El coronavirus de fiesta
El coronavirus sigue tan presente como el primer día. Cuiidarse es parte de la responsabilñidad e todos.
Todo llega. Una frase que carga su cuota de verdad. Por caso la llegada de las fiestas de fin de año: del año que quedará en la historia por una pandemia que ha modificado la normalidad del planeta.
En la Argentina se estableció una cuarentena-aislamiento que se extiende hasta nuestros días, más allá de una creciente falta de cumplimiento atento a sus consecuencias sociales, sanitarias y laborales.
Porque además han quedado expuestas sus falencias y si bien las medidas han sido favorables para permitir mejorar algunas cuestiones sanitarias, sin dudas la contagiedad del virus ha dejado en claro que lo sensato es aprender a convivir con él.
La llegada de fin de año suma las fiestas de navidad y año nuevo, momentos de encuentro de las familias y de reuniones y salidas de los más jóvenes, además de visitas entre amigos y encuentros de todo tipo.
Y este momento no tiene cambio alguno con el que se vivió a lo largo del año: no hay vacuna que haya modificado la historia, el virus no desapareció ni se volvió menos contagioso y la población vulnerable sigue siendo la misma.
Lo cual sugiere que se va a atravesar un período donde los contagios se intensificarán, donde miles de personas dejarán de tener los cuidados correspondientes, sobre todo los relacionados con el distanciamiento, y hasta habrá reuniones al aire libre “legales” donde se hará imposible controlar contactos, saludos y abrazos.
Queda entonces todo a cargo de la responsabilidad de cada uno asumir que el coronavirus está presente, que contagia, que enferma y que en muchos casos mata. Ser cuidadosos con quienes tiene riesgo, evitar contactos con familiares mayores y buscar no modificar hábitos y conductas en medio de una pandemia que nio ha disminuido su presencia.