Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Dos bahienses que defienden su presente y atacan su futuro

Llegaron a Jefferson College -Missouri- con el deseo de seguir jugando al deporte que aman y, también, desarrollar una carrera universitaria. En tierra norteamericana, se encontraron y enfrentaron con su excompañera Julieta Campaña.

Por Claudio Rodríguez Kiser / crodriguez@lanueva.com

(Nota publicada en la edición impresa)

   Luego de consagrarse en dos oportunidades subcampeonas nacionales de vóleibol con Olimpo, a Magdalena Bostal y Malena Medús se les abrió una puerta que va mucho más allá de un crecimiento deportivo.

   Un poco por casualidad y otro por convicción, a las bahienses les llegó una oportunidad única y no la dejaron pasar.

   Hoy, sus días se dividen entre el estudio y el vóleibol en Jefferson College, ubicado en el estado norteamericano de Missouri. Claro que sin dejar de lado la experiencia humana de vivir a más de 5.600 kilómetros de su Bahía Blanca querida y de conocer otra cultura.

   Cómo llegaron a Estados Unidos lo contaron ellas en primera persona.

  “Se dio casi de casualidad. Un entrenador ruso (Alex Soloid) se contactó con Pablo Meana (habían jugado juntos en Rusia) y le dijo que estaba buscando una punta-receptora para una universidad estadounidense. Meana me conocía de muchos torneos provinciales y se le ocurrió contactarse conmigo sabiendo que la beca era de las más completas. Lo hablé con mis padres y nos pareció una buena oportunidad para estudiar y seguir jugando al voley”, abrió Magdalena.

   “La idea surgió más que nada de parte de mi papá Luis -contó Malena-. Él tuvo la oportunidad de estudiar acá en su momento y quería que yo viviera la misma experiencia. Al principio me parecía una locura, pero hablando con mi familia y amigos me di cuenta de que la oportunidad de ir a estudiar a Estados Unidos, y encima con una de mis mejores amigas, era una experiencia única”.

   Jefferson College está ubicado en el estado de Missouri y la ciudad cabecera es Saint Louis, que se ubica a unos 100 kilómetros del College.

    Magdalena, como lo hacía en Tiro Federal -donde surgió- y Olimpo -donde se desarrolló-, juega de punta receptora, mientras que Malena también continúa creciendo como líbero -o defensive specialist, como la denominan los estadounidenses- posición en la que empezó en el aurinegro.

   “Desde agosto hasta noviembre es la temporada de voley; tenemos partidos una o dos veces por semana y a veces jugamos torneos de aproximadamente 4 partidos los fines de semana”, contó Malena.

   Hoy, ambas brillan en la División 1 de la competencia en la que forma parte su equipo: Male es actualmente la mejor defensora de la División, mientras que Magui se ubica entre las mejores 100 atacantes y es la segunda goleadora de su equipo.

   “Estamos jugando la National Junior College Association (NJCAA). Son más de 100 equipos y la semana pasada clasificamos para el inter regional que clasifica a las finales nacionales”, comentó Magdalena.

   “A lo largo de la temporada fuimos a jugar a Iowa, Kansas, Illinois y Nebraska”, agregó Malena.

   A su vez, Magdalena detalló que la División 1 de la NJCAA es de un nivel parejo y muy bien organizado.

   “Jugamos unos 10 partidos por mes. El nivel sería como el de la Copa Argentina Sub 17. Sobre todo, las extranjeras se destacan del resto”, comparó.

   “La gente acá -agregó Male- está muy comprometida con el deporte y le dedican mucho tiempo. Entrenamos todos los días y muy intenso”.

El día a día

   Magdalena y Malena viven en un departamento junto a otras dos jugadores de Jefferson.

   “Normalmente voy al gimnasio a la mañana, bien temprano, y luego asisto a clase. Almuerzo algo en mi casa o en la cafetería y me voy a entrenar. A la tarde hago mis deberes y también me junto con mis amigos”, describió la atacante.

   “Vivimos en un apartamento en el campus. Al tener la tarde libre, casi siempre aprovechamos para estudiar o ir al departamento de algún amigo o amiga. Todos estos lugares quedan a no más de 5 minutos caminando”, añadió Malena.

   La adaptación no fue sencilla, aunque estar juntas les simplificó las cosas.

   “Al principio cuesta integrarse y entender el inglés norteamericano. Ahora estoy mucho más cómoda, me hice varios amigos. Se me hizo todo más llevadero al poder venir con Malena”, reconoció Magui.

   “Los principales cambios culturales que encontré es que la gente acá le dedica su tiempo 100% a sus estudios y el deporte; son muy comprometidos y responsables en ese tema. También descubrí que la gente sabe muy poco sobre Argentina u otros países, y con compañeras de otros países como Brasil, España o Italia tenemos muchas cosas en común”, apuntó la líbero.

   Y agregó: “A nivel deportivo le dan mucha importancia al deporte en los college y universidades, siempre nos brindaron todas las comodidades y buscan muchas maneras para que mejores. También le dan mucha importancia al perfil de atleta, como por ejemplo alguien sociable, que ayuda a la comunidad, o que consuma cero alcohol y drogas”.

   Respecto del estudio, Magdalena eligió hacer un degree en Fine Arts, el cual le permite transferirse a una Universidad cuando termine. El período en los College se extiende durante dos años.

   “Acá hay encargados de tutoría que te van guiando y te dicen cuales materias tenés que ir tomando para completar ese degree y obtener todos los créditos. Este semestre elegí tomar clases más humanísticas como historia y psicología, entre otras. El período de College y la beca que me dieron es de dos años”, detalló.

   En tanto, Malena optó por el “Degree in Associate of Arts” con materias más generales y diversas y que también sirve para transferirse a una Universidad y terminar la carrera que elija.

   “Lo bueno de este Degree es que, al ser tan amplio, en los dos primeros años te da la oportunidad de ver qué campo te interesa más, para después elegir una carrera específica. En total serían dos años en un college y después dos años en la universidad”, señaló.

   Ambas imaginan el futuro de manera diferente.

   “No tengo claro qué voy a hacer. Voy día a día viviendo una experiencia personal maravillosa. El tiempo dirá”, dijo Magalena.

   “Mi proyecto es recibirme de diseñadora industrial; poder seguir conociendo a gente de distintos lugares y, al mismo tiempo, practicar el deporte que me gusta”, expresó Malena.

El reencuentro, a la distancia,

con su amiga “Juli” Campaña

   Si bien la tecnología las mantiene cerca de los suyos, ambas extrañan a sus familias.

   Y el hecho de haber viajado durante tantos años con su club, les permitió estar mejor preparadas para afrontar esta experiencia.

   Fue clave, para ambas, tenerse una a la otra.

   “Fue fundamental que esté ella. Malena se decidió más sobre la fecha del viaje. Ya desde salir de Ezeiza, hacerlo con una amiga de toda la vida hizo que todo fuera una aventura”, admitió Magdalena.

   “A mí creo que fue lo que más me ayudó a decidir. A Magui la conozco desde muy chica y gracias al tiempo que pasamos juntas en Olimpo supe que no me podía perder de vivir esta experiencia con ella”, apuntó Male.

   El deporte también les posibilitó reencontrase con una vieja amiga: Julieta Campaña, quien también se encuentra estudiando y jugando en Missouri State University-West Plains.

   Las tres fueron compañeras durante muchos años en Olimpo y ahora tuvieron que verse las caras por el otro lado de la red.

   “Fue una alegría inmensa encontrarnos con ella. Son muchos años de jugar juntas en Olimpo, además de ser amigas. Se extraña jugar con ella, es la mejor”, destacó Magdalena.

   “Enfrentar a Juli fue emocionante, porque jugamos juntas desde que arranqué a jugar al voley en Olimpo y verla me hizo darme cuenta de todo lo que vivimos y aprendimos juntas con Héctor Gallardo. Todo eso nos dio la oportunidad de estar acá”, agregó Malena.

   Las dos coincidieron en las similitudes que hay en todo el vóleibol universitario.

   “Se trabaja muy parecido tanto en pretemporada, como en plena temporada. Tenés todo solucionado: vestimenta, alimentación, material de estudio, instalaciones, transporte, hoteles, etc. Todo funciona y está muy bien organizado. El horario se respeta y las canchas donde jugamos son increíbles. Llevan estadísticas de todo. Es otro mundo”, resaltó Magui.

    “Es todo muy parecido en ambos college. Su equipo es muy bueno y se hizo muy buenas amigas. Estamos a solo 4 horas de distancia y jugamos muy seguido”, señaló Malena.

   Son bahienses que despliegan su talento en la tierra cuna del vóleibol, pero sobre todo son dos chicas que forjan su futuro de la mano del deporte y el estudio.

   “No soy muy soñadora. Voy viviendo cada cosa, tratando de sacarle provecho. El día de mañana veré que cosas he logrado y estaré orgullosa de algunas y quizás me arrepienta de otras”, cerró Magdalena.

   “Mi sueño es poder vivir de lo que más disfruto. Y en cuanto a lo deportivo es poder ir a una universidad con un muy buen nivel”, culminó Malena.

   La tienen clara, tanto dentro como fuera de la cancha.