"En la Escuela Normal el error es bienvenido...
... porque enseña a aprender". En el día del centésimo aniversario, Eduardo Guardiola, ex alumno, ex profesor y ex director, contó cómo fue su formación dentro de una entidad donde, destacó, siempre se transmitieron ideas de libertad.
¿Cómo definir a una escuela?
Eduardo Guardiola lo hace fácil.
"La Escuela Normal es contenedora, amable... Donde el error es bienvenido porque enseña a aprender. Equivocarse no es un demérito. En la Escuela Normal se aprende a hacer lectura crítica de la realidad. Se les enseña a los alumnos a no ser puramente un adaptado al mundo, sino también a percibirlo críticamente e intentar cambiarlo. Uno aprende a ser contestatario y termina amando la institución".
Si bien su voz suena pausada y sus palabras buscadas para dar la mejor definición, no hay dudas de la pasión de "Dardo" Guardiola cuando habla "del Normal".
Cuando tenía 13 años, allá por 1954, llegó a la que sería "su" escuela. Su hermano Carlos lo había convencido cuando él todavía no había dirigido exactamente su vocación.
No fue fácil el inicio. Venía de hacer el primario en el Colegio Don Bosco y se insertaba en un ambiente mixto y de muchas más libertades.
"Eso de la libertad lo aprendí rápido, lo que más me costó fue tomarla con responsabilidad, ja, ja, ja", dice Eduardo.
Y aquello de aprender del error se le hizo carne: primer año fueron dos.
Le gustó tanto que lo ayudó a orientar su vocación que sería para siempre la docencia.
Su primer trabajo fue en aquel Colegio Don Bosco que recordaba como un ambiente muy distinto al de la Escuela Normal. Pero...
"Me llamaron del Don Bosco. Los primeros alumnos tenían más o menos mi edad porque me dieron el último grado de primaria, así que nos divertimos. Transferí esa libertad que había aprendido en el Normal al Don Bosco. Los alumnos eran casi pares. Diría que compartimos los saberes. También es cierto que coincidió con la época (principio de los 60) en la que se fueron incorporando más docentes laicos. Generamos un clima similar al que había adquirido en la Escuela Normal".
Después de esa primera experiencia estudió Psicología en nuestra ciudad y se fue a Italia a hacer un posgrado.
La vuelta.
Después de su experiencia europea, volvió a Bahía y se incorporó al plantel de docentes de la Escuela Normal.
"Fue sumamente fácil porque era como volver a casa. Sólo había que darle continuidad a todo eso que uno había mamado antes".
¿Y qué es eso que uno había mamado antes?
"La Escuela Normal pondera a la persona. Uno no es un alumno de un curso, ni siquiera se lo llama por el apellido, a uno lo llaman por el nombre".
Guardiola dice que cuando uno recuerda su etapa en la escuela secundaria poco importan los lugares porque lo que uno tiene en la mente son los climas de compartir momentos con los pares.
"Pero creo que en la Escuela Normal sí importa la geografía porque tiene particularidades que le son propias, que vienen de su historia, de sus orígenes y que se mantienen. Y me da la sensación que cuando se mudó de Brown y Villarino a 11 de Abril se llevó los duendes y la historia más allá de las políticas educativas, de los gobiernos y de todo".
"Dardo" llegó a querer tanto a la escuela que la extrañaba los días que no había clases. Iba a la escuela sin temor, con ganas de encontrarse con sus profesores y sus compañeros. O para poder disfrutar de esas "rateadas" dentro de la misma escuela.
"Es que la de Brown y Villarino tenía miles de laberintos y ahí nos escondíamos en las horas libres".
No se detiene en los elogios. En las tres etapas (alumno, profesor y director) que le tocó vivir en la Escuela Normal el objetivo se mantuvo: "la idea era preparar a los alumnos como personas dinámicas, críticas, inquisidoras...".
Historia
* El 10 de febrero de 1906 se firma el decreto para la creación de la Escuela Normal.
* El 13 de febrero de 1906 se designa a Isauro Robles Madariaga como director.
* El 23 de julio de 2006 comienza a funcionar en la primera cuadra de Fitz Roy con 12 alumnos en sexto grado y 11 en primer año.
* En 1921 se trasladó a Brown 521.
* En 1956 pasa a depender de la Universidad Nacional del Sur, junto a la Escuela de Comercio.
* El 6 de julio de 1970 se inauguró el edificio que ocupa actualmente en 11 de Abril 445.
El nombre
El 2 de diciembre de 1972, en el acto de fin de año, se decidió imponer el nombre de Vicente Fatone a la Escuela Normal en homenaje al primer rector de la Universidad Nacional del Sur y por pedido de casi 600 docentes.
Nacido en 1903, el profesor de filosofía Fatone llegó a nuestra ciudad en 1955 --abandonó circunstancialmente su labor docente en la Universidad de Buenos Aires-- como integrante de la comisión creada por el ministerio de Educación para el "estudio del ordenamiento legal que conceda al Instituto Tecnológico Nacional categoría universitaria".
Ese trabajo lo realizó en conjunto con los doctores Villegas Basavilbaso, Braun Menéndez y Ezequiel Martínez Estrada. Por entonces, Fatone era un prestigioso docente y escritor, ocupado en el concepto de la libertad y mística. En 1948, publicó Existencialismo y libertad creadora, uno de sus libros más destacados.
Terminada su tarea como organizador de la UNS, Fatone fue nombrado su rector en 1956. Le correspondió el honor de inaugurar las clases en la casa de estudios, con un singular llamado.
"Los estudiantes --dijo-- tienen el deber de ser lúcidos en la responsabilidad que asumen ante el país al estudiar en una universidad, pues el dinero para que estudien tiene un solo origen: el trabajo de otros ciudadanos. De eso tienen que tener conciencia clara: la universidad es posible por el sacrificio de quienes trabajan. No basta, pues, inscribirse para ser universitario: a la universidad hay que merecerla todos los días".
Fatone realizó una intensa tarea hasta julio de 1957, cuando dejó su cargo en manos del doctor Hernán Zucchi, primer rector electo de la casa. Falleció cinco años más tarde, a los 59 años de edad.
La vigencia del primer compromiso
Lucy Ada Serruya (*)
Afortunada ciudad Bahía Blanca que supo darse desde los albores de su historia pequeña de ciudad de pampa, la capacidad de educar a sus gentes, para inculcarles la necesidad de saber, para aprender a pensar con libertad y para dar impulso a sus habitantes.
Las primeras escuelas de niñas y varones habían ahondado sobre la educación primaria, al avanzar el siglo nuevo y con el arribo de las grandes corrientes inmigratorias, las poblaciones iban creciendo. Era preciso educar, formar y alentar el conocimiento, no como un adorno superfluo, sino como una poderosa fuerza creadora y superadora.
La obsesiva pasión de Domingo Faustino Sarmiento había encendido una inocultable necesidad: formar educadores. Las primeras escuelas normales, surgidas en 1870 --la de Paraná-- y antes otros institutos de nivel secundario de larga prosapia, dieron la pauta de incrementar y sostener firmemente la educación media.
Pero lo más importante era capacitar maestros, habida cuenta de la enorme y variada inmigración que llegaba al país y homogeneizar la enseñanza.
Bahía Blanca ya contaba desde 1905 con la Escuela Nacional de Comercio, el Colegio Nacional estaba funcionando desde abril de 1906. ¿Y quien formaría a los maestros, tan necesarios?
Las lógicas inquietudes de los vecinos se plasmaron finalmente con la creación de la Escuela Normal, que felizmente llega a su centenario.
Es justo recordar con el agradecimiento, que "es la memoria del corazón", al personal directivo fundador: director, Isauro Robles Madariaga; vice directora Teodolina Sanabria; regente, Prudencio Cornejo; secretario, Arturo Kiernan.
Ellos forjaron, con la iniciativa de los que tienen fervor por la educación, las sólidas bases de un instituto de formación, que a lo largo del tiempo brindó al nivel primario de la ciudad y la zona educadoras de singulares características, docentes que han dejado una huella indeleble en el recuerdo y han sido rectoras de conductas de hombres y mujeres que siempre agradecieron aquellas enseñanzas y la calidad de sus espíritus comprensivos, cálidos y firmes.
Fueron docentes que asumieron la enorme responsabilidad de formar a criaturas que se les confiaron, realzando la indiscutible calidad de la educación pública argentina.
Hoy la escuela Normal Superior, dependiente de la Universidad Nacional del Sur, mantiene la vigencia de aquel primigenio y notable compromiso.
(*) Maestra Normal Nacional, egresada 1953. Secretaria del Consejo de Enseñanza Media y Superior, de 1979 a 1992. Docente desde 1957.