Bahía Blanca | Miércoles, 24 de abril

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Una negociación que promete

Basta con esperar la llegada del paquete presupuestario (e impositivo) de la Gobernación para poder observar con total naturalidad como el accionar legislativo prepara su vertiginoso ritmo mediático (asesor de imagen para algunos) para recuperar protagonismo político hasta que se llegue al momento de la votación. Dependerá de los “tiempos” legislativos.

Como en los años anteriores, la gobernadora María Eugenia Vidal espera que la aprobación del Presupuesto 2019 salga con la menor conflictividad posible dentro de la Legislatura ya que incluye parte de un ajuste que se avecina sobre las finanzas bonaerenses impulsado por el Gobierno nacional.

En cuestión de días, a más tardar, tanto senadores como diputados podrán por poco “memorizar” el texto oficial del proyecto de Presupuesto 2019 que, según dejaron trascender desde el Ejecutivo de calle 6, contempla una pauta salarial del 20% y un aumento de impuestos, entre ellos, el Inmobiliario urbano y rural que podría llegar al 40 por ciento. Además, se crearía otro impuesto al juego (alrededor de un 3 por ciento sobre los premios que pagan las "tragamonedas”) que iría atender el gasto social. A preparar el bolsillo. Extraoficialmente, también adelantan un nuevo pedido de endeudamiento de la Provincia.

Dentro del palacio parlamentario se habla de una negociación un tanto incierta. Los habituales senadores y diputados de Cambiemos encargados de tejer acuerdos con el Frente Renovador “massista” tampoco corren de escena a los legisladores que responden a los intendentes del PJ “dialoguista” para asegurarse la aprobación de la iniciativa gubernamental. Allí, la obra pública es un capítulo clave de cualquier negociación. Quizá lo que puedan conseguir los municipios puede “dulcificar” alguna conducta hostil ya transitando la ruta electoral.

Vidal y el líder “renovador” Sergio Massa coinciden en un duro diagnóstico de la situación social y el empleo que se viene registrando en la Provincia, agudizada por la fuerte devaluación del peso.

Sospechan en principio que, por su naturaleza, los bloques del kirchnerismo votarán en contra para poder recriminarle al oficialismo “amarillo” estar incumpliendo cada uno de los compromisos de gestión que asumieron frente a sus votantes hace 3 años. “La Gobernadora cada año pide más impuestos, más deuda y más ajuste. La gestión de Cambiemos deja mucho que desear”, afirmó anticipando su postura crítica en el recinto el senador bahiense Federico Susbielles (Unidad Ciudadana-FpV).

Gremialistas del ámbito estatal, profesionales de la salud pública y empleados judiciales y representantes de organizaciones sociales ya anunciaron un acampe sobre la plaza San Martín frente a Gobernación y la Legislatura, para pronunciarse en contra del proyecto de cálculo de recursos proyectado por el ministro de Economía, Hernán Lacunza para la ejercicio del año que viene en la Provincia. La protesta callejera podría transformarse en el eje central de otro anuncio sindical vinculado con una nueva huelga parcial en la administración pública. Pretenden que la partida presupuestaria salarial contemple la pauta inflacionaria prevista para el calendario 2019.

Poco en común

Detrás de las sonrisas forzadas persisten las diferencias de estilo y de gestión entre la Gobernación y la Casa Rosada. Pero, después de algunos días de alto voltaje político, Vidal tendría la “prueba de amor” de recibir con distintas obras los fondos que perdió en el marco de la decisión del Gobierno nacional de traspasarle subsidios – para el transporte y la tarifa social de energía – y no actualizar el Fondo de Conurbano por el aumento de la inflación.

“Las cosas que necesita la Provincia para mí son prioridades”, aseguró el presidente Mauricio Macri tras una reunión conjunta de los gabinetes nacional y provincial en Trenque Lauquen. Horas antes en una entrevista en TN (señal televisiva amigable con el PRO) Vidal le bajó el volumen a los enojos con el Gobierno nacional por el reparto de fondos, y negó - tal vez prematuramente-- terminantemente la posibilidad de ser candidata presidencial el año que viene.

Aquel clima de diferencias brotó por la estrategia del Gobierno nacional de privilegiar el acuerdo entre los diputados de Cambiemos y los gobernadores para conseguir la aprobación del Presupuesto 2019.

¿Despedida de Bordoni?

En medio de la profunda crisis económica y el nuevo aumento de los combustibles. Mientras desde La Plata, se amplificaba el reclamo del ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, por un Código Penal “justo y no garantista”, que permita juzgar a menores que delinquen después del crimen de otro Policía bonaerense, está vez, en Avellaneda, el debate nacional giraba en torno de la poco feliz declaración de la ministra macrista de seguridad, Patricia Bullrich, tras decir, “el que quiera andar armado, que ande”, como en una película de pistoleros.

“Por momentos tengo la sospecha que están haciendo todo lo posible para que “lilita” Carrió y los radicales peguen el portazo de Cambiemos”, señalaba un influyente operador comunicacional del oficialismo a a la hora de prender “la máquina de humo" sobre ámbito bonaerense.

Aquel amargo lamento del alcalde serrano Sergio Bordoni: “Soy intendente de Tornquist estoy en Cambiemos, pero así no podemos seguir más, estamos oprimiendo a la clase media y baja de nuestro país”, dejó algo de tela para cortar. Es que después apuntó contra los tarifazos. “se había dicho que por este año no iba a ver más aumentos, y seguimos con aumentos en los combustibles, que afectan directamente y se trasladan a los alimentos, No con esto quiero sacar los pies del plato”, explicó a través de redes sociales.

No obstante, en las diagonales interpretan que Bordoni comenzó a despedirse informalmente del oficialismo de Cambiemos. Creen que su próximo destino será volver a ponerse la camiseta del vecinalismo de la Sexta de la mano del jefe comunal de Villarino, Carlos Bevilacqua y su hija Fernanda, actual diputada bonaerense por el Frente Renovador massista. Una “pyme familiar” que puede jugar en distintas versiones electorales.

Desde otra orilla opositora adelantan que no sólo concejales de La Matanza, Campana y Berisso ya pegaron el salto del Frente Renovador a la red peronista del ex gobernador Felipe Solá, sino que madura la salida del massismo de otros ediles (¿y algunos legisladores?) en la Provincia.

Es muy probable que el armador del espacio por el “felipismo” en la Sexta termine siendo el bahiense Dámaso Larraburu, más algunos ex intendentes PJ del grupo los “sin tierra”, denominación que adquirieron tras perder sus administraciones municipales en el 2015. Una mezcla de la vieja guardia del peronismo ortodoxo y del kirchnerismo “defendible”.