Bahía Blanca | Jueves, 18 de abril

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Federico Nievas: “El fútbol ahora no importa, quiero volver a caminar con normalidad”

El defensor de Liniers sufrió múltiple fractura de peroné y tobillo. Está internado en el hospital Municipal, esperando que le confirmen cuándo van a intervenirlo quirúrgicamente.

"Fede" junto a dos ex Liniers y amigos: Martín Di Santoro y "Pancho" Barez. Fotos: Sebastián Cortés y Rocío Zabalza-La Nueva.

Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva.com

   “De ánimo tendría que estar mejor, pero no puedo. El diagnóstico que me dieron los doctores no es muy alentador, porque sufrí una lesión muy grave y me espera una operación bastante compleja”.

   Con ese panorama, Federico Nievas recibió a "La Nueva". en la habitación 3, cama B, sala 9, del Hospital Municipal, donde se encuentra internado tras sufrir, jugando para Liniers por la Liga del Sur, una múltiple fractura de peroné y tobillo en su pierna derecha.

   La lesión se produjo así: Gigena, capitán y referente de Libertad, corrió a Nievas sobre un lateral y, al mismo tiempo que el 2 del “Chivo” se desprendía de la pelota, lo fue a cruzar, tirándole el cuerpo encima. Pero fue tanta la mala suerte que el pie extendido de Gigena, quien no pareció tener ninguna intención de lastimar a su adversario, cayó sobre el pie derecho de Nievas, que ya estaba apoyado en el suelo. Ahí se produjo, según se pudo saber después, una fractura en cuatro partes, con desplazamiento de tobillo.

   Lo demás, lo contó el propio zaguero albinegro...

   “Acá estoy, en la dulce espera, viendo la posibilidad de que me pongan un yeso para poder irme a mi casa. Después, hay que ver si me operan en este mismo hospital o en el Español, pero en eso está mi papá (Eduardo). También los médicos están abocados a conseguir los dos tornillos que me tienen que poner para reconstruir las zonas afectadas”, señaló “Fede”, rodeado por su mamá (Josefina), por su novia (“Magu”), por tres ex compañeros (“Tato” Brunelli, Martín Di Santoro y “Pancho” Barez) y su ex entrenador Fabián Tuya.

   —El foul de Gigena no me pareció como para expulsión, por TV la imagen no es clara, pero lo que más interesa es que vos cuentes que fue lo que pasó.

   —Iba trasladando el balón por el lateral, cuando llegué a la línea y antes de que se me vaya a afuera, intenté darle un pase alto a Julio (Acosta). Me desprendí de la pelota, pero cuando apoyo el pie, Gigena me engancha con una “plancha” a la altura de la tibia. Sentí el golpe y caí agarrándome la pierna. Pensé lo peor, que me había quebrado tibia y peroné, pero cuando me volví a tocar me di cuenta que el dolor era más abajo.

   “Seguía con la sensación de que me había fracturado, por eso cuando se acercó Julito, le dije: `pedí el cambio que me rompí'. En eso, me empezó a revisar el médico de Libertad, quien me dijo que podía llegar a estar esguinzado por el moretón que se me había formado en el tobillo. Me aconsejó salir y que me vaya a hacer una placa, pero yo insistía que algo más grave era, porque el dolor se fue tornando insoportable”.


Apoyo incondicional, el de su novia "Magu", quien le cebó unos ricos mates.

   —Y del estadio de Libertad derecho al hospital Municipal.

   —Sí, con el pie envuelto en hielo. Cuando el traumatólogo (Ricardo Santoni) me revisó, tenía el tobillo para cualquier lado. Ahí me di cuenta que no era necesaria una placa para comprobar de que estaba quebrado.

   —¿Cuál fue el diagnóstico preciso?

   —Cuatro fracturas visibles, una en el peroné y las otras en el tobillo. A partir de ahí no me dieron ningún parte alentador, y en todo momento me confirmaron que la operación va a ser riesgosa. También me indicaron que la recuperación va a llevar un tiempo largo y que, al menos por este año, me olvide de jugar al fútbol.

   —Bueno, existe la posiblidad de volver a jugar...

   —Consulté a varios especialistas, quienes me dijeron que si la operación salía bien y la recuperación era brillante, podía volver a jugar. Depende de la intervención quirúrgica, porque me van a colocar un chapón y dos tornillos para volver a unir los huesos. Si todo sale bien, con varias sesiones de kinesiología y haciendo todo al pie de la letra, voy a volver a caminar con normalidad y, por ahí, retomar la práctica de fútbol.


El tobillo, ya desinflamado. Ahora espera que los médicos le confirmen día, hora y lugar de la cirugía.

   En ese momento, Fede esbozó su primera sonrisa, aunque enseguida volvió a juntar sus labios y a soltar más palabras llenas de preocupación.

   “El fútbol -dijo- ahora no importa, quiero seguir caminando con normalidad”.

   —¿Te llamó Gigena?

   —Sí, hoy. Estaba shokeado y me pidió perdón. Me dijo que no se acordaba de la jugada y que no le había parecido tan grave. Pensé que me iba a llamar el mismo día, el domingo, pero ya está, tuvo el gesto de preocuparse y con esa me alcanza para pensar bien de él. En la foto que salió en el diario, en el papel, él se acerca a la camilla, pero no me pide perdón, me pregunta: ¿Fede, qué pasó, te doblaste solo?

   “En ese momento me calenté bastante, pero hablé con Darío y está todo aclarado; él jamás pensó que me había fracturado, ni que iba a terminar en el hospital con una lesión tan grave”.

   —¿Crees que la patada de Darío fue sin intención?


Con Gigena, en pleno partido y antes de la lesión. "Fede" lo había marcado en forma impecable.

   —Espero que haya sido sin intención. Me cuesta creer que exista un jugador que quiera estropear a un colega con tanta mala l... Y más con la experiencia de Gigena. No conozco a Darío ni he jugado con él, pero los que me hablaron de él me han dicho que es una buena persona y un excelente profesional. Algunos me dijeron que fue una patada fuerte, otros que no había sido para tanto, pero ya está, confío en que Darío no actuó de mala fe; confío en sus palabras, en lo que me dijo por teléfono y en cómo me trató.

   —El apoyo del club Liniers fue incondicional, ¿y del fútbol de la Liga del Sur?

   —Uhhh.... desde que llegué al hospital, hasta ahora, no solté el teléfono. En Liniers están todos expectantes de mi salud, pero lo que me sorprendió fue la solidaridad de los colegas de otros equipos. La verdad, le agradezco a todos de corazón.