Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Una planta de energía se reinventa y hace docencia

   Edificios ladrilleros hoy en desuso que ofrecen calidad constructiva, espacialidad e historia. Su abandono, descuido y desatención es parte de la falta de criterios de sus administradores.

Mario Minervino / mminervino@lanueva.com

 

   Pocas cosas más gratificantes que ver como el mundo recupera “viejos” edificios industriales para nuevos usos. Acaso porque demuestra el potencial de esas obras, sus múltiples adaptaciones y porque contrasta de manera drástica con el penoso destino de decenas de edificios similares existentes en nuestra ciudad cuyo destino ha sido el desguace, el vandalismo, el menosprecio o el olvido.

   La firma estadounidense Studio Gang ha completado por estos días la transformación de una planta de energía de carbón para el Beloit College en Wisconsin, Estados Unidos.

   El edificio de 100 años se encuentra entre el campus de la facultad de artes en Beloit y se actualizó para incluir un gimnasio, una pista de tres carriles y una piscina.

   Originalmente llamada Blackhawk Generating Station, la planta fue construida en 1913. Se amplió en 1927 y en 1940 antes de ser desmantelada en 2010.

Las formas

   El proyecto para Beloit College, llamado Powerhouse, retuvo y actualizó las estructuras originales de ladrillo rojo, ladrillo amarillo y hormigón, y agregó un volumen de 1.579 m2 hecho de paredes de policarbonato translúcido y acero enmarcado.

   Como tal, se segmenta en tres volúmenes para la piscina, la pista y la casa de campo.

   La estructura translúcida contiene una casa de campo. Los paneles están dispuestos en ángulo entre sí para crear espacios delgados y largos para las ventanas intermedias.

   En el medio, un volumen de ladrillos más grande alberga una pista suspendida que recorre el primer piso del edificio y se extiende hacia la casa de campo.

   Además de las instalaciones deportivas, Powerhouse incluye espacios recreativos para estudiantes, como una cafetería, salones, un centro de conferencias y un teatro.

   En el interior, se eligió una paleta industrial que rinde homenaje a la historia del edificio, incluidas las estructuras de acero y ladrillos desgastados.

   El resultado final es una obra que integra pasado y presente, que respeta obras que todavía tiene mucho para dar y da cuenta de cómo se reinventa una ciudad desde su propia historia.