Bahía Blanca | Jueves, 25 de abril

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Procesan a dos mujeres por haber declarado falsamente

Para los últimos días de agosto fueron citadas a prestar declaración indagatoria dos mujeres que declararon en el juicio por el crimen de Federico Nicolás Margiotta (13), y a las que la fiscalía acusó del delito de falso testimonio. Fuentes judiciales informaron ayer que Natalia Lorena Gorordo y María Verónica Morales, tendrán que presentarse el 28 y el 29 de agosto, respectivamente, ante el doctor Eduardo Quirós, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 1.

 Para los últimos días de agosto fueron citadas a prestar declaración indagatoria dos mujeres que declararon en el juicio por el crimen de Federico Nicolás Margiotta (13), y a las que la fiscalía acusó del delito de falso testimonio.


 Fuentes judiciales informaron ayer que Natalia Lorena Gorordo y María Verónica Morales, tendrán que presentarse el 28 y el 29 de agosto, respectivamente, ante el doctor Eduardo Quirós, de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio Nº 1.


 Ambas habían sido denunciadas por los fiscales Olga Cristina Herro y Christian Long, tras el debate en el que resultaron absueltos Jorge Alberto Fabrizio y Pedro Arturo Martínez, imputados por el ultraje y homicidio del adolescente, hecho cometido en agosto de 2002, en una quinta de Coronel Pringles.


 Según los funcionarios, ambas mujeres mintieron al declarar ante los jueces del Tribunal en lo Criminal Nº 3, cuando no ratificaron lo manifestado durante la instrucción del caso y negaron haber participado en una orgía durante la cual habría hallado la muerte Margiotta.


 El 19 de junio del año pasado, al prestar declaración María Verónica Morales, supuesta asistente a la "fiesta negra", negó haber intervenido en ese encuentro.


 En ese momento, las hermanas Jésica y Natalia Gorordo admitieron haber estado y dijeron que Morales también había concurrido.


 En testimonios plagados de contradicciones, ambas reconocieron que la invitación habría partido de Pedro Martínez, un día que lo observaron sobre su camión, frente a su depósito de verduras, cuando supuestamente golpeaba a Federico Margiotta con un palo.


 Jésica Gorordo manifestó que, una vez en la quinta, se quedó al lado del adolescente, al que veía "decaído", indicando que lo habían obligado a tomar vino con pastillas.


 Agregó que su hermana Natalia, Fabrizio, Martínez, Morales y "una tal Mónica", así como otra persona "alta, pelada y mayor", que llegó después en bicicleta, mantuvieron relaciones sexuales.


 También dijo que le quiso "sacar información" a Federico de lo que sucedía, pero no obtuvo respuestas, que después vio cuando el adolescente era ultrajado por uno de los sospechosos y que luego de retirarlas de la quinta y hacerlas subir al vehículo en el cual llegaron, los imputados estuvieron unos diez minutos más adentro del predio, y al salir lo hicieron arrastrando al chico.


 Declaró la joven que, en su opinión, Margiotta ya estaba muerto, aunque aclaró que "no vio cuando lo mataron".


 Acerca de su cambio de versión --en 2003 y 2004 dijo no haber estado en la "fiesta", pero en 2005 lo admitió ante el doctor Long--, Jésica respondió que en la última oportunidad "no podía más" y que antes había callado por temor.


 Natalia Gorordo, por su parte, incriminó a Martínez y a Fabrizio como quienes ultrajaron y sumergieron al adolescente en el estanque de un molino.

Sorpresivo cambio.




 Sin embargo, dos días después de declarar ante el tribunal, Natalia se presentó ante el juez de Paz letrado de Coronel Pringles, Federico Striebeck, donde afirmó que todo lo que había dicho en el juicio era mentira y que había sido presionada para testimoniar de esa manera.


 Por tal motivo fue citada nuevamente por el tribunal y, en esa última ocasión, desincriminó a los sospechosos, diciendo que había declarado bajo presión de los fiscales y de la policía.


 Según la joven, la fiscal Herro le dijo que tenía que manifestar que Pedro Martínez la había amenazado, advirtiéndole que si no decía eso, terminaría presa.


 En cuanto a su posterior presentación ante el Juzgado de Paz pringlense, argumentó que lo hizo porque "pensó en los imputados" y en que "los verdaderos autores se deben estar riendo afuera".


 En ese momento los fiscales cuestionaron la conducta de la testigo y la doctora Herro afirmó rotundamente que en toda su trayectoria jamás había presionado ni inducido a testigo alguno.


 Finalmente, los fiscales decidieron denunciar los hechos ante la UFIJ en turno, que ahora resolvió citar a las mujeres por falso testimonio.





Sanción. El falso testimonio está contemplado en el artículo 275 del Código Penal, que prevé "una pena de un mes a cuatro años de prisión para el testigo, perito o intérprete que afirmare una falsedad o negare o callare la verdad, en todo o en parte, en su deposición hecha ante la autoridad competente".