Compareció ante un juez el hijo del ex vocero de Alfonsín
BUENOS AIRES (Télam) -- Pablo López, hijo del ex vocero de Raúl Alfonsín, José Ignacio López, desmintió ayer ante la justicia a un testigo de identidad reservada, que lo vinculó con el crimen de la niña Jimena Hernández, se declaró absolutamente inocente y atribuyó la acusación a la militancia política de su padre.
Durante una declaración informativa ante el juez de Instrucción Mauricio Zamudio, López afirmó que jamás estuvo en el Colegio Santa Unión en el cual se cometió, hace más de quince años, el homicidio de la menor de 11 años, y negó ser seminarista o profesor de gimnasia, tal como lo señaló la familia de la víctima.
José Luis Ferrari, abogado del padre de Jimena, informó sobre el resultado de la declaración y manifestó que con la línea de López como sospechoso, se abre una nueva etapa en este caso.
En tanto, José Ignacio López, ex vocero de Alfonsín, actual miembro del Diálogo Argentino y padre de Pablo, afirmó ante la prensa que la acusación contra su hijo es un "calvario, una calumnia y una difamación".
Las sospechas sobre López, de 37 años, surgieron a raíz de la declaración de un testigo de identidad reservada, quien aseguró que el hijo del ex vocero presidencial se escondió, días después del homicidio de Jimena, en el Arzobispado de Añatuya, en la provincia de Santiago del Estero.
Por eso, el magistrado llamó a declaración informativa a Pablo López, quien ayer se sentó ante el juez durante más de una hora y negó toda vinculación con el caso.
Según el abogado Ferrari, López aseguró que la acusación "es producto de una mente enferma" y acusó a la madre de Jimena como la mentora de esa versión.
La causa por la "violación seguida de muerte" de Jimena estuvo a punto de prescribir el 12 de julio de 2000, cuando se cumplieron 12 años de tramitación, pero la justicia aceptó un pedido de los padres de la niña para continuar con la investigación.
Durante la pesquisa, seis personas estuvieron imputadas, pero ninguna de ellas fue detenida.
Se trata de Oscar Bianchi --sindicado inicialmente como el autor material--, los guardavidas Hernán Fusco, Gerardo Paradela, Mario Alvarez y Miriam Squaglia y el ex director del colegio, Jorge Sobrino.
Los seis fueron imputados en la causa y sobreseidos en 1995 por el juez Zamudio, quien consideró que no había elementos para procesarlos por el asesinato de la niña.
Una difamación. El ex vocero presidencial, José Ignacio López, dijo ayer que la acusación contra su hijo es "un calvario, una calumnia y una difamación".
"¿Cómo hago yo ahora para defender la honra de mi familia?", se preguntó el ex funcionario y consideró una "campaña" la difusión de la noticia sobre la declaración de su hijo ante el juez.
En diálogo con los periodistas acreditados en tribunales, López enfatizó que su hijo Pablo "nunca pisó la vereda de ese colegio (Santa Unión), no es profesor de gimnasia, ni psicólogo, ni profesor de nada, ni seminarista; es licenciado en sistemas".
Según el ex portavoz de Alfonsín, "esta calumnia tiene su origen en 1988" y está "dirigida contra mí", luego de lo cual aclaró que "durante mucho tiempo la única que públicamente denunciaba a mi hijo, era la madre de Jimena Hernández", en referencia a Norma Monfardini.