Bahía Blanca | Sabado, 12 de julio

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Dos Profesoras en Letras, con el mejor promedio en la Colación de Grados

Melina Tamar López y Ludmila Aylén Marinero fueron las graduadas más destacadas, al registrar 9,44 puntos.

Ludmila Aylén Marinero y Melina Tamar López, las mejores de la Colación de Grados. Fotos: Prensa UNS

Dos flamantes Profesoras en Letras resultaron las graduadas más destacadas de la 407º Colación de Grados de la Universidad Nacional del Sur. 

Melina Tamar López y Ludmila Aylén Marinero registraron 9,44 puntos de promedio en su paso por la casa de Altos Estudios y se convirtió en la mejor del acto realizado en  el Aula Magna de avenida Colón 80.

El listado completo de flamantes profesionales es el siguiente:

Especialista en Gestión de Recursos Humanos: Nadia Yamila Blanco Abdala, Patricia Marcela Carreño, Julieta Félix, María Florencia Franco, Sofía Lageyre y Manuela Santamaría.

Especialista en Educación para Profesionales de la Salud: Lucas Gonzalo Durán y Andrea Irene Mariño.

Ingeniero Agrónomo: Micaela García de la Fuente y Víctor Ariel Massa.

Técnico Universitario en Parques y Jardines: Candela Lalli y María Eugenia Valladares.

Bioquímico: Andrea Susana Hegel y Donatella Panello.

Licenciado en Ciencias Biológicas: Micaela Irupé Millenpeier.

Contador Público: Iván Eduardo Gonnet, Pamela Anahí Kuhn, Eduardo Gabriel Mansilla, Andrea Yanina Streitenberger y Agustín Juan Cruz Vogt.

Licenciado en Administración: Joaquín Leonel Cricco Arlabosse, Marcos Gabriel Cricco Arlabosse, Guido Farabolini, Angelo Larregina y Francisco Javier Martín.

Técnico Universitario en Administración y Gestión de Recursos para Instituciones Universitarias: Eliana Haydeé Nador.

Licenciado en Ciencias de la Educación: Iara Araya y Carolina Schwindt.

Profesor de Educación Inicial: Florencia Agustina Sayago Faúndez.

Enfermero: Giuliana Alejandra Lorenzo.

Técnico Universitario en Acompañamiento Terapéutico: Oriana Aguirre, Abril Cuevas y Florencia Ana Meriggi.

Licenciado en Ciencias Geológicas: Elsa Belén Ceballos y Anahí Marcos.

Profesor en Geociencias: Elsa Belén Ceballos.

Licenciado en Filosofía: Juan Cruz García Vallejos.

Licenciado en Historia: Natalia Beatriz Maidana.

Profesor en Historia: Bernabé Cabrera y Mayra Chia.

Profesor en Letras: Melina Tamar López y Ludmila Aylén Marinero.

Ingeniero Químico: Micaela Gentili Iseppi, Josiana Lauria y Rafaela Mazzeo.

Ingeniero en Alimentos: Mateo González.

Doctor en Economía: Gastón Cayssials da Cunha.

Doctor en Geografía: María Ángeles Speake.

Especialista en Derecho Penal: Carolina Jesica Orieta.

Especialista en Derecho de Familia, Infancia y Adolescencia: Facundo Ledesma.

Ingeniero en Sistemas de Información: Sergio David Andrade Colombani, Octavio Antich, Federico Arias y Manuel Enríquez Merino.

Licenciado en Ciencias de la Computación: Agustín Escobar.

Abogado: Agustina Conti, Mauro Ezequiel Fiorenza, Natalia Julia Moreno, Cristian Daniel Navarro Winschu, Agostina Mariel Piccinetti, Valentín Pintos, María  Agustina Santarelli y Florencia Sinconi Mazziotti.

Arquitecto: Lucía Agnoletti lo Pinto, Renato Angelini, Carola Paula Bianco Baltián, Sebastián Antonio Loglen, Sofía Mandolesi, Rosario María Sacristán y Santiago Villegas.

Agrimensor: Rosángel Araceli Pascual.

Ingeniero Civil: Ornella Daiana Degiorgi, Javier Hernán Gallego, María Natalí Grassi, Agustín Hermann y Agustín Ortiz.

Ingeniero Industrial: Alejandro Gabriel Boero, María Victoria Iriarte y Vilma Soledad Torres.

Ingeniero Mecánico: Matías Gabriel Agustiño, Maximiliano Manuel Balzi Tordi, Martín Iván Crespo, Julián Kromberger, Agustín Samuel Rodríguez y Elías Sei González.

Ingeniero Electrónico: Adrián José Falasco, Francisco José Levis Rossi y Juan Agustín Paez.

Licenciado en Matemática: Aldana Claribel Donolo.

Profesor en Matemática: Valeska Camila Villegas.

"En la universidad aprendí a confiar en mis capacidades"Micaela Millenpeier, Licenciada en Ciencias Biológicas

Hoy estoy acá, con una mezcla de orgullo y emoción, pero también, un poquito de incredulidad. Porque si hace algunos años me hubieran dicho que un día como hoy iba a estar recibiendo mi título universitario, tal vez no lo habría creído. Pero acá estoy… acá estamos.

Hace un par de años, yo —como tantos de ustedes— dejaba atrás lo conocido, lo cómodo, lo familiar, para animarme a lo nuevo. Comenzar una vida universitaria implicó mucho más que cambiar de ciudad o de rutina, fue abrirme a un mundo distinto, lleno de desafíos, dudas e incertidumbres.

Pero en este camino aprendí varias cosas. Algunas tienen que ver con la biología, las nuevas especies, ecosistemas y los procesos que rigen la vida. Pero otras, tienen que ver con lo que nos sucede dentro.

Hace unos días, un profe que admiro mucho, habló de la vocación como una pequeña llama interna. Una que, en algún momento, se enciende… y se vuelve difícil de apagar. Yo creo que cada une de nosotres, a su manera, sintió esa llama prenderse alguna vez, ya sea en una clase que nos conmovió o en alguna pregunta que nos desveló.

Entonces para mí, estudiar una carrera universitaria no fue solo formarme como profesional, sino también, construirme como persona.

En la universidad aprendí a confiar en mis capacidades, aprendí a ser perseverante, y también a pedir una mano amiga cuando la necesitaba. Aprendí que el conocimiento es colectivo y que no siempre está en los libros, también vive en las conversaciones, en los mates, los errores, pero sobre todo, vive en lo compartido.

La Universidad Nacional del Sur, pública y gratuita, me abrió las puertas al conocimiento y me permitió cruzarme con personas excepcionales en el camino. Y eso, sin dudas, es lo más valioso que me llevo.

Hoy estoy acá y quiero agradecer. Agradecer a quienes estuvieron cerca en este viaje. Agradecer a la Universidad y a cada docente que nos acompañó con paciencia y vocación. A mis compañeros, colegas y amigos de la vida, que de cerca o de lejos, festejaron cada logro como propio. Agradecer a mi familia, que me dio la posibilidad de elegir y el sostén para seguir. A cada uno de ellos le digo gracias, gracias por encender esa llama.

Y a nosotres, les egresades, hoy cerramos una etapa. Hoy también es un nuevo comienzo. Somos parte de una generación que tiene la oportunidad de construir un mundo mejor, desde nuestros saberes, nuestra sensibilidad y nuestra humanidad.

Que no se nos olvide todo lo que somos capaces de hacer.

Que no se nos enfríe la esperanza.

Que sigamos caminando con orgullo, compromiso y con el corazón abierto.

Y ojalá que nunca, nunca descuidemos esa llama interna. 

"Al máximo de nuestras habilidades"Valentín Pintos, Abogado

Es un honor para mí haber sido elegido para hablar este día, en representación de los graduados de esta gran universidad.

Primero, me gustaría expresar mi agradecimiento a la Universidad Nacional del Sur. Yo soy bahiense, y en su momento, tuve la opción de mudarme a Buenos Aires para estudiar y, en cambio, elegí quedarme en Bahía Blanca y estudiar en esta universidad, y es una decisión de la que no me arrepiento en lo absoluto

Tuve el privilegio de aprender de profesores excelentes, como estoy seguro también lo tuvieron todos los demás graduados. No solo por su alto nivel de conocimiento y de inteligencia, sino también por su gran habilidad y paciencia para enseñar y , además, para transmitir su pasión. Son ellos los que nos han permitido crecer como estudiantes

Y a todos ellos, así como también a todos quienes son parte de esta Universidad, les agradezco profundamente.

Ahora, también quiero felicitar a todos los graduados que hoy reciben su diploma, así como también a sus familias y sus amigos que los acompañan.

No es una novedad, pero es inevitable decirlo en un día como hoy: lo que celebramos hoy es por un lado un logro individual, personal nuestro, pero también es un logro de nuestros seres queridos, en especial de nuestras familias.

Quienes somos y donde estamos hoy, tiene mucho que ver con lo que hicieron y siguen haciendo por nosotros nuestros padres, hermanos, tíos, primos, abuelos y el resto de los miembros de nuestras familias.

En mi caso, tuve la oportunidad de dedicarme exclusivamente a estudiar, sin tener que trabajar durante la carrera,  y eso solo pude hacerlo gracias a la ayuda de mis padres. 

Al mismo tiempo, mis padres pudieron darme esa oportunidad porque antes sus padres, también hicieron sacrificios para poder darles oportunidades a ellos.

Lo que quiero transmitir hoy, es que todos estamos acá gracias a los sacrificios hechos y a las decisiones tomadas tanto por nuestros padres, como por nuestros abuelos, como por nuestros bisabuelos antes de ellos.

Así, este día no es solo la culminación de nuestro camino personal por esta universidad, sino que es la culminación de lo hecho a lo largo de las décadas por nuestros predecesores.

Todos somos parte de un linaje, de las historias de quienes vinieron antes, y todos llegamos a este punto gracias a ellos.  Estén hoy acá presentes, o no. Es por esto que creo que nuestras familias son los máximos responsables de que hoy tengamos esta celebración y yo, en particular, le agradezco mucho a la mía.

Este momento es muy especial para mí por otra razón, y me gustaría contarles una breve historia que explica porque:

En la escuela secundaria yo era un pésimo alumno. Fui a la Escuela Superior de Comercio, dependiente de la Universidad Nacional del Sur, y me llevé contabilidad los 3 años que tuve esa materia.

Viéndolo en retrospectiva, no me la llevaba porque no me gustara o porque no tuviese la capacidad para entender los temas, sino porque simplemente no me importaba demasiado.

En diciembre con la ayuda de mi mejor amigo que era mucho mejor estudiante que yo, estudiaba en 2/3 semanas lo que no había estudiado durante el año, entendía los temas, y después aprobaba.

Y en estos últimos años, más allá de buscar aprender, estuve persiguiendo también algún tipo de redención en ese sentido. 

En mi último año, mi profesor de contabilidad Eduardo Salerno, nos tomó un examen escrito pero después también un examen oral para que explicáramos nuestras respuestas. Me fue bien en el escrito y también en el oral. Fue bastante exigente, e incluso a la mayoría no les fue bien, pero había estudiado mucho y entendía la materia. 

Terminado el examen oral, se quedó hablando unos minutos conmigo. Era un profesor muy copado, que nos hablaba como iguales. Pero, que también se podía enojar bastante cuando no le prestaban atención o cuando se decía alguna burrada.

Pero en ese momento, hablando conmigo luego de aprobado el examen, no se lo veía enojado, ni tampoco me estaba retando, sino que se lo veía más bien confundido.
No entendía porque había sido tan mal alumno todo el año. Se ve que notó que algo de capacidad tenía. Entonces no entendía por qué había estado tan desinteresado todo el año; cómo podía ser que el mes anterior no hubiese sabido explicarle ni lo más básico de la materia y ahora sabía todo. Y me dijo algo no necesariamente complejo, sino bastante simple: “en la vida, todo al máximo. Cualquier cosa que hagas, hacelo lo mejor que puedas hacerlo”

A pesar de no ser algo demasiado elaborado o algo que yo nunca hubiese escuchado antes, fue algo que me quedó grabado y eso es lo que he intentado hacer estos años estudiando en esta universidad y lo que pretendo seguir haciendo. 

Creo que si hay algo importante a tener presente hoy y el día de mañana, y que no aplica solo a los que hoy recibimos nuestro título, es a encarar nuestros proyectos e incluso nuestros problemas, como me dijo el profesor Salerno: al máximo de nuestras habilidades.

Con el título que nos entregan hoy, nos vamos a enfrentar a un nuevo desafío, y uno muy difícil: el de poner en práctica lo aprendido, hacernos un lugar en el mundo profesional, y poder servir a otros con nuestros conocimientos.

El día de hoy refleja nuestro esfuerzo, nuestra disciplina, nuestra creatividad para resolver problemas y nuestras ganas de mejorar, de lograr, y de crear y de construir.
Nuestra voluntad de hacer y de ser.

Y el día de mañana, de igual manera, será reflejo de las decisiones que tomemos a partir de hoy. 

Siempre habrán muchas razones para no perseguir lo que uno quiere, ya sea un trabajo específico, ya sea un posgrado que nos interesa o cualquier otro proyecto laboral, académico o incluso personal. Pero espero que, todos nosotros, a pesar de ello, decidamos actuar y actuar rápido porque quizás mañana sea demasiado tarde.

Espero que nos pongamos metas ambiciosas e incluso quizás ridículas para quienes las escuchen, que nos esforcemos mucho en alcanzarlas, que sigamos estudiando y formándonos, que tomemos riesgos que nos asusten pero también que nos entusiasmen,  y que desempeñemos nuestras profesiones con pasión, con responsabilidad y manteniendo la misma curiosidad y ambición que nos empujó durante toda nuestra carrera. 

Felicitaciones a todos y muchas gracias.