no me puedo quejar de nada.

   —¿Y ahora?

   —Superar este mal trago, analizar metodologías de trabajo, intercambiar ideas y reinventarme como me he reinventado tantas veces, con la idea de estar otra vez en el ruedo y a disposición de quien me quiera llamar.

   —¿Ofertas?

   —Ninguna.


Amor a la distancia

   “A Olimpo lo quiero un montón, lo sigo y habló seguido con los que trabajan por el resurgimiento del club y del fútbol”, señaló Mario, reconociendo que, después de dos descensos en un año, se preocupó y mucho por la entidad bahiense.

   “Prefiero hablar del presente, de este empujoncito que le están dando Tuma y Dagna para que la institución se acomode y vuelva a estar en los principales estamentos del fútbol argentino. Porque Olimpo es de Primera, le guste a quien le guste”, sentenció Marito.