Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Mayra Arena: la cancelación a Los Pumas, deporte en equipo y un kit de depilación que la espera

La bahiense que conmovió al hablar de pobreza en una charla TEDx, analizó el fenómeno que involucró al seleccionado argentino de rugby en las redes sociales. En una entrevista con "La Nueva." también habló de dos de los proyectos que lleva a cabo: uno educativo y otro deportivo exclusivo para mujeres. 

Mayra Arena tiempo atrás, durante una visita a los estudios de LU2. Fotos: Archivo La Nueva y @lospumas.

   Por Ricardo Sbrana - rsbrana@lanueva.com

   (Nota de la edición impresa)

   El sentir y pensar de Mayra Arena sobre la pobreza no se agotó en marzo de 2018, con aquella famosa carta en Facebook (El beneficio de ser pobres) y posterior consagración como activista social en la charla TEDxBahíaBlanca. Su compromiso y militancia a favor de los más humildes rebasaron el mensaje y hoy es protagonista de hechos y de cambios.

   El deporte ocupa un lugar entre sus preocupaciones. Por ejemplo ahora trabaja en un proyecto para crear un club deportivo exclusivo para mujeres en Fuerte Apache. También se declara hincha de Banfield y enamorada de Javier Mascherano, según confesó a “La Nueva.” en el marco de una entrevista en la que habló de la importancia del deporte social y del escándalo de Los Pumas vinculado “el fenómeno” de la cancelación.

   La recordada exposiciónTEDxBahíaBlanca: "¿Qué tienen los pobres en la cabeza?"

   -¿Fuiste deportista en tu infancia?

   -No, de chica la que cumplió esa función fue la iglesia, donde cantaba o se tocaba un instrumento (NdR: en el Ejército de Salvación). Para mí el deporte o el arte tienen una función social, además de abrir la mente y otorgar beneficios físicos a los chicos. Un doble margen de ganancia. En mi caso fueron la iglesia y el arte. Yo tocaba la trompeta allí y pasaba todos mis días. Fue mi lugar de refugio. En vez de estar en la calle o en mi casa, donde no se vivía bien, estaba ahí y fue mi espacio de contención. El deporte para mí cumple esa misma función. Apoyo todos los deportes, en especial aquellos que son en equipo y que enseñan a los niños a convivir, a ceder, a saber cuándo es momento del otro, a saber que se trabaja o se gana en equipo. Todos esos valores del compañerismo.

   -Da la impresión que estás describiendo al rugby. Sin embargo, la sociedad hoy está muy mal con este deporte al que, por otra parte, se considera inclusivo y usina de valores. ¿Qué ves de esa situación?

   -Pasan dos cosas en paralelo: el rugby tiene esto que tienen varios sectores sociales y es que cuando uno de sus participantes comete un error, la condena social recae sobre todos. Si un carpintero comete un delito, nadie se la agarra con los carpinteros del mundo. Ahora si un policía comete un delito, recae sobre toda la institución. Lo mismo aplica a curas, villeros... En otros sectores no pasa. Sí en el rugby. La verdad es que la sociedad necesita alguien a quien odiar, un chivo expiatorio, alguien a quien culpar de todos los males. Y hay un resentimiento o rechazo sobre el rugby porque se lo considera un deporte de clase. ¿Por qué? Porque tal vez en sus orígenes, antes, los clubes eran más excluyentes o exclusivos; era un deporte no tan popular como fútbol o básquetbol. Y tiene ese sesgo de que la gente lo no ve como popular, aunque hoy lo sea. Pero en paralelo la sociedad está viviendo un momento en el que disfruta con el escrache del otro.

   -Sabrás que el rugby llegó a sectores marginales, por caso villas o las mismas cárceles, donde se lo aplica como herramienta de recuperación de personas. Hasta el propio deporte aplica la idea de la “justicia restaurativa”. Entonces, ¿Atribuís esos prejuicios a lo que en el ámbito de redes sociales se conoce como “cancelación”?

   -Claro. Las redes sociales le dan poder, voz, voto y micrófono a todo el mundo... Está bueno porque se democratizó la palabra. Hoy ya no pasa por tener un escritorio en un diario para tener palabra. Hoy te hacés una cuenta de Facebook o Twitter y tenés tu espacio para hablar de lo que quieras. De hecho me hice conocida así. La pregunta es: qué está pasando en la sociedad desde hace un tiempo a esta parte que ese poder, esa voz y ese voto se usan para el escrache, la persecución… Hay una especie de élite moral que actúa como si fuera la Inquisición. Son los nuevos parámetros de los supuestos nuevos valores morales. Y que intentan imponer un modo de pensar sobre todas las aristas de la sociedad, de la actualidad, del género y valores actuales económicos, sociales... Es una forma de pensar que se considera la correcta, como si hubiera una sola. Y si no estás de acuerdo con esa corriente, automáticamente sos el enemigo. El escrache fue, en su momento, una herramienta cuando la sociedad no tenía cómo acceder a la Justicia,  porque los que cometían el delito eran los que precisamente ejercían el poder. Hoy disponen de una herramienta para cancelar a cualquiera que caiga mal, que haya dicho algo que ofendió.

   Los posteos virales de Mayra Arena.

   -¿Algo así como el “quinto poder”? La gente y sus redes sociales, para construir discursos que cuestionan lo preestablecido, como medios, Justicia y gobierno.

   -Es una locura, si me lo permitís... Una cosa es la democratización de la palabra y otra la hiperdemocratización de la opinión, entendés. Primero que estoy en contra de todos los jueces morales de todos los sectores sociales. Mientras se respete el Derecho y no se atente contra los derechos del otro, cada uno es libre de hacer lo que se le canta. Segundo: la sociedad perdió la humildad a la hora de opinar. Nos consideramos capaces de opinar de todos los temas como si fuésemos expertos y ahora todos somos jueces, fiscales, expertos en cocina... Es una locura. No se considera que existe gente que se prepara para saber, entender o intentar interpretar  los temas.

   -Me hacés acordar a cuando condenaron a Messi por no cantar el himno. Y más reciente: el revisionismo a los tuits de Los Pumas.

   -Y sí. El revisionismo es una pavada... Todos, hace unos años, éramos distintos. Y la sociedad evoluciona constantemente. Tinelli metía 50 puntos de rating, Francella 40 y no creo que revisar ese humor nos haga mejores personas. Primero porque nos reíamos todos de ese humor. Segundo porque para mí el humor no debería por qué tener los límites que impone la moral de hoy. El humor debería ser lo contrario a eso que intenta imponer este progresismo o sector social. Ahora es bandera o ley que si vas en contra de ellos te hacen el escrache. Es una locura imponer límites al humor. Se debería poder bromear con cualquier cosa. Pero entiendo que la sociedad va cambiando, las formas van cambiando y ahora hay otra sensibilidad. Lo que yo digo lo puede leer muchísima gente. Entonces, una cosa es hacer un chiste negro entre mis amigos y otra en Internet, donde se le puede cruzar a alguien que le afecte. Pero la verdad es que nunca le di pelota a este tema. En mis redes tengo fijada mi opinión sobre este y otros asuntos. Si alguien me tira con algo que dije hace años, me puedo reír durante un año más…

      -Hoy sos militante y estás estudiando Ciencias Políticas. ¿Cuál es tu mirada sobre el rol social del deporte? O cuál será si llegaras a volcarte a la política.

   -El deporte me recontra importa, pero siempre delego en los que saben. Creo que me acerqué a una pelota en Educación Física, cuando iba al colegio. Yo me dedico más a la educación. Y mi proyecto es que estamos preparando una escuelita de alfabetización en lengua inglesa, alfabetización digital y alfabetizacion castellana, los tres ejes que considero básicos para salir a competir al mundo laboral. Pero el deporte tiene mucha importancia. No sé si el día de mañana vaya a trabajar en política. Acá en Argentina no es muy original hacerse conocido y terminar en política... Te diría que es lo más común. Por ahí la política partidaria no me interesa en el corto plazo. Pero desde los sectores sociales donde estoy todos los días, porque mi vida es recorrer a diario los barrios y armar distintas estructuras, el deporte para mí es clave.

   -¿Participás de alguna iniciativa que tenga que ver con llevar el deporte a entornos de pobreza?

   -En Fuerte Apache estamos impulsando un club con todos los deportes femeninos, porque eso también está cambiando. Históricamente las mujeres no fuimos tan partícipes de los deportes colectivos como los varones. Y fijate que luego eso tiene un impacto, porque los varones hacen amigos más fácil, se pelean o se enojan por menos cosas... Y no sé si tiene que ver con una estructura biológica o si tiene que ver con esto, que de pibes se acostumbran a aceptar su rol en un equipo. Hay un desarrollo en la estructura de las personas por el cual el deporte tiene un poder fundamental para trabajar en la humildad de las personas, en el compañerismo y en valores como amistad, solidaridad y saber ceder al otro. Saber pasarle la pelota al otro, en un sentido físico y filosófico.

"Mi kit de depiladora está intacto"

   Mayra, de 28 años, pide aprovechar que se toma un descanso y unos mates en su hogar en Caseros para grabar la entrevista. Avisa que tiene una cena a la noche y que debe anticiparse para llegar a tiempo. Los compromisos, como las notas periodísticas, abundan.

   “Siempre lo digo medio en joda medio en serio, je, pero no sé hasta cuándo voy a robar con la charla TED je... Gracias a esa charla me hice conocida en algún ambiente o para algunas personas. Había un espacio que estaba vacío: la pobreza. Que nunca es autorreferencial… La pobreza como tema siempre es ajena, estudiada y abordada por periodistas, analistas, sociólogos, economistas. Había muy pocas personas que hablaron de la pobreza vivida”, explicó.

   “Después de mi charla me contactaron muchos medios nacionales, en parte porque tengo la suerte que no me pongo nerviosa para hablar. En su momento lo tomé como mis 15 minutos de fama o como un semiround mediático. Pero fueron pasando los meses, pasaron un par de años y sigue pasando esto de que me llaman para hablar de la pobreza”, agregó.

   “Pero siempre mantengo los pies en la tierra y sé que esto se puede acabar. A ver: mi kit de depiladora siempre está ahí, intacto. Si tengo que volver a depilar no se me caerá ningún anillo porque es mi oficio y lo amo. Y sigo estudiando mi carrera porque es lo que me interesa (NdR: luego de Ciencias Políticas piensa seguir con Economía). No doy por atada ninguna vaca porque esto es Argentina”, concluyó.