Bahía Blanca | Domingo, 19 de mayo

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"No es tan difícil chequear en Bahía: llamás al cementerio y tenés información precisa"

Uno de los propietarios de Bonacorsi dialogó con La Nueva. sobre los fallecidos en la ciudad y contó cómo trabajan en el marco de la pandemia.

Fotos: Rodrigo García-La Nueva.

   Juan Carlos Bonacorsi, propietario de una empresa fúnebre, dialogó este martes con La Nueva. sobre el error en el número de fallecidos de Bahía Blanca y cómo funciona la casa mortuoria, en el marco de la pandemia de coronavirus. 

   Contó que "nosotros no cargamos ningún dato [sobre fallecimientos], lo que hacemos es llevar el certificado de defunción al Registro Civil. Tampoco recibimos información de los hospitales; no tenemos otra información que la que podemos obtener de forma directa porque un familiar de un fallecido nos viene a ver". 

   Bonacorsi indicó que luego del contacto de un familiar, "nos comunicamos con el lugar donde se produjo el deceso y el sanatorio u hospital nos da el certificado de defunción donde dice el causal; si es COVID nosotros, sin pasar por la empresa, lo llevamos al cementerio que corresponda. El grueso va al cementerio Municipal".

   —Cuando las personas no fallecen en un hospital y eran COVID positivo, ¿cómo se manejan?

   —En todos los casos se necesita certificado médico, yo no puedo ir a retirar un cuerpo si no tengo un certificado o un médico que me llama y me dice "ahora te lo llevo". Puede fallecer por cualquier razón, yo no puedo hacerme responsable de la causal del fallecimiento. Si ocurre en una casa de familia o en un geriátrico, normalmente la persona tiene un médico de cabecera que es quien expide el certificado médico. A veces nos encontramos con geriátricos que tienen algunos problemas y el fallecido no tiene médico de cabecera; entonces el geriátrico o la misma familia se preocupa por tener el certificado. 

   Bonacorsi indicó que ellos llevan los certificados al Registro Civil pero después desconoce cómo sigue el circuito de la información.

   —No sé cómo se manejan, lo que veo es que hay una falta de control de datos que ya habíamos advertido; hace más o menos una semana cuando el dato oficial hablaba de un fallecido nosotros teníamos 9. Yo, personalmente, hice saber que los números no coincidían, que de alguna manera había alguna irregularidad. Supongo que a partir de eso (más allá del tironeo entre Municipio, Provincia y Nación), alguien dijo "vamos a averiguar qué pasa". 

   —A raíz de la sospecha en la carga de datos, ¿el Municipio se contactó con Bonacorsi para conocer las actas enviadas al Registro Civil?

   —Personalmente les hice saber a algunas personas los datos que manejábamos; después nos llamaron (supongo que al Registro Civil y al cementerio también, y habrán cruzado la información) y se dieron cuenta de que había un pequeño agujero. No sé cómo se manejó el Municipio, pero la racionalidad implica que si me llamaron a mí, lo llamaron a Ferrandi, al Registro y al cementerio municipal, que es la fuente más segura y debe llevar arriba del 90 % de las defunciones. El cementerio cuando inhuma a una persona, tiene el certificado que indica de qué falleció. 

   Por esa razón, Bonacorsi dijo que si el fuera Municipio y quisiera controlar lo que difunde Provincia o Nación, simplemente consultaría en los cementerios cuántas inhumaciones tuvieron por COVID. 

   —Me parece que en una ciudad como la nuestra y ante la duda de las deficiencias en la carga de datos, no es tan difícil chequearlo. Con chequear los cementerios tenés la información precisa al instante. No es tan difícil acá en Bahía Blanca, la verdad: llamás al cementerio, que es el destino final del fallecido, y te van a decir "ayer hicimos tantas inhumaciones en total y tantas por COVID".

   Sostuvo que pese al déficit en la carga de datos, no ve mala fe ni intención de esconder información. De todas maneras, insistió con el chequeo en los cementerios porque "así sabríamos exactamente dónde estamos parados; ahora descubrimos que estábamos parados en la vereda equivocada porque 30 más 80 es un número complicado, se había perdido mucha data. Y al no tener datos, no funciona bien el sistema".

   —En este contexto, ¿cómo se hacen los velatorios?

   —Cuando fallece una persona por COVID, la empresa retira el cuerpo de donde está y lo lleva directamente al cementerio, a la hora que sea. No pasa por la empresa, lo cual genera problemas complicados porque la familia prácticamente no puede despedirlo. Pasa igual ante otro tipo de muerte, donde no pueden entrar más de cinco personas por sala velatoria; hay gente que lo entiende y gente que no. Hubo días en los que se juntaron en la puerta de la empresa 50 o 60 personas, algún vecino llama a la policía y la policía viene, pasa y sigue de largo porque no puede hacer nada realmente. 

   —Las personas que fallecen por COVID-19 en Bahía, ¿son cremadas?

   —Es optativo: inhumación en tierra o cremación. No en nicho, lo que creo que es un error por las medidas de seguridad que hay para aislar al fallecido de cualquier dispersión del virus. Pero se estableció así, supongo que cuando empezó el drama los parámetros fueron muy rápidos. Todos los días hay modificaciones en la manera de trabajar, la Organización Mundial de la Salud no se pone de acuerdo en lo que tiene que hacer, así que imagínate de ahí para abajo todo el desconcierto que hay. 

   Bonacorsi reconoció que "es un momento muy complicado, no solamente por la pérdida de un familiar sino también por la dificultad de hacer un duelo medianamente razonable. A la familia la golpea tremendamente y duele verlo".

   En ese punto, consideró que tal vez se deberían revisar algunas medidas como el ingreso de cinco personas por velatorio, dado que "no son todos iguales, hay lugares de 40 metros, de 60, de 80... Imagino que se dio ese número al inicio para fijar algo en algún lugar, tal vez habría que revisarlo".