¿Se definirá el liderazgo del peronismo de Bahía Blanca?
Maximiliano Allica / [email protected]
El cierre de listas dará algunos indicios sobre una pregunta que en este momento no tiene respuesta: ¿quién es el líder del peronismo de Bahía Blanca?
A la hora de publicar este comentario (las 17 del viernes), las versiones indican que la unidad total del justicialismo depende de que Marcelo Feliú figure primero en la lista de candidatos a senadores provinciales por la Sexta Sección. De ese modo, Federico Susbielles encabezará la única nómina para pelear por la intendencia contra Héctor Gay.
Si no se llega a ese acuerdo, podría haber primarias entre Susbielles y Feliú. Este escenario plantearía un cara a cara entre el aparato justicialista alineado con Cristina Kirchner y Axel Kicillof, que incluye a un importante número de gremios y del peronismo tradicional local, y un feliuísmo que quizás tenga menos construcción de base pero que agrega una llegada a los sectores medios no militantes, e incluso no peronistas, tal vez inaccesibles desde el otro lado.
Un ejemplo: el actual concejal fue tercero en las legislativas 2017, aunque duplicó los votos de la “mochila” electoral que tenía en la punta de la boleta, Florencio Randazzo. Dentro de ese universo de sufragios que no fueron Feliú-Randazzo, una buena parte mostró la combinación Feliú-Esteban Bullrich. Es decir, a una porción del electorado no-peronista (o antiperonista) no le disgusta. Para competir en una ciudad como la nuestra es un buen activo.
La ventaja de Susbielles es el armado minucioso que viene elaborando desde hace meses para encolumnar detrás suyo a vertientes dispersas del peronismo y que Kicillof, figura centralísima del Frente de Todos, lo bendijo durante su reciente visita a Bahía. El ex basquetbolista logró darle cuerpo a una candidatura que hasta fines del año pasado parecía arriesgada. Hasta aquí, exhibió condiciones de liderazgo.
Una eventual competencia en agosto definiría jerarquías dentro del movimiento y ni hablar si alguno de ambos accede a la jefatura comunal. En cambio, todo se tornaría más difuso si Susbielles y Feliú participan desde tramos distintos de la boleta, en especial si tanto la intendencia como la elección de senadores provinciales las gana el oficialismo. En ese caso, ¿quién se fortalece o quién sale menos herido?
La posibilidad de que Feliú ocupe un lugar de privilegio en senadores, en este momento, no parece fácil. Kicillof y La Cámpora pretenden elegir a los candidatos en los puestos con mejores chances de salir. La lógica es esta: si el ex ministro de Cristina resulta gobernador querrá soldados en la Legislatura que le aprueben todo sin preguntar nada. Feliú es peronista desde siempre, e incluso participó en varias elecciones bajo el sello del Frente Para la Victoria, pero no es un kirchnerista estructural.
Este año hay 6 bancas del Senado en juego para la Sexta Sección. Cambiemos arriesga 4 y Unidad Ciudadana, 2. Que ese resultado se repita no es improbable, por eso los dos primeros lugares del peronismo son los que cotizan en Bolsa.
Otro punto son los concejales, ya que Feliú pierde a 5 compañeros de bancada. ¿Se contentará con uno o dos representantes suyos en una lista de unidad? Algunos creen que no, otros que no lo desespera.
Un veterano dirigente le dijo a La Nueva: “El cambio de equilibrios más fuerte en el Concejo durante los últimos años lo produjo una sola edil, Gabriela Schieda, cuando rompió la mayoría automática de Cambiemos. No creo que el tema de las bancas pese demasiado en la decisión de Marcelo”.
Luego del triunfo de Héctor Gay en 2015 finalizaron 12 años de gobiernos justicialistas que, en mayor o menor medida, admitían la jefatura política de Dámaso Larraburu.
Rodolfo Lopes pateó el tablero y se enfrentó duramente al ex diputado antes de ser destituido, luego Cristian Breitenstein desafió ese liderazgo pero no llegó a reemplazarlo porque se mudó a Alemania y Gustavo Bevilacqua nunca aspiró a ocupar el cacicazgo.
Con la caída electoral del peronismo y la renuncia de Larraburu al massismo en medio de los comicios de 2015, el puesto está vacante. Las elecciones 2019 podrían resolver ese problema.