Salvat y la "era del autoempleo"
Se expresa rápido y, con la claridad de quien se sabe escuchada, explica conceptos laborales que ella misma ha sistematizado durante años.
Marité Salvat se recibió de lo que ella llama "licenciada de calle" a los 16 años, después de encargarse, durante años, de las tareas de una casa de padres separados.
A partir de entonces, se dedicó a empaparse de conocimientos universitarios, hasta convertirse en licenciada en Administración de Empresas y máster en Gestión de Negocios y Formación Profesional.
Títulos en mano, trabajó en grandes empresas multinacionales y en todas llegó a cargos altos. Sin embargo, no estaba a gusto, algo que le molestaba.
Un día, lo supo: no soportaba a su jefe, a "los jefes" en sentido genérico. Quería su propio emprendimiento.
Enseguida, abandonó todo y en 1980 generó una consultora de recursos humanos que aún existe y que le sirvió de trampolín para crear la Fundación Salvat, una entidad que brinda capacitación gratuita a jóvenes y adultos para su inserción laboral y que la tiene ella, claro, como principal anfitriona.
De visita en la ciudad e invitada por la Fundación Regional Bahía Blanca de la Universidad Tecnológica Nacional (Fundatec), para formar parte del Programa Emprendedores, conversó con "La Nueva Provincia".
Estos son algunos de sus conceptos:
--¿De qué se trata lo que usted define como "era del autoempleo"?
--El origen del desempleo está en que se ha terminado la época en que el trabajo era para toda la vida. Trabajo hay, y cada vez más, pero en la forma de actividades autogestivas que se conocen como "autoempleo".
"La persona planifica su futuro laboral en forma independiente, a través de un emprendimiento propio o uno que presta en una empresa en forma tercerizada, pero siempre como autogestión".
--Esos emprendimientos, ¿tienden a ser poco estables?
--Para toda la vida no hay más nada, porque lo que caracteriza a esta nueva era es que el cambio es lo permanente. La vida es una cadena de proyectos. Antes, tenían maduración importante; hoy, son cambiantes y tienen que adecuarse a las nuevas realidades.
--¿Y cómo es la realidad laboral actual?
--En este momento, el 80 por ciento de lo que se vende en el mundo son servicios. Los productos, obviamente, siguen existiendo, pero para generar servicios.
"Por ejemplo, las telefónicas sacan celulares cada vez más chiquitos y sofisticados, pero lo que quieren, en realidad, es que ese celular (a veces regalado) fomente el uso de la línea telefónica; es decir, del servicio.
"Mi primera computadora la compré en 1985 y me costó 15.000 dólares. Hoy, se consiguen por 800 o 1.000. El valor está en el servicio y los productos están para generarlos".
--¿Cómo hace un profesional (por ejemplo, un ingeniero) acostumbrado a trabajar para grandes empresas, si no tiene dinero para emprender su propio proyecto?
--Ese ingeniero sin capacidad económica se tiene que asociar con alguien que la tenga y montar su propio emprendimiento. Las empresas tienden a utilizar más robótica que gente y, por lo tanto, los profesionales tendrán que ofrecer su propio servicio.
--¿Hay mercado disponible para hacerlo?
--Sí, porque surgen más necesidades. Además, las empresas tercerizan cada vez más y ahí es donde entran los que armaron su microemprendimiento o su Pyme.
--¿Puede Bahía Blanca verse beneficiada por ser una ciudad industrial?
--Sí; de hecho, es muy positivo, porque las empresas del Polo Petroquímico pueden tercerizar la comercialización, la distribución, el área de Recursos Humanos y de investigación, entre otras. Pueden hacerlo con todo lo que no tenga que ver con la fabricación en sí misma (la esencia de su negocio) ni con sus marcas y patentes.
--¿Qué papel juega Internet en este nuevo contexto?
--Fundamental. Hoy, las grandes posibilidades de trabajo están en que se puedan generar redes y eso lo hace Internet. La clientela no tiene por qué estar en la ciudad donde uno vive y por eso aparece un mercado mucho más grande, que permite hacer un manejo fluido del comercio exterior.
Quién es y qué hace
Además de licenciada en Administración y máster en Gestión de Negocios y Gestión Profesional, Marité Salvat es consejera técnica de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra, Suiza.
Desde 1980, se especializa en la capacitación para la inserción laboral y brinda permanentes charlas y talleres sobre el tema.
En 1995, creó la Fundación Salvat y, bajo su dirección, se han capacitado gratuitamente más de 35.000 personas, de las cuales el 51 por ciento logró conseguir su espacio de trabajo; especialmente, a través del autoempleo.