Bahía Blanca | Sabado, 20 de abril

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Postales de la tarde: entre mates, ocio y banderas

Unas fanáticas bahienses de Las Pastillas se contactaron por Twiter y alquilaron una combi para venir juntas el recital. Por su parte, las darregueirenses Julieta, Rocío, Jose y Nair no se perdieron ni un recital.
Fotos: Emmanuel Briane - La Nueva.

Anahí González / agonzález@lanueva.com

   Julieta, Rocío, Jose y Nair llegaron junto con Lorena, la mamá de Julieta, desde Darregueira (Puan) el viernes y alquilaron un departamento en el centro para disfrutar de los tres días de espectáculos gratuitos de la Fiesta Nacional de la Primavera. Y así lo hicieron: ¡No se perdieron ni un recital! Y esperaban el momento, en una hora, de ver a Las Pastillas del Abuelo.

   “Jose y Nair estuvieron en año pasado pero para nosotras es la primera vez. No pensamos que iba a venir tanta gente. Además ayer nos tocó un día espectacular”, dijo.

   Son alumnas del anteúltimo año de secundaria del Colegio San Martín.

   Salieron a bailar, disfrutaron de la playa y las peatonales y no quisieron contar si se fueron con alguna historia de amor que las haga regresar.

 

Mega fanáticas

   Catorce bahienses fanáticas de las Pastillas del Abuelo, de entre 17 y 21 años, se juntaron por Twitter para alquilar juntas una combi y arribar al balneario para ver el recital.

   Las organizadoras son amigas y se conocen, ya lo han hecho otras veces. A otras chicas no las habían visto antes, pero las unía una misión: cantar las letras de sus músicos preferidos y pasar un momento de comunión con seres afines.

   Antes de Monte Hermoso, algunas de ellas vieron a la banda en Ferro, Malvinas, Tandil, Carhué y Pigué.

   “En Pigüé pudimos estar con ellos. Nos levantamos muy temprano a recorrer la ciudad para ver donde estaban. Una kiosquera nos dijo donde se estaban alojando y fuimos hasta el hotel. Son unos genios. Nos recibieron con muy buena onda y se emocionaron al vernos llorando”, contó una de las chicas.

   La idea de organizar estos viajes es cuidarse entre ellas, ver el soy y volver a casa tranquilas y felices.

   Coincidieron en que su música les llena el alma y las hace sentirse unidas y “como en casa”, aún cuando no se conozcan entre sí.