Bahía Blanca | Viernes, 29 de marzo

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Los días de Cuchán en Monte: en pareja y buscando un trabajo

Tras 11 años preso por el crimen de Luciana Moretti, el acusado recuperó la libertad en abril y fijó domicilio en la localidad balnearia.
Foto: Archivo-La Nueva.

Cada quince días, tal como lo dispuso la justicia al abandonar la cárcel de Saavedra, Pablo Víctor Cuchán se presenta en la mesa de entradas del Tribunal en lo Criminal Nº 1 de nuestra ciudad para firmar y cumplir con una de las reglas de conducta que se le fijaron.

Hasta el momento, según pudo averiguar La Nueva., ha respetado las pautas establecidas por los jueces cuando le otorgaron el beneficio de la excarcelación.

Mientras tanto, y luego de algunas manifestaciones en contra de su radicación en la localidad, los días del condenado por el crimen de la joven whitense Luciana Moretti transcurren en Monte Hermoso, entre la búsqueda de empleo, el inicio de una relación sentimental y la gestiones para realizar terapia psicológica, cuestión que no le ha sido fácil concretar con profesionales particulares de ese lugar.

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Cuchán fue sentenciado a 17 años de prisión por el homicidio registrado en octubre de 2004, aunque recuperó la libertad el pasado 19 de abril, luego de permanecer algo más de 11 años detenido con prisión preventiva, debido a que la sentencia, para entonces, aún no estaba firme.

Si bien tiempo atrás surgieron algunos comentarios sobre la posibilidad de que se radicara en el sur del país -de hecho, durante una entrevista con La Nueva. reconoció que le gustaría vivir en Puerto Madryn-, su abogado Maximiliano De Mira ratificó que Cuchán fijó domicilio en una vivienda del balneario.

“Está viviendo en Monte Hermoso y, más allá de algunos intentos que hizo a través del Patronato de Liberados, todavía no pudo conseguir trabajo”, señaló el defensor.

Agregó que “no tiene ningún plazo legal para obtener empleo, sino que se maneja de la misma manera que cualquier ciudadano común. Pero es más difícil conseguir trabajo para alguien que cumplió una prisión preventiva prolongada, como sucedió en este caso”.

De Mira consideró que “justamente es el Estado el que debe tratar de ayudar a Cuchán en este sentido y para eso funciona el Patronato de Liberados, desde donde le pueden otorgar algún tipo de subsidio para desarrollar, por ejemplo, un microemprendimiento”. Una asistente social lo visita a domicilio para este tipo de cuestiones.

Al momento de ser excarcelado, la justicia determinó que, de aconsejarlo un profesional, debía someterse a un tratamiento psicológico y, a solicitud del tribunal, un miembro de la Asesoría Pericial lo examinó y determinó la conveniencia de llevar adelante una terapia, por lo que por estos días Cuchán trata de ultimar los detalles para desarrollarla.

“Intentó recibir tratamiento de manera privada en Monte Hermoso, pero dadas las características del hecho que se le imputó, los psicólogos de esa localidad no quisieron involucrarse demasiado con él”, afirmó De Mira.

“Entonces, también mediante el Patronato de Liberados, se logró que consiguiera turno con un profesional no particular. El Estado debe proveerle las posibilidades para cumplir las reglas que se le impusieron”, continuó.

Cuchán, según su letrado, no tuvo grandes inconvenientes en la reinserción, salvo la indignación pública generalizada que causó el dictado de la medida y un hecho puntual posterior.

“Por lo que me dijo, no ha sufrido una condena de tipo social excepto un incidente en un bar o un local de comidas, donde se negaron a brindarle el servicio cuando hacía muy poco tiempo que había recuperado la libertad. Ese fue el único caso”, aclaró.

Finalmente sostuvo que “hace una vida normal y vive con su familia en el barrio Monte Hermoso del Este. Sale, juega al fútbol, tiene sus amistades y está de novio o en pareja con una chica de allí”.