Bahía Blanca | Martes, 23 de abril

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El juicio quedó en suspenso por un pedido de excusación

El llamativo e imprevisto cambio de la declaración de una de las consideradas testigos clave en el juicio por el crimen de Federico Nicolás Margiotta (13), tras una denuncia que presentó en Coronel Pringles por supuesta presión de parte de la Fiscalía y la DDI para declarar en contra de los acusados, motivó ayer una serie de planteos y desembocó en la suspensión del juicio.


 El llamativo e imprevisto cambio de la declaración de una de las consideradas testigos clave en el juicio por el crimen de Federico Nicolás Margiotta (13), tras una denuncia que presentó en Coronel Pringles por supuesta presión de parte de la Fiscalía y la DDI para declarar en contra de los acusados, motivó ayer una serie de planteos y desembocó en la suspensión del juicio.


 Ahora, la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal deberá resolver si acepta o no un pedido de los representantes de los particulares damnificados, doctores Héctor y Matías Bertoncello, para que el Tribunal en lo Criminal Nº 3 --actuante en el controvertido caso--, se excuse y le de paso a otros jueces, entendiendo que existe "contaminación" de la prueba que afectaría la imparcialidad de los mismos.


 Los jueces intervinientes --Raúl Guillermo López Camelo, Pablo Hernán Soumoulou y Daniela Fabiana Castaño--, rechazaron, a su vez, un pedido de nulidad del debate, planteado por los fiscales Christian Long y Olga Herro.


 La jornada de ayer --nuevamente a sala llena y cargada de tensión--, en la cual estaba prevista la recepción de los alegatos, trocó de manera repentina no bien se abrió, poco antes de mediodía, cuando el juez López Camelo dio a conocer que había llegado a sus manos, vía fax, una presentación hecha el día anterior, poco antes de las 19, por Natalia Lorena Gorordo ante el juez de paz pringlense, Federico Striebek.


 En el escrito, la testigo, que el martes pasado había admitido, entre sollozos, en el juicio, tomar parte de la supuesta "fiesta negra" en la cual habrían violado y ultimado al chico y comprometió con los graves hechos a los acusados Jorge Alberto Fabrizio (58) y Pedro Arturo Martínez (40), cambió radicalmente su versión.


 Afirmó, según la lectura del magistrado, que había sufrido "aprietes" de los fiscales y de la DDI para sindicar a los imputados y negó haber tomado parte de aquel "festejo".


 De acuerdo con su versión, Herro le dijo que debía asegurar que Pedro Martínez la había amenazado, y tanto la fiscal como la policía de Investigaciones le advirtieron que si no declaraba en ese sentido iba a ir presa.


 Gorordo también mencionó que "pensó en los imputados", que tienen hijos y que "los verdaderos autores se deben estar riendo afuera".

Denuncia cuestionada




 Los fiscales cuestionaron la conducta de la testigo, al tiempo que la doctora Herro aseveró que jamás presionó o indujo a nadie, en once años de labor en el ministerio público, recibiendo tras sus afirmaciones la solidaridad del abogado Rubén Diskin, asesor de Fabrizio, quien consideró mendaz a Gorordo, tanto en el juicio como cuando atacó a la otra parte en el Juzgado de Paz.


 El doctor Long fue más allá y entendió que la "denuncia" de la testigo había sido "armada" y que tenía conocimiento de que el juez Striebek mantuvo una reunión con Marta Flores, la mujer del detenido Martínez, en horas cercanas a esa presentación.


 Infirió que "alguien colaboró en la redacción" de la misma, ya que se empleó un vocabulario que no se compadece con "la escasa o nula instrucción de la denunciante".


 Ofreció las grabaciones fílmicas del juicio, para demostrar la "sospechosa" presencia de Striebek en algunas de las jornadas y también se mostró sorprendido porque se recibió a Gorordo en horas de la tarde, cuando el juzgado atiende sólo entre las 7.30 y las 13.30.


 Por otro lado, aclaró que en Pringles existe una ayudantía fiscal, a cargo del doctor Mauricio del Cero, ante quien debería haber comunicado la novedad Striebek.


 Long explicó que la conducta debía ser investigada, ante la posible comisión de un delito de acción pública y entendió que no podía dictarse sentencia de situaciones que no están totalmente esclarecidas, aunque su pedido de nulidad no prosperó.


 Sí aceptaron los jueces, después de uno de los tres prolongados cuartos intermedios de la víspera, dejar abierta la etapa de prueba y citar nuevamente a declarar a Natalia Gorordo (ver aparte), a quien su hermana Jésica también había ubicado --junto con ella-- en el escenario del homicidio.


 Al final, el tribunal dejó en suspenso los alegatos, a fin de que la Cámara Penal resuelva el pedido de los abogados Bertoncello. De esa manera, se evitaría "el dispendio jurisdiccional que podría derivar" si la alzada acepta el planteo y ordena un cambio de jueces.

"Metanmé presa, hice falso testimonio"




 A las 15.40, luego de una de las tantas interrupciones, Natalia Gorordo volvió a sentarse en la silla de testigos, nuevamente nerviosa y con lágrimas en sus ojos, aunque esta vez para confirmar que su versión había cambiado de manera rotunda.


 Aseguró que fue "por su cuenta" al Juzgado de Paz, para denunciar a los fiscales y a la DDI y pidió "disculpas" porque supuestamente antes no dijo la verdad.


 "Las cosas que dije fueron falsas, por miedo, por amenazas, porque no quería que me saquen a mis hijos, ni ir presa tampoco. No quiero que vayan ellos (Fabrizio y Martínez) por mi culpa, porque si no estuve en una fiesta, no puedo decir que sí", afirmó.


 Negó que Long y Herro le hayan "leído" lo que debía decir el martes pasado, aunque dejó entrever que se lo insinuaron.


 "Ese día estaba con la nena y ¿con quién la dejaba? Ahora metanmé presa, porque no me importa, los nenes están en Pringles. Hice falso testimonio, pero no puedo decir que estuve en la fiesta, porque no estuve en la fiesta", recalcó, para despertar algún aplauso aislado de familiares de Martínez que valió la advertencia del juez Soumoulou y un grito de otro presente para que se respete la memoria de la víctima.


 También se quejó la testigo porque no habría existido la "protección" que le habían invocado.


 "Ayer (miércoles) fui a la fiscalía y a la DDI y ni p...; el martes me tenían en la palma de la mano, te daban café, te daban esto, aquello. Te fuiste de la DDI y no te daban ni la hora, en la fiscalía te saludaban así nomás. El número que me dieron de la DDI daba equivocado...", relató, al tiempo que Herro le recordó a la testigo que ella pidió no tener custodia.

"Lo inventé nomás"




 Preguntada sobre el relato que hizo de los hechos que habrían derivado en la muerte de Margiotta, aseguró que "me salió de nervios, de la boca. Lo inventé nomás, por eso es falso testimonio. Me salió de la boca, porque me apretaron, porque me sacaban al nene y me lo metían en un hogar".


 Acerca de que a Federico le metieron "cuatro veces" la cabeza en el agua de un estanque de la quinta ambos encausados, Gorordo reiteró que esa secuencia también la inventó.


 Cuando Soumoulou le preguntó por los dichos de su hermana, aclaró que iba a declarar sólo a título individual.


 "Yo vine por mí. No sé (lo que dijo Jésica), me reensució a mi, me mandó al frente, que tuve relaciones...y ella qué tuvo, no tomó drogas, no tuvo relaciones con ninguno, ¿estuvo al lado del chico nomás...¿yo sola tuve relaciones y tomé nomás?", afirmó, aunque luego volvió a decir que no estuvo en la presunta "fiesta".


 Negó, en el mismo sentido, que --tal como había sostenido el martes-- haya mantenido contactos sexuales con Martínez antes del homicidio.


 "Lo conocía sólo de 'hola y chau', nunca (tuve relaciones con él) y a Fabrizio le barría la vereda y nunca se zarpó conmigo", dijo.


 Recalcó en todo momento que ahora no tenía temor en ir presa, por el falso testimonio, porque sus hijos se encontraban en Pringles, junto a su padre.

"Tuvieron intención de armar esto"




 Apenas concluida la turbulenta jornada de la víspera, a los fiscales Christian Long y Olga Herro se los observó doloridos, no sólo por la tacha moral que trataron de imponerles, sino por todas las circunstancias que rodean al caso en análisis.


 "Vamos a investigar los orígenes de la denuncia de la señorita o señora Gorordo; como lo dije en la audiencia, en los 11 años que llevo, que no son muchos pero son algunos, jamás tuve un problema de este tipo", expresó Herro ante el periodismo.


 Dijo que de la presentación en el Juzgado de Paz pringlense "tomamos conocimiento por la prensa".


 "Hemos estado recibiendo información de compañeros de trabajo, hasta recibí un llamado, un mensaje, de una de las testigos que depusieron en esta audiencia, manifestándome que contara con ella para lo que necesitara", dijo.


 Cuando se le preguntó si entendía que las testigos clave fueron intimidadas desde la otra parte, respondió: "no me cabe la más mínima duda de que hubo una presión, una presión muy grande, que la han amenazado con sacarle los hijos, pero creo que hay amenazas sobre la vida de la testigo".


 "Les voy a decir una cosa: creo que los señores defensores del imputado Martínez tuvieron intención de armar todo esto con anterioridad y se vieron impedidos de hacerlo en atención a que la fiscalía mandó a funcionarios policiales a buscar a las testigos para resguardar su integridad", agregó.


 Dijo Herro que cuando se trasladó a las jóvenes, entre lunes y martes pasados, "estuvieron resguardadas" y los defensores no pudieron accionar.


 "Cuando las testigos quedaron medianamente liberadas, creo que se aprovechó esa circunstancia, para llevarla al Juzgado de Paz de Pringles y hacer las manifestaciones que hizo. Si ustedes leen la denuncia que hizo la señorita Gorordo, es imposible, escuchándola, que haya hecho esa denuncia", sentenció.

"Dan ganas de bajar los brazos"




 La "calentura" del momento le permitió al fiscal Christian Long, virtualmente confesarse después de la suspensión el juicio.


 A punto tal que reconoció sus ganas de "bajar los brazos" y que existe una justicia discriminatoria entre ricos y pobres.


 "Esto nos da un sabor muy amargo, de molestia, nos deja la sensación que en este país, el que tiene dinero, nunca va preso; eso causa mucho fastidio y muchas veces dan ganas de bajar los brazos, en esta causa, en otras o en lo que fuere", sostuvo, en una improvisada rueda de prensa.


 Negó que el ministerio público fiscal cuente con medios para costear el movimiento de testigos y que manejaron muchos gastos "de nuestro bolsillo".


 "Jamás les dijimos qué decir, las palabras brotaban, tanto de las dos testigos como de Verónica Morales (quien negó haber estado en la "fiesta", cuando durante la instrucción de la causa declaró lo contrario)", expresó.


 Después de cuestionar la modalidad de la denuncia presentada el miércoles en Pringles por Natalia Gorordo, Long puso de manifiesto algunos detalles que consideró importantes.


 "Cuando se le preguntó si sabía la testigo la causal de muerte de Federico Margiotta, manifestó que no. Ustedes, como bien saben, la causal es asfixia mecánica por sumersión, y es tal cual como lo describió en su primera declaración", sostuvo.


 En esa dirección, el fiscal se preguntó cómo la joven pudo "inventar" la mecánica del homicidio tal como sucedió.


 "Además, los careos fueron espontáneos, las cuestiones que se dicen en un careo no pueden ser preparadas, salen", afirmó.


 De todas maneras, aclaró que no serán severos con la conducta de Gorordo.


 "Pienso que es una pobre mujer, que tiene miedo, que está asustada, que tiene hijos y el instinto de preservación es más fuerte que cualquier otra cosa y ella quiere preservar a su familia", señaló.


 "Lo que dijo cuando volvió, más allá de que estamos hiperconvencidos de la acusación, nos dio más fuerza para, cuando la Cámara lo diga, acusar por los delitos que nosotros habíamos hecho la acusación", amplió.


 Por último, reconoció estar "bastante caliente".


 "Yo he visto a las chicas 10 o 15 veces, charlas comunes y corrientes, con Verónica Morales habré estado 3 o 4 veces, pero es muy difícil declarar ante personas que tienen la categoría de comerciantes, con dinero, que a decir de ellos son diferentes a esa pobre gente, que la hacen sentirse muy inferior", dijo.


 "Y como los ejemplos que tenemos a diario son que la justicia muy pocas veces sale a la luz, hace que se cierren más y protejan a la familia y a sus hijos. (Piensan que) si los violadores o los homicidas están sueltos, es problema del Estado, no mío", sentenció el doctor Long.