Se quemó por completo un camión dentro de un taller
Un cortocircuito producido en el habitáculo de un camión estacionado dentro de un taller de trescientos metros cuadrados puso otra vez en el ojo de la tormenta al sistema de emergencia existente en la ciudad.
El episodio se registró en los últimos minutos de la noche del jueves, en el taller que la firma Repuestos Avellaneda posee en la intersección de Camino Sesquicentenario y Witcomb.
"El foco (ígneo) se instaló dentro del habitáculo y no se expandió. Esa fue la suerte que tuvimos, y cuando vinieron los bomberos prácticamente ya estaba controlado, aunque los muchachos igual hicieron su trabajo y extinguieron las chispas. Pero el problema más grave estuvo dado en poder entrar al taller", manifestó Rubén Gamero, propietario del local que realiza el servicio oficial de Volkswagen.
El camión afectado resultó ser un Mercedes Benz 1518, dominio SSU 034, que en la misma noche de la antevíspera había sido dejado en el taller.
"La gran humedad que hubo sumado a que el camión venía viajando pudo ser la causa del cortocircuito. El vehículo debe ser modelo '80, pero está en óptima condiciones", aseguró Gamero.
La unidad en cuestión no era el único vehículo existente en el lugar al momento de prenderse fuego.
"Adentro había tres camiones cisterna, que son de otros clientes, y una Fiorino de nuestra propiedad", manifestó Gamero.
Damnificado molesto. El propietario del taller, que forma parte de un bloque que también integran un local de venta de repuestos perteneciente a su hijo Claudio y un sector de oficinas, se mostró molesto porque el sistema para asistir a este tipo de emergencia "dejó mucho que desear".
"Esto terminó siendo sólo un daño material, pero me dejó inquieto por un montón de cosas, porque falló el sistema. Qué hubiera pasado si explotaba alguno de los camiones cisterna, que estaban vacíos pero en su interior concentran gas. Hubiera sido un desastre", reflexionó.
La dificultad más grande observada por Gamero estuvo dada en la carencia de elementos para sortear las dificultades propias de un incendio.
"Uno sabe que estas cosas pasan, que son accidentes; pero estoy indignado con Defensa Civil y los bomberos. Mi bronca no está destinada a los muchachos que vinieron, sino originada por los medios con que contaron. Es una vergüenza", sostuvo.
Al respecto explicó, mientras algunos empleados trataban de recomponer el orden dentro del paralizado taller, "dicen que la primera autobomba se rompió en el camino y la segunda llegó 25 minutos después de haber sido llamada, siendo que estamos a un paso de Castelli (sede del Cuartel). Aparte vienen solamente dos bomberos y con una sola máscara que, además de obsoleta, no era de las que se utilizan con oxígeno".
La situación pudo ser medianamente subsanada, pero ello no mitigó la indignación del propietario del taller.
"Menos mal que la vigilancia privada que tenemos contratada tenía una máscara que, aunque no poseía oxígeno, nos permitió entrar mientras el otro bomberos se preparaba. Ahora bien, Defensa Civil vino, más o menos, 40 minutos después del llamado".
La explicación recibida no hizo más que aumentar la bronca de Gamero.
"La persona me alega que vive en Villa Mitre y tiene que ir hasta la Municipalidad a buscar el móvil para trasladarse hasta aquí. Ahora, yo me preguntó, si ocurre un accidente grande ¿cuántas personas se tienen que morir hasta que él realice ese trámite?... Cuando en realidad una persona de Defensa Civil tendría que estar de guardia en la Municipalidad".
Un recuerdo reciente
Gamero también recordó un episodio reciente para apelar a una mayor conciencia de las autoridades.
"Uno se entera que hay un incendio en la calle Mitre y no anda el elevador; eso habilita preguntarse si tendremos los medios suficientes para esas emergencias. Y si no están, alguien tendría que moverse para contar con ellos. Yo voy a seguir haciendo bulla hasta que alguno de los gobernantes me diga que va a cambiar algo".
Y amplió el espectro.
"Aparte, en Bahía Blanca tenemos un Polo y un montón de cosas más. Qué esperamos. Estas condiciones vamos a arreglarlas antes, porque sino después simplemente trataremos de averiguar quién tiene la culpa".
"Es la primera vez que me ocurre una cosa así en 25 años que tengo talleres. Son accidentes. Uno tiene más o menos previsto todo, contamos con un montón de matafuegos, pero no podíamos entrar", dijo.
Las paredes del taller muestran las consecuencia del ahumamiento.
"Mi indignación es por la Defensa Civil que tenemos, que además me está dando miedo. En esta ocasión las autoridades actuaron pésimamente. Acá lo que sobra son cosas inflamables, que no se podían combatir con agua. Atemoriza pensar en el criterio que se utilizaría ante un problema en un boliche bailable".