Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Los que pagan los platos rotos

La gobernadora María Eugenia Vidal sigue sumando dolores de cabeza con los gremialistas docentes que decidieron volver al paro mañana en el ámbito escolar bonaerense.“Es una expresión de rechazo al diálogo”, se lamentó la mandamás de Cambiemos ante la abrupta medida de fuerza cuando ella misma había anunciado públicamente que iba a convocar - tanto a los gremios estatales como a docentes -, con el objetivo de completar la negociación salarial del año.

La propuesta en análisis incluiría un mix entre alguna suma que iría al sueldo básico y el pago de un bono, similar a que se dispone a abonar la Nación a los empleados del Estado.

Se sabe, la paritaria salarial con el sector docente sigue sin acordarse porque los sindicalistas del rubro reclaman una cláusula gatillo por la disparada inflacionaria, al margen de las 10 propuestas salariales que se han ido “mejorando sucesivamente” desde la Provincia.

Es razonable discutir salarios. Pero obviamente desde el oficialismo gubernamental aseguran que una nueva huelga docente perjudica el normal funcionamiento de la educación escolar, principalmente a los alumnos. Reclaman, no olvidar que muchos niños llegan a la escuela pública con “la necesidad de un plato de comida porque vienen de familias con muy pocos recursos económicos".

A esto se suma la coyuntura económica y social, y el plan de infraestructura limitado para el año que viene. Y como frutilla del postre el debate legislativo que se abrió con los intendentes por el reparto de fondos para obras que incluyó la Gobernación en el proyecto de Ley de Presupuesto 2019.

"En los últimos días hemos visto cómo los jefes municipales macristas tienen más obra pública que los del peronismo y los del Frente Renovador “massista” juntos. Evidentemente la grieta también existe para la utilización partidaria", afirman desde el PJ parlamentario opositor.

Del análisis de los números se desprende, dicen, que los municipios de Cambiemos tienen más obras que los del Frente Renovador y que los del PJ en conjunto.

“A Cambiemos le está gustando hacer kirchnerismo para repartir obras”. Aseguran que “es visible como priorizaron municipios del mismo color político “amarillo”, y discriminan a ciudades en las que no gobiernan”, se quejan desde el massismo.

Sumar fuerzas

Palabras más palabras menos dicen los alcaldes pejotistas que está semana desembarcarán en las diagonales para juntarse con senadores y diputados del peronismo “dialoguista” y con los “críticos” de Unidad Ciudadana K (FpV-PJ) para intentar deshacer la “letra chica” presupuestaria proyectada por el Ejecutivo de calle 6.

La polémica quedó instalada tras la presentación que el ministro Roberto Gigante (Infraestructura) hizo ante senadores y diputados de las comisiones de Presupuesto y la Bicameral de Seguimiento, Fiscalización y Control para la Emergencia en materia de Infraestructura, Hábitat, Vivienda y Servicios Públicos.

La Provincia transparentó que el almanaque 2019 tendrá la particularidad de no traer “nuevas obras”y que el principal objetivo será terminar los trabajos que “ya están en ejecución”. Es un condimento extra, sobretodo en un año electoral como el venidero.

“Entre la buena voluntad del ministro Gigante y la realidad hay un largo trecho” se explica con relación a los números reales que destinará la Provincia para los 135 municipios y los recursos extras que deberán afrontar las comunas.

Mucho más cruel fue la oposición legislativa respecto a la exposición del ministro Hernán Lacunza (Economía), al considerar que, “a simple vista, tiene una contradicción entre lo que dice y su lenguaje gestual, ni él cree en lo que está diciendo”.sobre la política presupuestaria anual.

“La visita del ministro Lacunza fue para anunciar la muerte del relato M, se acabó el voluntarismo naif”, dicen con dureza desde el massismo reafirmando los pronósticos apocalípticos.

Desde el massismo legislativo piden poner “las cartas sobre la mesa”, ya que “en momentos de crisis hay que decir la verdad, porque con la verdad uno puede proyectar. Si en el momento de crisis no resolvés, probablemente el río creció demasiado, te llevó puesto y ya nada puedas hacer”, advierten.

En ese contexto además, los intendentes deberán afrontar el ajuste que llega desde Provincia, por decisión del Gobierno nacional, a partir del acuerdo con el FMI. Esto significa menos recursos por vía del fondo sojero, subsidios a la tarifa social, boletos de colectivo y caída de obras; además de limitaciones en la aplicación del fondo educativo.

“La realidad es que estamos en una crisis que está pagando la mayor parte de la provincia de Buenos Aires. Y ese ajuste lo toma la gobernadora Vidal, hace todo lo que puede y lo que no puede lo transfiere a los municipios, que son los que terminan pagando los platos rotos de la crisis”, subrayan desde los bloques que responden al tigrense Sergio Massa.

La silenciosa rebelión de no pocos intendentes al paquete de medidas que complica las finanzas municipales inquieta a la “mesa chica” de la mandamás bonaerense de Cambiemos. Algunos hasta advierten sobre la posibilidad de una maniobra de la oposición legislativa para “desestabilizar políticamente” a Vidal.

La Gobernadora necesita para aprobar el cálculo presupuestario en la Legislatura no sólo del respaldo del massismo sino también de un grupo de diputados que responde a intendentes peronistas que venían mostrando “buena onda” con el Ejecutivo.

"Si los intendentes tenemos que hacer un esfuerzo y compartirlo con la Provincia, lo vamos a hacer", difunden oficialmente desde la presidencia de la Cámara de Diputados bonaerense, que conduce Manuel Mosca. Al parecer esa fue la promesa de respaldo de los jefes comunales en las últimas semanas. Así lo hicieron los intendentes oficialistas Héctor Gay (Bahía Blanca), Jorge Macri (Vicente López), Julio Garro (La Plata), entre otros, que cayeron en el “operativo de contención” que activaron operadores del “vidalismo”.

El proyecto de Presupuesto que envió Vidal “prioriza el impulso de la obra pública, el fortalecimiento de la inversión social y las mejoras en materia de seguridad”, salió al cruce el jefe de la bancada de senadores de Cambiemos, Roberto Costa.

Primeras especulaciones

El intendente ultrakirchnerista Mario Secco ya le armó una “plataforma” a Axel Kicillof para “reafirmar la soberanía nacional” mañana en Ensenada, ciudad cercana a La Plata. Justamente, el ex ministro de Economía sería quién “mejor mide” en no pocas encuestas de opinión como aspirante a la Gobernación en el caso de ser alcanzado por el “dedo largo” de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner para lograr esa candidatura, dicen quienes vienen militando por la “unidad” del peronismo bonaerense. Los otros con posibilidades electorales son el intendente lomense Martín Insaurralde y la alcalde matancera Verónica Magario.

El peronismo calienta motores. De hecho, un diputado integrante del bloque PJ “Unidad y Renovación” con la “bendición y conducción” de Julio Pereyra y también de Insaurralde adelantó el cronograma electoral y con el aval del PJ platense ya anunció su candidatura a intendente de la capital bonaerense.

Se trata de Guillermo Escudero, representante del espacio de los intendentes pero que ha tendido puentes con sectores del kirchnerismo y del gremialismo más combativo en las diagonales.