Bahía Blanca | Martes, 22 de julio

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Indocumentados: el drama de vivir sin identidad

Fotos: Sebastián Cortes-La Nueva.

Federico Moreno / [email protected]

    Tener 10, 20 o 30 años de edad y no poder viajar al exterior ni tomar un colectivo dentro de la Argentina. Estar impedido de sacar un crédito, casarse o trabajar en blanco. O peor aún: no poder estudiar, recibir planes sociales ni ser atendido dignamente en un hospital. Todos estas barreras, por más diversas y graves que sean, pueden deberse a un solo motivo: la falta del Documento Nacional de Identidad.

   El problema no responde solo a la pérdida circunstancial del carné plástico con nuestra foto y nuestros datos, sino a una razón más profunda y difícil de corregir, como es el hecho de nunca haber sido inscriptos en el sistema, de ser “invisibles” para el Estado.

   En la provincia de Buenos Aires, según datos brindados por el Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), en conjunto con el Registro Nacional de las Personas (ReNaPer), un total de 56.649 chicos menores de 13 años están indocumentados, lo que representa un 0,6 %. Si tomamos a los menores de 1 año, la cifra sube al 3,8 % de esa franja. Se especula que hay un niño indocumentado por cada 21 nacimientos.

   Los motivos de esta falla son variados: desconocimiento, falta de DNI del padre o la madre, miedo a la multa -o imposibilidad económica de afrontarla- una vez vencido el plazo legal. Sin embargo, los inconvenientes pueden resultar un verdadero flagelo para estas personas que, de alguna manera, viven al margen de la ley.

   En el caso de los más chicos -los que más preocupan por su estado de vulnerabilidad- no pueden ser atendidos en hospitales (aunque en la práctica se hacen algunas excepciones), recibir vacunas o someterse a estudios y análisis médicos, ni sus madres pueden percibir la Asignación Universal por Hijo. Al jardín y a la escuela pueden asistir, pero a medida que el nivel educativo avanza las trabas son mayores, quedando inhabilitados, por ejemplo, para recibir el diploma de egresado o ir a la universidad.

   A medida que la persona indocumentada crece, las complicaciones pueden ser diversas, afectando a todos los ámbitos de la vida. Sin DNI uno no puede casarse, obtener un crédito, viajar o trabajar en blanco, entre otras situaciones habituales.

Patricio Pañepi

En Bahía Blanca se visibilizó con el fútbol

   Si bien no existen datos oficiales ni estudios realizados sobre el impacto local de esta problemática, se sabe que son cientos los casos que se suceden año a año. Haciendo una analogía entre las cifras nacionales y provinciales y la población de Bahía Blanca, se puede estimar que en nuestra ciudad viven unas 3.500 personas sin documento.

   El problema, una vez descubierto, suele ser abordado por distintas dependencias –Municipalidad, Registro de las Personas, Defensoría del Pueblo-, aunque una detección masiva se concretó hace 3 años, cuando la Liga del Sur estableció como regla que los miles de chicos de las divisiones inferiores de clubes de fútbol debían contar con el DNI actualizado para poder competir de sus torneos.

   “En un primer momento nos chocó la medida, sentimos que estaban discriminando a nuestros chicos y no lo tomamos muy bien. Con el tiempo nos dimos cuenta de que fue lo que mejor que podría haber hecho la Liga del Sur, porque salió a la luz una problemática mucho más profunda: había chicos de 10 u 11 años que no tenían más que una partida de nacimiento”, reconoció Patricio Pañepi, expresidente del club Vista Alegre y actual empleado municipal encargado de detectar casos de gente indocumentada y ayudarla en la gestión.

   “Pasó en muchos clubes, no solo en Vista Alegre. Primero los chicos tenían que ir al Registro con un tutor, después vieron que la demanda era tan grande que nos dejaron a nosotros representarlos en los trámites. Los acompañamos y estamos pendientes de cada caso, porque pueden durar hasta más de un año, según la complejidad”, agregó.

   Lo que empezó como un problema de chicos que querían jugar al fútbol y no podían, terminó siendo una cuestión de sus familiares, sus vecinos y la gente del barrio en general.

   “Se empezaron a enterar por el boca en boca y ahora atendemos más de 200 casos por año. También les dimos una mano a los cartoneros, para poder ingresar en la Ecoplanta. Iban a poder trabajar pero no cobrar, porque en la caja del banco, sin el documento digital, no te aceptan”, explicó Pañepi.

"La asistencia del Estado no siempre llega"

   Para el asistente social, la desinformación que tiene la gente más humilde y el hecho de que el Estado no se preocupe decididamente por el problema, generan un combo que hace que a muchas personas les cueste salir de la situación de invisibilidad.

   “Si se puso firme la Liga del Sur, tendrían que hacerlo también los jardines y las escuelas. Algo bueno que se logró ahora es que para hacerles el DNI, los chicos tienen que tener sí o sí la vacuna de la BCG, y así se gana también en salud. Otras cosas por las que a veces tenemos que luchar, y que tendrían que darse cuenta desde más arriba, es poner más centros de documentación. Había uno rápido durante la FISA, pero la gente de la periferia no va a la FISA. Por suerte logramos que trajeran combis del Registro al barrio. En una semana se hicieron 200 documentos diarios”, opinó.

   “La gente está muy desinformada, muchos pensaban que la multa por no haber anotado al hijo a tiempo era de 500 pesos y, en realidad, era de 70, pero hasta logramos que les bonificaran todo, porque no tienen recursos. Una mujer de los barrios no se puede subir a un colectivo con 6 hijos e ir al centro o hasta el hospital Penna a buscar un certificado de parto, hay que darles más facilidades”, sostuvo.

   El empleado de la Secretaría de Políticas Sociales trabaja con otro joven, Ezequiel Antonelli, junto a quien gestionó algunos casos puntuales que les quedaron marcados.

   Entre otros, ayudaron a una mujer separada, madre de 6 hijos menores de 9 años, de los cuales 4 no tenían DNI hasta el año pasado. También a un hombre de 32 que tramitó el primer documento de su vida para poder pasar de la recolección informal a trabajar en la Ecoplanta de General Cerri.

   “Una chica de Villa Rosas fue a tener familia y no tenía documento. Tuvimos que ir hasta Ingeniero White a atestiguar que la critura era suya. Inmediatamente después del parto le hicimos el DNI a la madre y, una vez que llegó, se lo pudimos hacer al bebé, que hasta ese momento era un NN”, comentó Antonelli.

   “Uno escucha cosas muy contradictorias, dicen que la gente de bajos recursos tiene hijos para cobrar la asignación, pero la verdad es que muchas familias con hijos no la cobran por falta de DNI y ni siquiera saben que les corresponde. La asistencia del Estado no siempre llega a los lugares a los que tiene que llegar”, afirmó Pañepi.

Fabián Gaitán vivió 32 años sin DNI. “La policía creía que le tomaba el pelo y me pegaba”.

Fabián votará por primera vez a los 32 años

   Se llama Fabián Horacio Gaitán y tiene 32 años, pero recién desde el año pasado puede acreditar que es Fabián Horacio Gaitán. Antes cartonero, ahora trabaja en la Ecoplanta de Cerri gracias a un equipo de la Secretaría de Políticas Sociales que lo auxilió para gestionar su ingreso al mundo formal.

   “Nunca había tenido documento, mi primer DNI lo tengo desde hace un año. Antes lo único que tenía era una partida de nacimiento que resultó no ser la mía, le pertenecía a una chica y eso me complicó doblemente los trámites”, comenzó Fabián al contar su historia.

   Si bien es el mayor de los hermanos, el único que sufrió ser un NN más de 30 años en su familia fue él.

   “Yo soy hijo de una mujer anterior de mi papá, mi madrastra no tenía ningún papel mío y nunca lo pudo conseguir, pero mis hermanos no tuvieron problemas. Cuando iba a un boliche, como cualquier chico, me pedían el documento y tenía que dar uno falso porque no tenía. O si no, con la Policía, cuando les decía que no tenía DNI pensaban que les tomaba el pelo y me terminaban pegando”, lamentó.

   “El documento uno lo necesita para un montón de cosas, para cobrar, para pedir un crédito, para votar. Yo nunca voté y nunca había tenido un trabajo en blanco hasta ahora. Estas elecciones voy a ir a votar porque además de una obligación es un derecho”, reflexionó.

   Ayudado por Pañepi y Antonelli, Fabián debió luchar durante 13 meses para tener el plástico en sus manos. “Los conocí cuando nos fueron a ayudar a Caracol a los cartoneros, porque nos habían prohibido entrar en el centro con los caballos. Yo les dije que no tenía documento y que estaba complicado para trabajar en algo formal. Me ayudaron y estuvimos un buen tiempo de acá para allá, tuve que poner las huellas como 4 veces, mandar fotos mías, llevar testigos. Por suerte en la foto salí bien”, relató entre risas.

   Fabián, que trabajó como cartonero desde los 12 años, es padre de una nena a la que para que ser aceptada en el jardín de infantes hubo que anotarla con el número de legajo del trámite de documentación de su padre, ya que por este motivo ella tampoco contaba con DNI.

   “Estoy muy agradecido con los muchachos, son muy buena gente. Ahora ando siempre con el documento encima y si alguien me para en la calle yo le puedo decir 'yo soy esta persona'”, agradeció el vecino de Costa Blanca.

Letizia Tamborindeguy

“Atendemos casos de niños con derechos vulnerados"

   “La oficina, que antes estaba dedicada más que nada a los delitos de lesa humanidad, ahora tiene una gestión más abarcativa e incluye niñez, adolescencia y familia, además de cuestiones de género, derechos humanos y discapacidad”, comentó la subsecretaria municipal de Promoción y Protección de los Derechos, Letizia Tamborindeguy.

   Esa dependencia, según explicó la funcionaria, es una de las que brinda ayuda a personas indocumentadas, aunque resaltó que el abordaje no responde solo a esa cuestión, ni funciona de manera aislada.

   “Por lo general, nos llegan casos derivados de otras oficinas municipales, por ejemplo muchos del servicio local de promoción y protección de los derechos del niño, por discapacidad, o bien de fiscalías, escuelas, Acceso a la Justicia, etcétera. Se empieza a trabajar con familias por una situación concreta de vulneración de derechos de los niños y ahí es cuando sale a la luz la falta de documentación”, explicó.

   “Una vez detectado el caso de indocumentación, articulamos con el Registro Nacional o el Provincial y entre todos logramos brindar una solución. Con la gente de Bahía es, dentro de todo, fácil, pero hay casos de mujeres víctimas de la violencia de género que huyen con sus hijos y con lo puesto de otras provincias y acá tienen que arrancar de cero y sin ningún documento”, comentó.

   “No hacemos solo el trámite de documentación, se hace un abordaje integral con todo un equipo de abogadas, psicólogas y trabajadoras sociales. El año pasado tuvimos el caso de una chica de 20 años que estaba embarazada de gemelos de 8 meses y su miedo era que no iba a poder inscribir a sus hijos. Tuvimos que pedir su partida de nacimiento a otra localidad, todo en tiempo récord, y por suerte le hicimos el DNI y pudo inscribir a los gemelos antes de que dejaran el hospital”, detalló Tamborindeguy.

   “Como primera instancia, ante la falta de DNI, los interesados se pueden acercar al Registro de las Personas, pero si no tienen plata para la tasa, si les quieren cobrar una multa, o si no nacieron en Bahía y necesitan una partida de nacimiento de otra ciudad o provincia, que se presenten en la oficina de Derechos Humanos, que funciona en Berutti 115 o que llamen al 4550042. Se ve cuál es la necesidad concreta de la persona y se la acompaña en lo que requiera”, dijo.

   “Por hacer un trabajo muy territorial, Patricio Pañepi y Ezequiel Antonelli también trabajan con muchos casos, porque les llegan directamente en los barrios. No hay una sola dependencia de la Municipalidad dedicada a esto, todas trabajamos de manera integrada según cada caso lo requiera”, explicó Tamborindeguy.

Juan D'Amico

“El porcentaje de digitalización es altísimo”

   El director del Registro Nacional de las Personas (ReNaPer), Juan D'Amico, explicó que para el gobierno nacional el DNI es fundamental, a fin de reducir la pobreza, ya que es “la puerta de acceso a los demás derechos”.

   Durante una entrevista con "La Nueva.", hace dos meses, D'Amico recordó que desde el pasado 1 de abril el único documento vigente para cualquier tipo de trámite es el digital –el que no está escrito con birome- y que el porcentaje de digitalización en nuestro país es “altísimo”, de entre el 95% y el 97%.

   “Mientras que el año pasado nos faltaba digitalizar a 1.300.000 personas en todo el país, actualmente nos quedan aproximadamente 700.000”, explicó el director del ReNaPer.

   Con respecto a los indocumentados, la autoridad nacional explicó que, precisamente, por no estar documentados, es dificultosa su detección, y que suelen estar en zonas rurales o indígenas.

   “Igualmente no siempre están en lugares recónditos, hace poco en La Plata le entregamos su primer DNI a una mujer de 34 años, madre de dos hijos”, concluyó el funcionario.

María Celeste Garrido y dos de sus 6 hijos. Hasta el año pasado, 4 de ellos no tenían DNI.

“Se nos complicaba en el hospital, pero por suerte nos atendían”

   María Celeste Gallardo tiene 29 años, está separada y es madre de 6 hijos, todos chicos: Yamila (9), Morena (7), Lucía (6), Tomás (5), Nicole (3) y Estela (1). Hasta hace un año, los cuatro más chiquitos no contaban con DNI, por lo que su madre no podía cobrar la Asignación Universal por Hijo que le correspondía.

   “No les había hecho el documento porque yo había perdido el mío y las partidas de nacimiento de ellos. Por suerte nos ayudaron los chicos –Pañepi y Antonelli-, que fueron a pedir el certificado de parto al hospital Penna y ahí se pudieron tramitar”, contó María Celeste.

   “Hasta hace poco cobraba solo la asignación por las dos nenas más grandes; ahora, por suerte, por los seis. Trabajo en el programa Barrio Limpio de la Municipalidad y agradezco que me están dando una mano también para hacerme mi casa de material en Caracol”, explicó la mujer, que vive con su madre, sus hermanos y sus seis chicos en Patricios al 1.800.

   Según reconoció María Celeste, sus hijos en edad de asistir al jardín de infantes lo podían hacer gracias a que presentó un certificado del trámite de los DNI. “En el hospital he tenido complicaciones pero nos atendían igual. Después, con lo demás, estaba todo normal”, aseguró.

Desde los 13, vía judicial

   Si la persona que quiere tramitar el primer DNI de su vida tiene 13 años o más, la vía de reclamo deja de ser la administrativa –el Registro Provincial de las Personas- y pasa a ser la judicial, a través de la Defensoría del Pueblo.

   Al no haber sido nunca registrado el nacimiento de esa persona, las pruebas que exige la Justicia son más amplias: se pueden presentar testigos del embarazo, del parto, de la crianza, informes médicos pediátricos, escolares, etcétera. Cuanto más se haya tardado en anotar a la persona, más demorará el trámite. El plazo legal es de 60 días a partir del nacimiento del bebé. Después del año, el trámite deberá “viajar” a La Plata y, como ya se explicó, a partir de los 13 años se hará en Tribunales.

   En nuestra ciudad, los trámites administrativos se realizan en Castelli 366, donde constan las partidas de nacimiento de los bahienses desde 1889 hasta la actualidad. Por su parte, en Las Heras 134 lo que existe es un Centro de Documentación Rápida, con empleados provinciales pero para trámites nacionales, como el DNI y el pasaporte.

   En el hospital Penna, en tanto, por ser un nosocomio provincial, existe un registro de las personas destinado a la inscripción de los recién nacidos.