Falleció el músico y poeta "Cacho" Valles

Redacción de La Nueva.

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 BUENOS AIRES (Télam) -- A la edad de 79 años falleció ayer el poeta, músico e intérprete folklórico Oscar "Cacho" Valles, quien por 30 años actuó en el legendario conjunto Los Cantores de Quilla Huasi.

 Valles nació en la Capital Federal el 23 de marzo de 1924 y a punto de cumplir sus 80 años, siendo víctima de una enfermedad que lo aquejaba en los últimos tiempos, su corazón de guitarrero y decidor dejó de latir.

 Cacho, como lo llamaban sus amigos, era reconocido en nuestro país y en el exterior. Formó su primer dúo con Enrique Pelletier, mientras estudiaba guitarra con Ovidio Hunt.

 Debutó en radio en 1936 y fue integrante y director de Los Quilla Huasi desde 1956 hasta 1986, con quienes recorrió Europa, Japón, China, Israel, India, Estados Unidos y todo nuestro país.

 Trabajó con Hugo Díaz, Hugo del Carril, Waldo de los Ríos, Juan de los Santos Amores e integró hasta sus últimos días el directorio de SADAIC junto a Ariel Ramírez, Eduardo Falú, Atilio Stampone y otros.

Más allá de "La compañera"

 Se ha incorporado a la galería del silencio tal vez el "padre" de los bohemios que disfrutó el folklore en toda su dimensión, y el precursor de la canción romántica, esencialmente en los Quilla Huasi, grupo creado por Buenaventura Luna y Fernando Portal, y al cual Cacho Valles se integró en 1956 (con Carlos Lastra y Carlos Vega).

 Valles dejó su sello como autor y/o compositor en casi dos mil obras. Para Pedro Favini (coautor en muchos de sus temas), Cacho fue "el más prolífico y conocedor en la creación de trabajos geográficos".

 Una tarde nos reunimos en SADAIC, y en un cuartito que ocupaba el personal de limpieza, se despachó narrando cómo compuso La compañera (considerada su máxima obra e "himno al amor").

 Mientras el mate giraba en la rueda, "Cacho" explicaba: "Nació en un estado de ánimo muy especial, porque yo estaba de novio en esa época. Estábamos trabajando en `Mi Rincón' de Cerrito y Charcas. Tomando unos tragos me embalé y fui a la cocina de la confitería y allí saqué la música".

 "Quedó como cuatro años sin letra y vino Molina Cabral a pregunatrme cómo era que no escribía los versos. Un día aparecí en mi casa a las cuatro de la mañana (también embalado), y salió la letra en diez minutos. La compañera es como una cosa propia de la gente. No es uno quien la hace. Es un duendecito que toma posesión del alma de uno...".

 Más allá de esta especial zamba, la producción de Oscar Valles llegó a todas las regiones argentinas. Compuso sobre el Litoral, Noroeste, Chaco, Santiago del Estero, Sur y Cuyo (donde solicitó que se ventilen sus cenizas en Villa Mercedes, San Luis). Seguramente que en los sonidos de la eternidad, no estarán ausentes las melodías de este increíble creador de la música argentina.

Roberto Oña