El homenaje a Biro y su bolígrafo
BUENOS AIRES (Télam) -- El 29 de agosto se conmemora en la Argentina el Día del Inventor en homenaje a Ladislao Biro, un húngaro acriollado, pintor, periodista y creador del bolígrafo entre otros inventos.
Dicho día fue instituido en la Argentina por la Asociación Argentina de Inventores, recordando su nacimiento.
Biro nació el 29 de agosto de 1899 en Budapest, ciudad donde en sus años mozos un turista argentino, allá por el 36, lo vio llenar la ficha del hotel con una extraña lapicera sin pluma. "¿Y eso qué es?", le preguntó el criollo. "La inventé yo, pero no tengo plata para perfeccionarla", le contestó el hombre de luminosos ojos grises.
"¿Quiere hacerlo en mi país?", lo invitó el enigmático hombre mientras le daba su tarjeta. Que decía Agustín P. Justo Presidente de la Nación.
Y así, poco después, José Ladislao Biro llegó a Buenos Aires, donde trabajó día y noche en su taller para lograr que la lapicera a bolilla (la Birome) entrara en la galería de los grandes inventos del siglo.
Nacionalizado argentino, dijo: "soy húngaro, pero mi invento pertenece al país que me recibió". La primera versión industrial de su creación apareció en el '42 con el nombre de Stratopen y costaba 70 pesos, un verdadero platal.
La empresa norteamericana Eversharp le compró la licencia en 2 millones de dólares. Biro murió en Buenos Aires en octubre de 1985 a los 86 años, cuando su prodigiosa bolilla ya había derramado millones de kilómetros de tinta alrededor del planeta.
Biro, fue conocido mundialmente como inventor por su famosa "birome", pero otras creaciones llevaron su sello, todo ello acompañado por su dotes de hipnotizador, periodista y pintor.
La utilidad del bolígrafo es vasta, este invento del Siglo XX, puede escribir hasta 5 mil metros de palabras, no es difícil imaginar que durante los cincuenta años que transcurrieron desde que se vendió el primer Bic, uno de los más populares, pasaron ríos y ríos de tinta.
Entre sus inventos se destacan, el lavarropas, que produjo en 1931 (el año en que contrajo matrimonio), la caja automática de velocidades para automóviles, que le compró la General Motors de Berlín, la aplicación práctica del principio de sustentación magnética para trenes. También creó el perfumero a bolilla, la boquilla para cigarrillos con carbón activado, la tinta para bolígrafos, las máquinas automáticas para la fabricación de bolígrafos, el retractor automático para bolígrafos, y un método para el enriquecimiento del uranio en el que trabajaba en el momento de su muerte.