La madre y las hermanas de Margiotta aseguran que las testigos clave estaban amenazadas

Redacción de La Nueva.

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   Eva Molina y Luciana, Silvia y Lorena Margiotta, madre y hermanas de Federico, coincidieron en afirmar que las tres testigos clave del caso, que supuestamente participaron de la fiesta negra en la cual mataron al menor, estaban amenazadas por los dos acusados, Jorge Fabrizio y Pedro Martínez.

   La mamá de Federico fue la primera en declarar ante el Tribunal en lo Criminal Nº 3 y después fue el turno de las hermanas del adolescente de 13 años, que fue asesinado en 2002.

   Las testigos en cuestión son las hermanas Natalia y Jésica Gorordo y Verónica Morales.

   "Verónica Morales siempre se prostituyó y tenía contacto con los imputados. Ellas me dijeron que todo pasó en una quinta, pero no precisaron el lugar", dijo Molina.

   Dijo que Jésica Gorordo vio a Martínez, frente a su verdulería, cuando golpeaba con un palo a Federico -el chico lo ayudaba con las tareas en el comercio- sobre un vehículo de su propiedad. 

   Se lo comentó un año después del hecho porque estaban amenazadas. "Jésica recuerda la mirada de Federico como pidiendo socorro", declaró Eva sobre aquel incidente en la verdulería, que se habría registrado poco antes de la fiesta trágica.

   "Federico era bueno, se hacía querer. Le dí libertad porque supuestamente trataba con buena gente. Fue muy conocido de gente con dinero y poder", amplió.

"Ojalá se llegue a la verdad"

   Luciana Margiotta, en tanto, dijo que conocía a las Gorordo porque "se prostituían" e iban a la casa de unos correntinos que vivían frente a su vivienda.

   "Ellas dijeron que estuvieron en una fiesta con los imputados y que estaba Federico, pero que no podían ir a la justicia porque estaban amenazadas por ellos", afirmó.

   De hecho, les advirtieron que si hablaban "les iba a pasar lo mismo que al nene".

   Silvia Margiotta, en tanto, declaró que cuando su madre les preguntó (a las tres testigos) si habían estado en la muerte de Federico, Verónica Morales les dijo que sí.

   Su hermana Lorena, a su vez, dijo que Federico llevó a su casa a Pedro Martínez y se lo presentó a su familia, que el chico sabía que en una remisería había un Taunus azul que llevaba chicas a los campos, para las "fiestas".