Estrechan el cerco contra el ex premier francés De Villepin

Redacción de La Nueva.

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 PARIS (EFE y Télam) -- El cerco judicial se estrecha en torno al ex primer ministro francés, Dominique de Villepin, por su supuesta implicación, que él niega, en una fallida trama para tratar de cerrar el paso al Elíseo a su actual inquilino, Nicolás Sarkozy.

 Esa maquinación, que investiga activamente la Justicia, se remonta a hace algo más de tres años y fue bautizada por la prensa como el Caso Clearstream, en alusión a la sociedad luxemburguesa cuyos listados de cuentas bancarias fueron falsificados para acusar de corrupción a industriales y políticos franceses, incluido Sarkozy.

 Tras los registros judiciales practicados ayer en su despacho en un anexo del ministerio de Asuntos Exteriores y la víspera en su domicilio de París, Villepin podría ser citado antes de finales de mes por los dos jueces que instruyen esta causa y se da como muy probable su imputación "por complicidad en denuncia calumniosa", según fuentes judiciales citadas ayer por la prensa local.

 Asimismo, transcendió que entre los documentos que los magistrados Jean-Marie d'Huy y Henri Pons se llevaron en una maleta con ruedas de la casa de Villepin, donde pasaron más de seis horas, había dos clasificados como "secreto de la Defensa".

 Del despacho del ex primer ministro, donde pasaron otras seis horas, los jueces salieron con otra maleta y un caja de documentos suplementarios.

 Se trata de la primera vez en la historia de la V República que un ex primer ministro es objeto de un registro domiciliario y al que Villepin no pudo asistir por estar de vacaciones, que interrumpió precipitadamente.

 Al margen de lo que puedan haber incautado en esos dos registros, D'Huy y Pons disponían previamente de nuevos documentos que hacen suponer que Villepin pudo haber participado presuntamente en la maquinación del caso Clearstream como instigador.

 Esos datos borrados en el ordenador de un personaje clave del caso, el general Philippe Rondot, y recuperados por peritos judiciales, acreditan la tesis que Sarkozy era un objetivo clave del caso Clearstream y que De Villepin y el entonces jefe de Estado, Jacques Chirac, desempeñaron un papel en esa trama.