Bahía Blanca | Viernes, 19 de abril

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Pese a la quita del IVA, en Bahía el kilo de pan ya se acerca a los $100

Si bien es uno de los productos que deben hacer ese descuento, el aumento del 30 % del trigo balanceó la ecuación.

 

Fotos: Jano Rueda - La Nueva.

Federico Moreno/ fmoreno@lanueva.com

“Ciento veintiséis pesos”, responde una panadera en pleno centro bahiense ante la consulta por el precio del kilo de pan. Si bien no refleja el valor de dicho producto en todos los sectores de la ciudad –en otros se lo puede conseguir hasta por $ 60--, es la punta de una lanza que, más temprano que tarde, terminará atravesando por completo la barrera de los cien pesos.

Si bien el anuncio del Gobierno de la quita del IVA de un listado de productos entre los cuales figura el pan de mesa sirvió para amortiguar el fuerte aumento producto de la escapada del dólar, la realidad es que no alcanzó para mucho más que para equilibrar las consecuencias de dicha suba, producida los primeros días posteriores a las elecciones primarias.

“El lunes 12 de agosto, día siguiente a las elecciones, hubo un aumento automático del trigo, que al ser un commodity lógicamente sufre un impacto directo de la suba del dólar".

Lisandro Melinsky

"El primer día ni nos vendieron harina, después hubo dos aumentos seguidos y finalmente bajó un poquito, lo que redondeó un aumento en la harina del 30 %”, explicó Lisandro Melinsky, miembro del Centro de Industriales Panaderos.

“Los primeros días después de las PASO fueron bastante caóticos. Yo por ejemplo llamé a la persona que me vende bolsas y bandejas descartables, a la que le compro una vez por semana, y me dijo ‘yo mañana te llevo todo, ningún problema, pero eso sí, sin precio, vas a comprar sin saber lo que sale’".

"Después por suerte se acomodó, el aumentó se afianzó en un 30 % y es lógico, porque la suba del dólar hace que todo aumente”, comentó Melinsky.

Sin embargo, según explicó el propietario, ese aumento del 30 por ciento en el trigo no se reflejó en un aumento de igual porcentaje en el valor del pan. “En general las panaderías en Bahía aumentaron entre un 10 y un 15 por ciento, porque el valor del producto no se rige únicamente por el del trigo, sino también por las tarifas de luz, gas, sueldos, entre otros, que justo este último mes no variaron”.

Pero apenas unos días después del mencionado aumento en mostrador, y por disposición del Gobierno, al pan de mesa se le quitó el IVA, lo que hizo que, a fin de cuentas, el kilo de pan terminara costando lo mismo o incluso un poco menos que días antes del descalabro económico consecuencia de las PASO.

“La gente ya está acostumbrada”

“Yo creo que la gente está acostumbrada, ya no cuestiona estos aumentos. Nadie va a reclamarte estas semanas por un aumento del 10 %, la gente se bancó el aumento del pan porque entiende que es imposible que una panadería de barrio, que no es formadora de precios, pueda manejar la situación”, analizó el dirigente panadero.

Respecto de la respuesta en el consumo por parte del público, Melinsky opinó que “más allá de la crisis y de que el kilo de pan hoy se vende en muchísimos lugares arriba de 90 pesos, se trata de un producto muy particular. Mientras que puede bajar su consumo en el centro, en los barrios se consume cada vez más y ante una crisis más aún, entonces puede haber una retracción del consumo estas primeras semanas pero no tan significativa”.

Sobre los hábitos actuales de los consumidores, más allá de la suba del dólar de las últimas semanas, el miembro del Centro de Industriales Panaderos puso como ejemplo a los sándwiches de miga, cuya docena no baja de los $ 360 prácticamente en ninguna panadería y en otras puede superar los $ 500.

“Dejando a un lado el hecho de que están en temporada baja, antes la gente pasaba y tal vez llevaba una docena y media para compartir en el trabajo o con amigos, mientras que ahora se lleva 2 o 3 sándwiches y se los come en la casa. Es casi un bien de lujo. Además, el consumidor siempre busca cosas nuevas y nuestro desafío es proponer cosas que suplanten ciertos productos, en este caso los sándwiches de miga”, analizó el panadero.

“Lo de las rosquitas es solo la punta del iceberg”

Más allá de la situación coyuntural por la suba del dólar, Melinsky habló de una desventaja que sufren quienes están en regla.

“Nuestra postura es la misma desde hace años: es un tema mucho más grave de lo que parece, lo de las rosquitas es solo la punta del iceberg”.

“Se calcula que en la provincia de Buenos Aires no menos del 40 % del consumo de pan es de panaderías que no tienen todo en regla. Eso genera una competencia desleal terrible para quien sí lo tiene”.

“No hablamos de los que venden alguna torta en Facebook o alguna cosita en la plaza, hay almacenes de barrio que el 100 % de lo que venden lo compran a panaderías ilegales”.

“Pero ojo, la calidad encima no tiene por qué ser mala, pero el precio sí es mucho más bajo. Pueden tener el mismo horno que yo, la harina seguramente sea la misma y pueden tener un panadero mejor que el mío, pero tienen todo en negro y pueden vender mucho más barato por ese motivo".