CON LAS FORMAS DEL AYER. Arco Iris en el Municipal
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Mario Minervino / mminervino@lanueva.com
Hace 47 años, en noviembre de 1971, se presentó en el Teatro Municipal el grupo Arco Iris, uno de los primeros conjuntos latinoamericanos en mezclar música folklórica con ritmos de rock, jazz y blues.
Hacia 1969, Gustavo Santaolalla, de 16 años de edad, intentaba infructuosamente obtener un contrato para su banda The Crows.
Su suerte cambió cuando aceptó cantar en castellano -era moda hacerlo en inglés- y adoptar el nombre de Arco Iris.
Con Blues de Dana, ganaron el festival beat de Mar del Plata, en 1970, y ese mismo ano editaron su primer long play.
En 1972, el conjunto presentó el tema Mañana campestre, un verdadero icono de su carrera, con el cual inició su tendencia folclórica.
La actuación de Arco Iris en Bahía Blanca se organizó en dos partes. La primera, con canciones suaves y melodiosas, de reminiscencias jazzísticas y la ejecución de flautas por Ara Tokatlian. La segunda, de corte beat, con temas como Casino, Llegó el cambio y Negro y Blanco.
Santaolalla dejó Arco Iris en 1975 y a fines de esa década se instaló en Los Angeles.
Hoy es uno de los productores musicales más exitosos de Latinoamérica, manejando bandas como Divididos y Café Tacuba. Sin su presencia, Arco Iris continuó tocando y presentó su último trabajo en 1986: El faisán azul, una fusión de rock latino y jazz. En ese tiempo ganó dos Oscar de la Academia de Hollywood por su labor musical.
“Arco Iris fue algo adelantado a la época --manifestó hace poco Santaolalla--, desarrollando una música que reflejaba el lugar de uno”.
“Mañana campestre, perfumada de azahar, un gorrión se escapa de tu voz, en el río la cara de los dos. Y el viento nos cuenta la historia de un lugar...”. Casi un clásico del rock nacional.