ALPA CORRAL
Un paraíso escondido
Estas sierras, ubicadas en el sur de la provincia de Córdoba, ofrecen todo el encanto de los pueblos "regados" por un río y rodeados por elevaciones.
Alpa Corral se encuentra a 70 kilómetros de la ciudad de Río Cuarto hacia el noroeste, en la falda oriental de la cadena de "Los Comechingones".
Se halla a 900 metros sobre el nivel del mar, en una zona privilegiada por la naturaleza, donde es posible disfrutar de la tranquilidad y hospitalidad de la gente del lugar, en un marco de imponentes paisajes serranos, con ríos de aguas cristalinas y una vegetación impresionante.
Alpa Corral es una voz quichua que significa "Corral de Tierra".
Dice Víctor Barrionuevo Imposti que antes de 1582, Gonzalo Martel de Cabrera recibió una merced de tierras en el Río Cuarto, al casarse con María de Garay (hija del fundador de Córdoba, don Jerónimo Luis de Cabrera).
Abarcaban las estancias de San Esteban de Bolon, en el Río Cuarto, El Tambo y San Bartolomé de la Sierra.
Posteriormente, todas estas tierras pasaron a Don Jerónimo Luis de Cabrera II, hijo de Gonzalo y María Garay, nieto y homónimo del fundador de la ciudad de Córdoba.
La estancia de San Bartolomé de la Sierra incluía la zona de Alpa Corral, que presenta población estable europea a partir de los últimos años del Siglo XVI (1580-1600).
En un documento del año 1653 se menciona que, para aquella época, la estancia de San Bartolomé tenía "mil yeguas de vientre de cría de mulas y 50.000 vacas en la campaña y en la sierra".
En 1662, siendo gobernador de Tucumán, muere Don Jerónimo, y todas esas tierras, incluida la estancia, pasaron a su hijo, el general don Jerónimo L. de Cabrera III.
A la muerte de éste pasaron, junto con la estancia de Las Lagunillas en las afueras de Córdoba, a su hija Doña María Rosa de Cabrera y Velazco. Esta se casó, el 10 de julio de 1689, con el general Juan de Echenique, que era teniente gobernador de Córdoba.
Toda la zona estaba muy poblada, para el censo de 1840 contaba con alrededor de quinientos habitantes.
La actual ciudad de Río Cuarto tenía, para entonces, algo más de 1.250 habitantes.
Actualmente, se considera a doña Silvestra Arias como la fundadora espiritual de Alpa Corral, que luego de haber sido una estancia se dividió entre los hijos de Wenceslao Claro y pasó, fraccionándose, a las familias Echenique, Claro y de la Torre.
Alpa Corral presenta numerosos lugares de interés que son una atracción para el visitante. Veamos algunos:
A
Puente colgante
La historia del puente colgante es sumamente singular.
Se levantó a fines del siglo XIX, en el Parque Sarmiento de la ciudad de Córdoba, sobre una profunda depresión del suelo entonces existente.
Cruzaba de norte a sur el principal paso capitalino, en el área donde hoy se levanta el monumento al Dante y era una extensión de la conocida barranca del pucará.
El puente colgante servía para acortar la distancia que los vecinos debían recorrer para llegar a la zona céntrica de la ciudad.
Pero gobernador de la provincia, el general Bernardo Chasseing, visitó la villa en reiteradas ocasiones y observando las características del cajón, donó para Alpa Corral el vistoso puente.
El traslado se realizó por camiones y las obras comenzaron a principio del año 1978.
En el año 1979 fue inaugurado el puente, convirtiendo al lugar en un punto panorámico de incalculable belleza, además de facilitar el traslado de vehículos y peatones.
Por sus características, permite practicar una modalidad de pura adrenalina como el "puenting", disfrutando de una caída libre de más de 45 metros.
B
Capilla Hambaré
A principios de siglo, el inglés Carlos DïGlymes, construyó sobre la calle que lleva su nombre la estancia Hambaré.
Cerca del casco principal y enclavada en un lugar bellísimo, se edificó una capilla; para colocar en ella, se hizo traer desde Europa una imagen de la Virgen de Pompeya, proyecto que nunca pudo concretarse.
La imagen fue ubicada en una habitación de la estancia y trasladada muchos años después a la capilla del pueblo de Alpa Corral, donde permanece hasta el día de hoy y puede ser visitada.
El 13 de abril de 1997 unos jóvenes que se encontraban en el lugar, observaron en una ventana de la vieja Capilla una imagen de la Virgen reflejada en ella.
A partir de este momento, el lugar se transformó en un sitio de continuo peregrinaje para muchísimos fieles que diariamente van allí a manifestar su fe y agradecimiento por los favores recibidos.
C
Recovecos del río
El río es locura de los niños y lugar de descanso y refresco para los más grandes.
En el codito, todos disfrutan, tirándose desde las piedras y dejándose llevar por la corriente.
Pero a veces, un golpe en las rocas termina costando caro, por lo que se debe tomar especial precaución.
El de Las Lagunitas es un recorrido que se puede realizar en vehículo.
El visitante se interna en las sierras hasta un pequeño caserío con una escuelita.
Se puede disfrutar, en el trayecto, de hermosos paisajes y de la vista de cerros de los cuales, antiguamente, se extraía cuarzo.
Es un paseo para realizarlo especialmente en otoño, durante Semana Santa.
Los valles presentan un aspecto único, pues se cubren completamente de cosmos, flores que recrean la vista con sus coloridos colores y son el deleite para el que gusta de la fotografía.
"El Cajón" es un lugar de esparcimiento ideal para gozar en soledad del rumor del agua; un profundo tajo mineral que captura al hombre en su contemplación.
"Los Pinares" es un gran sector forestado con los árboles que le dan el nombre. Allí se pueden alquilar cabañas.
D
Unión de los ríos
Este es un punto ideal para que lleguen los deportistas que practican disciplinas de largo aliento: atletismo de fondo, trekking, ciclismo (bicicletas de montaña), así como también todos los que realizan esfuerzos de larga duración.
La unión de los ríos Las Moras y el Talita se encuentra alejada del pueblo y se llega por un camino sinuoso de Alpa Corral.
El paisaje es encantador y allí se puede ver cómo esos ríos descienden desde la montaña por distintos rumbos, se unen en el mismo cauce y corren hermanados hacia el valle, formando el río Las Barrancas.
E
Villa Jorcoricó
Se puede arribar en automóvil, entrando por un camino muy sinuoso que se encuentra a 3 kilómetros antes de llegar a Alpa Corral o caminando desde el cementerio local, por un sendero, hasta una represa construida para alimentar una turbina que proporcionó luz eléctrica a Alpa Corral durante muchos años.
Enfrente mismo de la Villa Jorcoricó, el turista puede disfrutar del río que cuenta, en ese lugar, con baños naturales realmente excepcionales.
Muchos servicios
Alpa Corral posee una amplia oferta de alojamientos diseminados en el pueblo y en el camino hacia Unión de los Ríos. También cuenta con oferta gastronómica y variedad de autoservicios para aprovisionarse.
Dónde informarse
Más información se puede conseguir en la web: www.alpacorral.gov.ar
(en numeros grandes)
709
kilómetros separan a Alpa Corral de la ciudad de Buenos Aires.