El arte francés de Nenucha Blanca, en varias obras
En la Agencia Punta Alta de "La Nueva." se expone una quincena de cuadros de la artista plástica María del Carmen Blanco. Las obras fueron confeccionadas con la técnica del arte francés.
La expositoria, a quienes todos conocen como Nenucha, realizó diversas muestras en la ciudad, la región y en otros puntos del país, con singular repercusión, especialmente la llevada a cabo en la sala de la Bolsa de Comercio de Bahía Blanca, en la cual recibió elogios tanto de especialistas como del público asistente.
La artista manifestó que si tuviera que elegir producciones para una retrospectiva que muestre su obra completa desde que se inició en 1985, optaría por una serie de alrededor de 30, a los cuales debería recolectar entre sus hijos, parientes, amigos y colegas.
"No he venido porque no me lo he propuso", aseveró.
Explicó que pintó desde muy joven con el profesor bahiense Elio Roggier y ahora retomó la técnica, especialmente para pintar rostros bajo la tutela de una especialista, la también bahiense Ileana Cerato.
"Cuando descubrí sin proponérmelo al arte francés me di cuenta que lo que más quería hacer de mi vocación artística".
"Se trata de una técnica que exige, por sobre todas las cosas, mucha paciencia porque se trabajan con láminas. Una se rompe y se arruina toda la obra. Se hacen fotocopias y se superponen. A mi criterio, para el arte francés se deben hacer obras de dimensiones pequeñas porque allí es donde se lucen los detalles. Si trabajo con grandes dimensiones, éstos se pierden", dijo.
En el caso de la muestra de marras, eligió pájaros -sobresalen las aves palmípedas, tanto caminando como en vuelo-, motivos paisajísticos, figuras pequeñas y antiguas, humanas, especialmente de niños y de animales, una naturaleza muerta y hasta la reproducción de un afiche propagandístico.
Los trabajos son de creación integral y para ello el resto de cada cuadro está cuidadosamente terminado.
Para ello la elección de los marcos, diseñados por la Casa Palma de la vecina ciudad, ha sido un ingrediente primordial en el acabado.
"Cada motivo, que elijo de libros y fotografías, y me parecen artísticos, me exige hasta diez o doce reproducciones a color y después voy cortando detalle por detalle con mucho cuidado, lo cual implica muchas horas de trabajo, a veces hasta altas horas de la noche. En total unos diez o doce días. Que, por supuesto, disfruto mucho al compás de mi música preferida", dijo.
Admitió no tener referentes nacionales y lamentó que no se dicten cursos en Punta Alta, aunque motu proprio ella asiste en su casa a quienes gustan del métier.