Olimpo se regaló y lo regaló
Difícilmente vuelva a recibir a un rival tan frágil como Los Andes. No lo supo definir, se relajó y se lo empataron. Tuvo todo para golear, pero terminó 1-1. Sí, increíble.
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Por Sergio Daniel Peyssé / speysse@lanueva,com
(Nota publicada en la edición impresa)
Estuvo fuera del descenso durante 75 minutos. De los 8 del primer tiempo a los 39 del segundo.
Mientras Olimpo ganaba 1-0, los hinchas preguntaban por los otros resultados y entre los plateístas se mostraban los teléfonos celulares donde se podía ver al aurinegro por encima de Central Córdoba SDE, Santamarina y Gimnasia de Jujuy en la tabla de promedios.
Pero Olimpo no lo supo ganar. Porque es otro pecado de juventud de este equipo no haber liquidado el partido cuando tenía todo a su favor y al rival rendido a sus pies.
En la fracción inicial, el de Bahía salió con esa idea que nos gusta a todos los futboleros: jugar para ganar. Un 4-4-2 solidario, dinámico, con la obligación de presionar alto, forzar el error ajeno y de hacer rápidas transiciones (con relevos perfectos y el protagonismo de los laterales y los carrileros para romper juego por los costados) cada vez que se recuperaba el balón.
¿Qué le pasó en el complemento? Exceso de confianza. Claro, el rival estaba quebrado futbolística y anímicamente y Olimpo tenía espacios por todos lados para hacer lo que quería.
Antes del cuarto de hora erró dos goles abajo del arco y se empezó a sentir ganador pese a que faltaba una eternidad.
Olimpo, ¡el fútbol es como el boxeo! Si no noqueas al adversario...
Los cambios hicieron reaccionar a Los Andes, que con un 4-3-1-2 encontró luz en una zona oscura y desconocida. Sí, en campo local, para lograr un empate insospechado y con sabor a nada para Olimpo.