Bahía Blanca | Sabado, 12 de julio

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Verano: procurar fomentar el autocuidado en nuestros hijos

 Que aprendan a nadar tempranadamente, permanecer siempre vigilándolos en el mar y en la pileta y enseñarles reglas básicas de seguridad, resulta fundamental.

 

 

 

 

 

 

   Todos los accidentes se pueden evitar. 

   Es por eso importante educar a nuestros hijos, para que adopten hábitos de autocuidado desde pequeños.

   El agua es uno de los lugares más propensos a que ocurran accidentes. 

   Éstos no sólo suceden en mares y lagos, sino  también en  los hogares, como por ejemplo, una pileta de lona  en el fondo de la casa. 

   Según las estadísticas internacionales publicadas por la Sociedad Argentina de Pediatría, los grupos de edades con mayor incidencia de accidentes en el agua son los menores de cinco años y  los adolescentes, entre 15 y 19.

   Enseñarles a nadar a los chicos es  fundamental. 

   La edad recomendada, según la SAP, es alrededor de los cuatro años. 

   Pero que un pequeño sepa nadar no quiere decir que no esté bajo la supervisión de un adulto.  

   ¡Siempre hay que tener cuidado y no dejarlos solos!

   Consejos para evitar accidentes:

   1) Supervisión adulta permanente: es muy importante que el adulto que los supervise sepa nadar y saber responder rápidamente a situaciones de peligro.

   2) Enseñarle a los niños las reglas básicas de seguridad del agua. 

   Por ejemplo: avisarle a un adulto antes de entrar, no correr, no empujar a los otros, no nadar durante tormentas, no jugar ni saltar cerca del borde y no bucear si no se lo permiten.

   3) Enseñarles a los chicos a pedir ayuda en caso de que vean a alguien con dificultades en el agua. 

  Bajo ningún punto deben entrar al agua e intentar  ayudar, pero pueden buscar a alguien o  arrojar un elemento flotante.

   4) Antes de comenzar a jugar en el agua, un adulto debe probar la temperatura, sobre todo en los lagos del sur. Si está muy fría no es recomendable para los pequeños, ya que el frío puede causar problemas de respiración o calambres y dificultan los movimientos.

   5) Tener cuidado con los adolescentes. Están en una edad en que no quieren escuchar, por eso hay que asegurarse que desde chicos conozcan los cuidados principales. 

   Por ejemplo: no deben tirarse de clavado en una pileta si no saben la profundidad que tiene, no tiene que intentar rescatar a alguien si no están entrenados para ello, deben respetar los límites puestos por las autoridades en los lagos y mares y nunca deben tomar alcohol antes de nadar.  

   6) Medidas de precaución en las piletas: Ésta debe estar totalmente cercada. Según la SAP,  la altura recomendada es de 1.50 mts. La manija para entrar debe estar a una altura que no pueda ser alcanzada por los niños. 

  Hay que mantener los bordes de la pileta sin objetos vistosos ya que éstos llaman la atención de los chicos y los invitan a buscarlos. 

   Finalmente, el agua de las piletas debe estar siempre limpia y clara.

   El agua puede ser una fuente de gran diversión y placer, especialmente durante las épocas de calor, pero hay que tener cuidado y ser consientes del peligro potencial. 

  Si prestamos atención y nos cuidamos podemos disfrutar del agua en el verano sin ningún problema

  La colonia de vacaciones

   Varios interrogantes nos conducen muchas veces a  considerar que lo ideal sea tal vez que nuestro hijo concurra a una colonia de vacaciones.

   No obstante, una vez tomada la decisión, surgen preguntas acerca de cómo seleccionar la colonia de vacaciones que mejor se ajuste a las necesidades e intereses de nuestros hijos y a nuestras expectativas y posibilidades.

   Todos los interrogantes en torno a cómo elegir la colonia de vacaciones tienen su caudal de peso en la decisión, siendo unos más poderosos que otros según las familias y las circunstancias. 

   En consecuencia, todas las variables merecen ser contempladas aunque probablemente no se nos hubiera ocurrido analizar tantas aristas de este hecho al cual tal vez no habíamos considerado muy significativo hasta este momento pero que es sumamente trascendente en la vida de nuestro niño.

   La ubicación geográfica de la institución, su infraestructura e instalaciones, las actividades propuestas, los días y horarios, la trayectoria pedagógica y la capacitación de los docentes y profesores, los intereses de nuestros hijos son, entre otras, algunas de las variables a tener en cuenta en el proceso de búsqueda de una colonia de vacaciones.

   ¿Qué tipo de actividades se desarrollan en ella?

   Es primordial analizar si la propuesta incluye una planificación adecuada, en la cual se prioricen los juegos de agua y con elementos húmedos y se destine una gran parte del tiempo a disfrutar de espacios amplios y al aire libre. Las actividades deben incluir la creación de hábitos, rutinas y modos que pasarán a constituir un “descubrimiento” para el niño que las irá integrando en el transcurso de la colonia.

  ¿Hay edades?

   En términos generales, no hay una determinada edad sino una instancia madurativa a partir de la cual el niño está mejor predispuesto para asistir a una colonia. 

 Esto está directamente relacionado con la asistencia a un jardín maternal o de infantes o a algún tipo de actividad con una mínima frecuencia de dos o tres veces por semana, sean talleres de juego, de arte, etc.

 Un niño que no está habituado a mantener una asistencia sistemática sin la compañía o sostén de un adulto de su entorno (madre, padre, abuelos, etc.) difícilmente disfrute de las propuestas de una colonia, a menos que, claro, concrete su período de adaptación, situación muy poco frecuente por el corto período de tiempo del que hablamos. Hay, por supuesto, excepciones. 

  En algunos casos se trata de niños extremadamente sociables que aún sin realizar adaptación, concurren a una colonia y realmente disfrutan de ella. En caso de que sea la primera y que la institución a la que concurre el pequeño no ofrezca continuidad, a todo lo anterior habrá que sumarle un período de apropiación del nuevo lugar con todas sus personas; y decimos “apropiación” porque tanto la mamá (o el adulto) que lleva al niño como él mismo necesitan cumplir con los pasos de ver, conocer, descubrir, aceptar, confiar y finalmente, entregarse a la acción y al goce. Recién después de cumplidas estas etapas que constituyen el “proceso inicial” se puede encarar el verano con la convicción de haber tomado la mejor decisión.

 

Por nuestros hijos

   Cuestiones a favor para que los chicos interactúen

  ¿Cuáles son sus principales ventajas?. Si estas actividades se llevan a cabo con su propia esencia, con el sostén adecuado de lugares, normas, tiempos y pausas bien pensados de acuerdo a las posibilidades de cada grupo etario, ofrecerán la diversión y el disfrute anhelados por padres e hijos.

   También. Marcarán acentuadamente el tiempo de “recreación” acorde con el estío, con las altas  temperaturas del exterior, con la justa climatización de los interiores que induzcan al sereno descanso y serán parte de una placentera estadía veraniega para los pequeños.

   Es así. Como se profundiza la adquisición de hábitos y se inician otros. 

 

Cómo elegir

   La importancia de un espacio acorde y supervisado 

   Hábitos. Algunos son, entre otros, ponerse la ropa adecuada para el juego de agua, secarse después de las actividades húmedas, lavarse solos las manos, vestir algunas prendas fáciles y con gradual dificultad, calzarse ojotas o sandalias sencillas.

   Actividades. Son abundantes las actividades que ofrecen la posibilidad de que los niños elaboren herramientas para su desempeño.

  A saber. Si la colonia ha sido bien planificada, con creatividad, buen espacio, la misma ofrecerá un servicio enriquecido con la ventaja de los vínculos avanzados y sostenidos.