Bahía Blanca | Martes, 12 de agosto

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Los Piojos desataron toda su maquinaria en Cosquín Rock

Fue final, anticipo y expectativa. Los Piojos cerraron el Cosquín Rock ayer a la madrugada y ya avisaron que el reencuentro se producirá en mayo en un recital que, según dijo Andrés Ciro, tendría lugar en el estadio de River o en el de Vélez Sársfield. El cantante nuevamente se convirtió en la estrella de un show que sirvió como broche a la edición de cuatro días de este festival y que reunió a unas 20 mil personas por jornada en la plaza Próspero Molina.
Andrés Ciro hace mover a la multitud. (Télam)


 CORDOBA (Télam) -- Fue final, anticipo y expectativa. Los Piojos cerraron el Cosquín Rock ayer a la madrugada y ya avisaron que el reencuentro se producirá en mayo en un recital que, según dijo Andrés Ciro, tendría lugar en el estadio de River o en el de Vélez Sársfield.


 El cantante nuevamente se convirtió en la estrella de un show que sirvió como broche a la edición de cuatro días de este festival y que reunió a unas 20 mil personas por jornada en la plaza Próspero Molina.


 En una actuación en la que sólo por momentos logró levantar a la multitud, la banda puso el moño a un festival accidentado, que en la madrugada del domingo derivó en caos luego de que Charly García, enojado por los desperfectos que sufría el sonido, abandonó el escenario a poco de comenzar su concierto.


 Un largo set de las canciones menos difundidas de su carrera hizo que la gente bajara en su fervor inicial, en una demostración de que en el Cosquín Rock la gente demanda más hits, en pos de escenificar la coreografía futbolera de bengalas y banderas flameantes, una moda que se está poniendo reiterativa.


 Comenzaron bien Los Piojos con Te diría, Babilonia, Me dijo y Tan solo, tema que subió la temperatura de la multitud, pero luego la potencia se redujo y el público aplacó su energía para limitarse a observar en silencio lo que sucedía sobre el escenario. Entonces sonó Dientes de cordero, del último disco Máquina de sangre, canción que fue ilustrada en la pantalla gigante con imágenes de los sucesos de Plaza de Mayo del 19 y 20 de diciembre de 2001.


 Pasaron más tarde dos reggaes y posteriormente subieron los invitados. Primero fue Omar Mollo, con quien cantaron el tango Yira yira y detrás ingresó Germán Daffunchio, con el que interpretaron Shine, de Las Pelotas, que vino bárbaro para despertar a la gente, que se puso a corear el nombre de esa extracción de Sumo en pleno show piojoso.


 A partir de allí la "máquina de sangre" se encendió en todo su esplendor hasta llegar a un final con El farolito, Como Alí y el muy coreado Maradó, con los botines del "10" colgados del micrófono.

Bolocco. Antes, había actuado León Gieco, que brindó un show estupendo, en el que pudieron escucharse canciones como Pensar en nada, Bandidos rurales, La rata Laly, El fantasma de Canterville y Los Orozco (al que Gieco añadió el verso "Con Bolocco no toco"), y que tuvo su final con Sólo le pido a Dios.




 Más temprano aún, cuando todavía había luz diurna, se presentó Luis Alberto Spinetta, quien ratificó su vigencia como creador recibiendo el cariño de la gente, que le brindó una ovación para despedirlo.

Charly, por sorpresa en Carlos Paz




 Tras el escándalo que se produjo durante su frustrada actuación en Cosquín, Charly García brindó ayer a la madrugada un sorpresivo show en una disco de Villa Carlos Paz, ante unas mil personas.


 García estuvo recorriendo durante la madrugada diferentes lugares para tocar, hasta que llegó a la popular discoteca Keops, donde se presentó con su banda y compartió un tema con el bandoneonista Rubén Juárez, quien tiene un espectáculo propio en ese lugar.


 Cuando salía del boliche, ya en la claridad de la mañana, García se refirió a su interrumpida presentación en el Cosquín Rock: "Estaba mal organizado, un sonido horrible y no andaba nada. La gente se portó muy bien, no rompió nada. Nada más que eso".


 Sobre la posibilidad de regresar alguna vez a Cosquín, contestó: "Sí, pero tengo que pedir más plata, el problema es ése".


 En su verborragia, por momentos no muy clara, agregó insólitas salidas como: "El escenario está maldito o algo así. Hay que llamarlo a (Julio) Maharbiz, para que actúe como DJ con la `Negra' Sosa. Yo estoy bárbaro".


 Por su parte, Rubén Juárez, afirmó que haber tocado con Charly significó todo un acontecimiento. Asimismo, el tanguero desmintió lo que se había dicho de que había intercambiado "piquitos" con Charly.