Bahía Blanca | Viernes, 26 de abril

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Caso Margiotta: los 5 pilares que sostienen las condenas

"La Nueva." tuvo acceso a la resolución, de casi 180 fojas, que envió nuevamente a prisión a Jorge Fabrizio y Pedro Martínez, por uno de los casos más controvertidos de toda la región.

 

Redacción La Nueva. / info@lanueva.com

   Una de las primeras impresiones que surge de la lectura de las 179 fojas del fallo por el caso Margiotta es que existió, como lo reconoce en su voto el doctor Eduardo d'Empaire, una "serena, continua y extensa deliberación" de parte del Tribunal en lo Criminal Nº 3.

   Y con un criterio amplio para resolver, que se advierte saludable en este tipo de discusiones, donde están en juego valores esenciales, como la justicia y la libertad de las personas.

   El juez Ricardo Nicolás Gutiérrez, quien fundamentó la condena a prisión perpetua contra Jorge Alberto Fabrizio y Pedro Arturo Martínez, encontró apoyo en su colega Hugo Adrián De Rosa, mientras que para D'Empaire la duda, por precariedad de prueba, jugó a favor de los acusados.

   Aunque D'Empaire -resuelta la sentencia por la mayoría- opinó como Gutiérrez en cuanto a que los dos debían ser detenidos inmediatamente después del juicio, mientras que De Rosa consideraba -lógicamente antes de que se escaparan tras la lectura- que no había riesgo procesal de fuga y, pese a considerarlos culpables, prefería mantenerlos en libertad hasta que el fallo adquiriera firmeza.

   Y esas no fueron las únicas disidencias. Tampoco se pusieron de acuerdo con los agravantes, que finalmente no prosperaron.

   Gutiérrez y De Rosa consideraron que el pedido de la acusación, sobre la edad de la víctima, había sido sin fundamento y no correspondía tratarlo. D'Empaire, en el voto minoritario, creía lo contrario, que procedía la agravante por la mayor indefensión de Federico, que apenas tenía 13 años cuando lo violaron y mataron.

Dos de los "ganadores" del segundo juicio. Matías Bertoncello, abogado de los Margiotta, y el fiscal Rodolfo De Lucía.

   Más allá de la disparidad de posiciones, el voto mayoritario concluyó que está probado, aún con la duda razonable, que Fabrizio fue autor de la violación del menor en el marco de una fiesta sexual y que los dos acusados lo asesinaron para lograr impunidad. A ese extremo llegaron luego de “valorar conglobadamente los testimonios reunidos en la audiencia de debate con más los elementos de prueba que fueron incorporados al mismo por vía de lectura”, explicó Gutiérrez.

  “La Nueva.” puede concluir, luego de analizar detalladamente el fallo, que la estructura de la condena se cimentó en al menos 5 pilares:

1- Jessica Gorordo

   Fue la única de las 3 mujeres que durante el proceso dijeron haber estado en la “fiesta” y que mantuvo sus dichos en este juicio. Fue cuestionada al punto de ser considerada una “testigo sospechosa”, aunque para los jueces Gutiérrez y De Rosa, “no tenía razones para mentir” si se analiza su testimonio “a la luz de la sana crítica racional y en conjunto de otros elementos”.

   En primer lugar tuvieron en cuenta que desde hace 13 años vive en Tandil, un medio ajeno al que ocurrieron los hechos.

   ¿Por qué de entrada no declaró lo de la “fiesta”? “Además de ser menor, era víctima de abusos sexuales por parte de adultos en esas fiestas, por lo tanto pretender que de golpe una menor asumiera y revelara toda su situación en una declaración policial, sin ningún tipo de contención, se explica desde el más elemental sentido común”, dijo Gutiérrez.

   A diferencia del juicio anterior, descartó haber visto el abuso, que Federico haya bebido vino (las pericias descartaron esa posibilidad) y que el chico haya sido empalado, como también dijo en algún momento, situación que no se condice con el tipo de lesiones. En ese sentido, coincidió en todo con la prueba científica.

   Jessica dijo que esa noche “su hermana fue a saludarlo a Martínez y Fabrizio le dijo '...Federico tiene que atendernos a nosotros, vos no te podés acercar'. Federico estaba como maltratado”.

   Que Martínez le ofreció a ella dinero a cambio de sexo, que Federico andaba “de acá para allá y que Fabrizio lo mandaba a servir las bebidas y le tiraba alcohol encima”.

Pedro Martínez, junto a su abogado Sebastián Martínez, durante el debate. 

   Confirmó la existencia de drogas. También declaró que “vio a Fabrizio empujar y golpear a Federico y luego lo llevo a la cocina” y que “…se le notaba que algo le hacían, cuando se acercaba Fabrizio tenía como miedo…”.

   Escuchó que Fabrizio, cuando lo acosaba, le decía al chico “...no seas arisco, tenés que hacerte hombre”. En ese sentido, Jessica destacó que algún acto abusivo pudo registrarse en la cocina y “era Fabrizio quien ponía en cada habitación a los participantes de la fiesta, pero en esos lugares no lo ponía a Nicolás”.

   Otro dato comprometedor es la salida de la quinta. Confirmó que sobre las 3 Federico “salió llorando” de la cocina y Fabrizio le ordenó que subiera a la combi. Se subió junto con él y Martínez y a ella, su hermana y Verónica Morales las cargaron atrás y se retiraron, hasta que las bajaron en la entrada del Club Independiente y los dos acusados y el chico continuaron viaje.

   “Cuando iban en la camioneta Federico estaba llorando y cuando bajaron, estaba con la mirada baja, no quería levantar la mirada…”. Esa fue la última vez que alguien vio con vida a Federico. Nueve días después apareció su cuerpo, a la vera de la ruta 85, con la misma ropa que llevaba aquella noche.

   Luego de la despedida de la “fiesta”, Jessica -según declaró- recibió una llamada de Fabrizio para que “...cerrara la boca o podía pasarle algo a su hijo”. Su hermana se empezó a preocupar y Martínez le dijo “que no se metiera”.

   Para el juez Gutiérrez, “las circunstancias relativas al contexto de esa fiesta sexual, con drogas y alcohol, realizada en una casaquinta de algún lugar de Coronel Pringles y al trato que recibía la víctima menor de edad, a quien se lo veía 'colorado y maltratado' permiten acreditar, en primer lugar, que fue allí abusado sexualmente mediante violencia física, conforme surge de los elementos de prueba valorados (autopsia e informes químicos) y lo relatado por la testigo Jessica Gorordo.

   “Federico Margiotta salió llorando de un lugar de la casa, fue trasladado en la parte delantera de una camioneta en la cual estaban los encartados y en la parte trasera se ubicaban Jessica Gorordo, su hermana Natalia y Verónica Morales. Esa es última vez que alguien lo vio con vida. Resulta coherente con la lógica, la experiencia y el sentido común —en las circunstancias establecidas—, colegir que la muerte posterior de Federico Margiotta obedeció a que, quien o quienes lo agredieron sexualmente, intentaban procurar su impunidad provocándole la muerte en un lugar que no pudo ser establecido”.

2- Las dudas sobre Natalia

   Natalia Gorordo, hermana de Jessica, cambió su versión y en este juicio aseguró no haber estado en la “fiesta”, al igual que Verónica Morales. Para el juez Rodríguez, su postura es, al menos, para dudar.

   Y lo basó en tres aspectos:

   a) Según sus dichos, junto con su hermana, en ocasión que fueron al domicilio de “Los Correntinos”, se presentaron en la casa de los Margiotta (enfrente) y dialogaron con Eva Molina, Donato Margiotta y las hermanas de la víctima. ¿Fue allí, a la casa de la víctima, solo a decir que todo Pringles sabía quién mato al chico y que había mucha plata de por medio? La señora Molina y sus hijas, en particular Luciana, dijeron que las hermanas (Gorordo) habían dicho que “…no se animaban a declarar porque estaban amenazadas por ambos, porque si hablaban le iba a pasar lo mismo que mi hermano….” aludiendo a los acusados.

   b) En el debate, cuando dijo que había cambiado su declaración, negando haber estado en esa fiesta y antes sí, Natalia respondió: “No me acuerdo porque declaré eso”.

   c) Dijo que (Federico) Striebek, el juez de paz, le tomó una declaración en la cual dijo la verdad, una vez que regreso a Coronel Pringles luego de declarar en el primer debate. “Al menos inusual”, opinó el juez Gutiérrez.

   Según Jessica, su hermana Natalia calló “por miedo y dinero sucio”. Para el tribunal refuerza la posición condenatoria el “testimonio indirecto” de María Soledad Arévalo, quien aseguró haber recibido el comentario de Jessica, entre lágrimas, que en aquella fiesta fatal había estado junto con su hermana Natalia y Verónica Morales y que también estaban Fabrizio, Martínez, Sorrivas y Federico, con quien hacían “juegos” y provocaban.

3- El calvario, 30 años después

   Como testigo nueva para este juicio, una mujer de 41 años, a quien se identifica como V.A.C., aportó datos de valor, no como prueba directa del caso de Federico, pero sí sobre la existencia de fiestas sexuales en Coronel Pringles, al menos desde fines de los '80 y con la participación activa de Fabrizio y Martínez, ya en ese tiempo.

   “Visiblemente angustiada”, según marcó el juez Gutiérrez, relató que Fabrizio le quitó la virginidad cuando tenía 11 años y que su madre -hoy fallecida- la entregaba de la mano a los depravados y que después iba al negocio del acusado y se llevaba electrodomésticos sin pagar.

   “Con el tiempo y mucha terapia pudo comprender lo que ella (su madre) hacía”, expresó el juez. V.A.C., además, dijo que la joven Estrella Recchi oficiaba de intermediaria en esas maniobras con fines sexuales. En su declaración, Fabrizio había reconocido haber mantenido relaciones sexuales con Estrella, al menos en 2 o 3 oportunidades, a cambio de dinero, dato que puede sumarse como un indicio en su contra.

   “Jessica Gorordo y V.A.C. (con unos 13 años de diferencia en sus relatos), colocan a ambos imputados en el mismo contexto de fiestas sexuales a las cuales concurrían niñas y niños menores de edad vulnerables. En el caso de V.A.C., era su propia madre quien la entregaba a Estrella Recchi para que la llevara a esas fiestas, y en el caso de Federico Margiotta, la situación económica de su familia hacía que se relacionara con adultos a los cuales recurría en busca de ayuda para poder contribuir con las necesidades de su casa, entre ellos, Martínez”, sentenció el juez.

4- Intervenciones telefónicas

   El tribunal analizó dos escuchas telefónicas incorporadas por lectura que también sirvieron para formar convicción. La primera contiene un diálogo entre Graciela, la esposa de Fabrizio, y una mujer identificada como Fabiana, de la farmacia, que sería hija de Rodolfo Sorrivas -ya fallecido- otro supuesto partícipe de las “fiestas”.

   En esa charla, que se dio el 25 de junio de 2004, se habla de “esta clase de asados”:

-Graciela: “…como tiran tanto en cualquier lado me parece que no tienen absolutamente nada…”.

-Fabiana: “…no, no, no, yo, sabes lo que pasa?...cuántos empresarios de plata hay, Juan es el único?”

-G: “No”

-F: “Escuchame otra cosa, el tipo que timbea o hace esa clase de fiestas no se hace ver en la calle, estos van a los asados”.

-G: “…pero sí están…”

-F: “eh?”

-G: “…no de una vez, de toda la vida…”

-F: “…van a los asados y van a tomar café, porque a veces saben ir…”.

-G: “...si, si…”

-F: “…porque yo los he visto…”

-G: “…si, si, si…”

-F: “…el tipo, el tipo que…si hacen esa clase de asados, no lo van a hacer en lo de Ezeiza…”

-G: “…pero no…”

-F: “…lo van a hacer, eh, eh, como te puedo decir, en una quinta, en un lugar…”

-G: “…si, si, si, mientras (no se entiende el dialogo)…que sea lo que Dios quiera…”.

La otra escucha se da el 30 de junio de 2004, cuando dialogan dos mujeres que serían la mujer e hija de Sorrivas y aluden a la "protección" de Fabrizio:

-Voz femenina 1: “mamá, ¿a qué hora me dijiste que salía papá?”

-Voz femenina 2: “cuatro y media”

-VF1: “viste yyy, me atendieron pero nadie habló, papá, papá, le digo yo, y me cortó y ahora esta apagado, no habrá tenido que viajar a Bahía para esconderlo al hijo de puta de Fabrizio”.

Luego surge:

- VF1: “no sé, en algo raro está, porque escuchame, lo llamé a Fabrizio y se pegó una tranca, ¡no tu papá acá no!, ¡hace mucho que no viene, hace mucho que no viene!”

-VF2: “Si, no sé, no te puedo decir nada”.

-VF1: “este boludo sigue confiado por el hijo de puta ese y va a quedar pegado él”.

-VF1: “y bueno viste”

-VF2: “siempre siguieron, siempre siguieron”.

-VF1: “y bueno por eso ahí está, ese es el amigo que tiene, y le dijo Fabrizio, lo que pasa que no cree, que la loca soy yo, y que lo enloquezco a papá, como que…”

-VF2: “pero no le hagas caso, yo ya te lo hubiese borrado de la mente, y hay que ponerle la mente blanca”. -VF1: “me molesta el pelotudo este”.

-VF2: “nooo”.

-VF1: “de Fabrizio y que sea tan pelotudo que no ve, porque yo por papá pongo las manos en el fuego que si hubiera hecho algo así se hubiera quebrado, pero este...?”

5- El perfil psicológico y psiquiátrico

   Los peritos psicológico y psiquiatra Julio Tapia y Eduardo Wrobel, respectivamente, se pronunciaron sobre la personalidad de ambos acusados.

   En el caso de Fabrizio marcaron un perfil exacerbado y en Martínez no tan acentuado, como que no tiene características completas de abusador, aunque coinciden algunos de sus rasgos con los que aparecen en los delincuentes sexuales.

   “Lo explicado por los peritos resulta compatible y congruente con las conclusiones a las cuales arribaron en sus informes. Concluyeron que los rasgos de personalidad narcisista y psicopáticos hacen que pueda adherir a principios morales que sujetarían su vida, predicarlos y llevar una conducta opuesta a los mismos, sin disposición a la crítica de esta doble postura, se corresponde con un rasgo de perversión", se detalló en el fallo.

Jorge Fabrizio -derecha- junto a su abogado Rubén Diskin. 

   “Estos rasgos y la doble postura asumida por el imputado Fabrizio permiten explicar su mendacidad, tal como he destacado y valorado, al confrontar sus declaraciones con los restantes elementos de prueba que desmienten sus dichos (tendencia al ocultamiento y la negación)”, sostuvo Gutiérrez.

   Fabrizio se presenta como “solo en el universo” y todo lo direcciona desde el objeto al sujeto: “mi hijo me quiere”, “mi mujer me quiere”. No demuestra culpa en el plano moral y asegura que no tiene nada para mejorar, que es claro y transparente y que no presenta conflictos sociales, salvo con quienes envidian su éxito.

   El juez Gutiérrez refutó las pericias de la defensa -contraponen a las oficiales- porque los especialistas no consultaron el expediente y se valieron solo de conceptos jurídicos y suposiciones. “Ninguna seriedad y objetividad tiene el informe para ser valorado como elemento de descargo”, afirmó.

Muchos querían justicia; pocos creían en una condena

   Con gran expectativa, movilizaciones y manifestaciones en reclamo de justicia, Coronel Pringles siguió las alternativas del nuevo juicio por el asesinato de Federico Nicolás Margiotta.

   Sin embargo, muchos de quienes pedían un castigo para los responsables del homicidio del adolescente, admitían, antes del fallo, tener dudas acerca de que Jorge Fabrizio y Pedro Martínez pudieran resultar condenados, como finalmente sucedió.

   “Lamentablemente no hay muchas pruebas” se rumoreaba.

   El veredicto del Tribunal en lo Criminal Nº 3 causó conmoción y sorpresa, admiten quienes pudieron palpar de primera mano la reacción de la comunidad tras la sentencia a prisión perpetua.

   Sostienen que fueron 16 años de sentimientos contenidos, muchos de ellos por el temor que infundían los sospechosos.

   “Estaba trabajando en el momento de la sentencia. Me encerré en el baño y me puse a llorar”, comenta Oscar.

   El hombre también admite haber pensado que el caso podía llegar a quedar impune.

   “Nunca pensé que los iban a condenar, se hizo justicia”.

   Enrique, quien incluso declaró en el debate oral como testigo, también señala su satisfacción por lo ocurrido. 

   “Estos (por Fabrizio y Martínez) tienen que pagar por lo que hicieron. Queremos verles la cara ahora”.

   Poco después que se conociera la decisión de los jueces, de manera espontánea, un grupo de personas llegó hasta el frente de la vivienda de Fabrizio, ubicada en Dorrego al 1400.

   Muchos no sabían que poco antes se había retirado con la intención de escapar, mientras que otros manifestaron su enojo por la impunidad con la que se movieron.

   “Nos enteramos de que estos hdp se escaparon. Gracias a Dios se hizo justicia, pero que los atrapen”, decía María, antes de conocerse la captura de ambos.

   “Pensé que la policía esperaba que nos retiraramos para sacarlo y que no hagamos lío. No sabía que se habían escapado”, agrega Paola.

   Pocas horas después Fabrizio fue detenido por la policía en Pigüé, con una importante cantidad de dinero y cuando pretendía abordar una camioneta para seguir viaje.

   El viernes a la mañana, y luego de una negociación entre la policía y sus familiares, Martínez se entregó en Coronel Pringles y también quedó detenido para cumplir la condena impuesta por la justicia bahiense.