Bahía Blanca | Jueves, 02 de mayo

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Escuchas y otras pruebas que comprometen al sobrino del fiscal Cantaro

Se postergó para hoy la indagatoria a Sebastián Gauna San Millán. La tomará, vía Zoom, el juez federal Walter López Da Silva.

En Córdoba capital, la Policía Federal capturó al prófugo (archivo La Nueva.)

   El sobrino del fiscal federal Alejandro Salvador Cantaro, que está acusado de formar parte de una organización delictiva que se dedicaba a la venta de drogas sintéticas en fiestas electrónicas de nuestra ciudad, será indagado mañana, luego de ser detenido el martes en Córdoba.

   Los delitos, según la investigación, se habrían registrado al menos entre principios de 2017 y abril de 2018, fecha desde que estaba prófugo.

   Sebastián Gauna San Millán puede enfrentar cargos por tráfico de estupefacientes en la modalidad de comercio, con penas de 4 años de prisión o más.

   Este parámetro se toma al tener en cuenta la sentencia que, en febrero pasado, dictó el Tribunal Oral Federal local para sancionar a 7 de los 8 restantes sospechosos.

   Se cree que Cantaro "protegía" a la banda y omitió denunciar su accionar, siendo que como fiscal federal, justamente, debe perseguir delitos como el narcotráfico. 

   En su caso está con procesamiento confirmado por la Cámara Federal de Apelaciones y a la espera de ir a juicio.

   Gauna San Millán y Facundo Texido, uno de los condenados, tenían el mayor vínculo de confianza y afinidad con Cantaro, según surge de la causa.

En el auto del tío

   El fiscal le había montado a su sobrino una distribuidora de cerveza artesanal de la cual Texido era empleado.

   Está acreditado, además, que ambos usaron al menos una vez el auto particular del fiscal, marca Peugeot, para realizar una posible "transa" en la puerta de un pub y hasta para consumir en su interior, según las tareas que realizaron los investigadores de la Prefectura. 

   Por otro lado, los contactos telefónicos entre los 3 eran frecuentes.

   Surge de una escucha que un día Gauna San Millán fue a buscar cocaína -aparentemente para consumo personal- a un barrio periférico de la ciudad y que, en esas circunstancias, le robaron su Iphone. Cuando se comunicó con su tío, éste aparentemente le recriminó haberse dirigido a esos lugares en busca de droga.

   "Fui a comprar milonga a la casa” (en la jerga se conoce a la droga), le habría dicho en la comunicación Gauna San Millán a su tío.

   Luego le dijo que tenían que hablar y coordinaron el encuentro.

-"Una sola cosa decime, no tiene que ver conmigo no?”, le preguntó Cantaro.

-"No, no tranqui, tranqui, a mí me hicieron algo muy feo".

-"Es la regla del juego viste, hay que terminarla Sebi".

Con la madre

   Cuando allanaron su casa del barrio Palihue, Gauna San Millán se comunicó con su madre.

-"Pero que me venían siguiendo y por qué? No entiendo por qué si no hago nada, no”.
-"Sebastián… a Alejando lo habían llamado, no lo habían llamado para decirle...?” 
-"Sí, bueno”.
-"Y bueno entonces qué...”,
le dijo su madre y luego el joven cortó de manera abrupta, presuntamente para que su madre no siguiera hablando.

   En una llamada con Pablo Nogales, otro de los condenados, éste le dijo que tenía la posibilidad de hacer un "after" (en realidad era una fiesta de 0 a 6), pero que no podía ser en su casa.

   Comentaron que ya tenían "la carne" (drogas) pero que solo les faltaba el lugar.

   En otro momento, el propio Nogales le reclama una deuda de 3 mil pesos a Gauna San Millán, supuestamente por la venta de drogas.

-"Conseguime la guita hoy la c... de la lora, porque tengo que dar la cara por vos. Siete veces me llamo el chabón ya", le dijo.

Sacó "chapa"

   Cuando se produjo el allanamiento en su casa, Texido aseguró ante un oficial de la Prefectura y la testigo civil del caso que era sobrino de Cantaro.

   "Mi tío es fiscal general y me había avisado que me estaban investigando", habría confesado.

   A diferencia de Gauna San Millán, Texido no tenía la relación familiar directa con Cantaro, aunque sí existía un lazo de confianza para llamarlo tío.

   De hecho, existen otras escuchas entre el fiscal y Texido relacionadas con el depósito de una "cajita" o "bolsa" en el buzón del funcionario.